miércoles, 2 de abril de 2014

Nuestros enemigos los hermanos Koch

Los hermanos que financian (en silencio) la batalla mundial contra 'Papá Estado'

 

A simple vista, las movilizaciones de Americans for Prosperity no tienen nada de especial. Decenas de miles de voces protestando simultáneamente en varias ciudades de Estados Unidos, en manifestaciones que siguen las clásicas tácticas de los movimientos de masas: grupos organizados que corean proclamas, megáfono en mano, frente a los centros de poder político. Es su contenido, sus reclamaciones, lo que resulta radicalmente distinto.
 
Sus pancartas exigen cosas como “triturar el gasto público”, “acabar con la tiranía de las escuelas (públicas)”, “liberarse de las pensiones y los subsidios” y dejar de “regalar comida con nuestros impuestos”. Una enorme sábana de papel asegura que “Los subsidios son pecado. Jesucristo dijo: cada hombre sólo depende de sí mismo”. Y en el ambiente se corean eslóganes como “Fuera las manos de Obama de la sanidad americana”, “De mis impuestos que no vivan los holgazanes”, “Recaudar es robar” o “Destapemos la mentira del cambio climático”.
 
Aunque su mensaje se presente a menudo edulcorado, o fusionado, con el conservadurismo religioso, la apuesta es libertaria. Argumentos ultra-liberales que durante décadas permanecieron confinados a círculos reducidos y que hoy se extienden por amplios sectores de la sociedad, especialmente entre una clase media que busca alternativas al declive y a la crisis de identidad del sistema.
 
Sus argumentos ultra-liberales, que durante décadas permanecieron confinados a círculos reducidos, hoy se extienden por amplios sectores de la sociedad, especialmente entre una clase media que busca alternativas al declive y a la crisis de identidad del sistemaEl rechazo a cualquier intervención estatal en la vida pública, una idea que hasta hace no tanto se quedaba en “country clubs” y cátedras universitarias arrinconadas, ha pasado a las barbacoas de jardín y las asambleas de vecinos. Tienen incluso musas propias, como la actriz Janine Turner, a quien muchos recuerdan como la atractiva e indomable piloto de la serie ‘Doctor en Alaska’
 
La causa libertaria, recuerdan sus seguidores, se ha servido de las posibilidades que ofrece Internet y de figuras del carisma y la inteligencia del excongresista Ron Paul o el periodista John Stossel. Pero también ha contado con el apoyo incondicional de dos multimillonarios que, desde la sombra, sin hacer ruido ni reclamar protagonismo, han invertido más dinero que nadie en promover sus ideas: los hermanos Koch, cuyas fundaciones derraman cientos de millones de dólares, un mecenazgo que en Washington se describe como “sin precedentes”, una siembra encaminada a transformar el pensamiento político de los años por venir.
 
“Son la Standard Oil de nuestros tiempos"
Es cierto que las donaciones y contribuciones de familias acaudaladas son la savia de la vida política e institucional estadounidense (ahí está, por ejemplo, el “izquierdista” George Soros), pero muchos analistas colocan a los Koch en una dimensión distinta. Por el volumen de lo invertido, por su secretismo y por el alcance de su cruzada, que va más allá de intereses concretos. “Están en otro nivel radicalmente distinto. La naturaleza y la dimensión de su gasto los hace especiales. He estado en Washington desde el Watergate y nunca he visto nada como esto. Son la Standard Oil de nuestros tiempos”, dice Charles Lewis, fundador del Center for Public Integrity (CPI).
 
El maná fluye hacia lobbies y donaciones a candidatos políticos (la mayoría republicanos del Tea Party). Pero alimenta también una base intelectual y social. Financia un corpus ideológico formado por asociaciones, fondos, premios y becas, inyectando dinero en universidades y fundaciones de prestigio. Por ejemplo, y según datos del CPI, la George Mason University ha recibido más de 8,5 millones de dólares de este generoso bolsillo.
 
Un simpatizante del Tea Party protesta en Washington contra la reforma sanitaria de Obama (Reuters).Un simpatizante del Tea Party protesta en Washington contra la reforma sanitaria de Obama (Reuters).
 
Los Koch también andan detrás de los grandes think tanks libertarios, como el Cato Institute, cuyo nacimiento propiciaron en 1977 y que hoy emplea a más de 100 personas a tiempo completo, muchos de ellos analistas de élite. Y su dinero sostiene la poderosa Heritage Foundation, el American Enterprise Institute, la George C. Marshall y un largo etcétera de organizaciones que promueven estudios y planteamientos con un denominador común de fondo: defender las ideas ultra-liberales. En este estudio, por ejemplo, se intentó demostrar que la situación económica en Somalia mejoró cuando el Gobierno colapsó y reinó la anarquía. El Estado es tan perverso en sí mismo, dice la moraleja, que resulta incluso peor que la ley de la selva y sus señores de la guerra.
 
El dinero de los Koch alimenta una amplia variedad de investigaciones con valor político, no sólo dentro de las ciencias sociales. Por ejemplo, sus organizaciones se oponen con ferocidad a las regulaciones medioambientales (sus industrias están entre las 10 más contaminantes de EEUU) y Greenpeace acusa a los millonarios de haber gastado más de 67 millones de dólares en estudios elaborados con la finalidad de negar el cambio climático.
 

Los Koch están en otro nivel radicalmente distinto. La naturaleza y la dimensión de su gasto los hace especiales. He estado en Washington desde el Watergate y nunca he visto nada como esto. Son la Standard Oil de nuestros tiemposLa tercera y última pata de este “proselitismo libertario” son los movimientos ciudadanos. Entre 1986 y 1993 donaron más de ocho millones de dólares a “Citizens for a Sound Economy”, con quienes rompieron después. Años más tarde, en 2004, cimentaron la bases de Americans for Prosperity, organización de la que hablábamos al principio y a través de la cual pagan costosas campañas y anuncios atacando al Partido Demócrata y a sus congresistas.
 

Es difícil saber exactamente cuál es la suma total, ya que la red de fundaciones y organizaciones de los Koch dificulta el rastreo. El Center for Responsive Politics calcula que, por ejemplo, invirtieron más de 400 millones de dólares durante el ciclo electoral 2011-2012. Al menos 34 organizaciones de índole política o de gestión gubernamental han recibido dinero de la familia desde 2008, hasta el extremo de que hoy resulta difícil encontrar un estudio ultra-liberal en Estados Unidos cuyo rastro no conduzca a los Koch. Todo ello sin contar el dinero destinado a pagar lobistas para defender sus intereses industriales o a las donaciones políticas tradicionales, reflejadas de manera transparente en los registros oficiales.
 

¿Pero quiénes son los hermanos Koch?

Curiosamente, su fortuna se originó en la Unión Soviética. David y Charles Koch son hijos de Fred Koch, un ingeniero químico que en 1927 desarrolló un nuevo método para transformar el crudo en gasolina, un sistema que abría camino a nuevos competidores. Con su patente acorralada en los tribunales por los magnates petroleros del momento, Fred se lanzó al extranjero y acabó encontrando la horma de su zapato en las necesidades de Josif Stalin, quien buscaba explotar los recursos energéticos del Imperio comunista e industrializar el país a marchas forzadas.
 

Fred Koch utilizó el dinero conseguido en la URSS para armar Koch Industries, un gigante que hoy es la segunda compañía con más ingresos de Estados Unidos, sólo por detrás de Cargill, y que abarca todo tipo de negocios, sobre todo en el sector energético, químico, financiero e industrial. Tras cerrar sus últimos negocios con la URSS, en los años 60 el patriarca de los Koch inició una intensa actividad política. Le preocupaba el auge de los movimientos civiles y las protestas izquierdistas, que él interpretaba como un tentáculo más de los horrores que había visto en Moscú. Su mecenazgo anti-comunista se desarrolló alrededor de la John Birch Society, organización ultraconservadora que, por ejemplo, tildaba de “totalitaria” la idea de redistribuir la riqueza a través de impuestos y gasto público.
 

Dos de sus hijos, David y Charles, heredaron el imperio y las aversiones del padre. Charles se encarga de administrar la empresa desde el cuartel general en Wichita (Kansas), mientras que David, instalado en el 740 de Park Avenue (Manhattan), dedica más tiempo a cultivar relaciones sociales y manejar las fundaciones, los proyectos políticos, las donaciones, etcétera. Su fortuna conjunta se sitúa en torno a los 70.000 millones de dólares.
 
Según Forbes, sólo Bill Gates y Warren Buffett pueden competir con la riqueza que acumulan entre los dos. Además, no son ni de lejos tan conocidos. Gracias a sus esfuerzos por volar bajo radar, no sólo son prácticamente anónimos en el extranjero, sino también en Estados Unidos. Sucesivas encuestas de opinión demuestran que, aún hoy, menos de un 30 por ciento de los ciudadanos reconoce su apellido.
 

Para los Koch, mantenerse en el anonimato es una lección aprendida. En 1979, David entró en política a pecho descubierto. Tenía 39 años y se dejó dos millones de dólares en costear las presidenciales del Partido Libertario, presentándose como candidato a la vicepresidencia junto al cabeza de cartel, Ed Clark. Durante una vibrante campaña vendieron al público la idea de un “gran partido del té” (un “Tea Party") para combatir “la tiranía de los impuestos”, estableciendo una analogía entre sus ideas y las del Motín del Té en Boston contra el Imperio Británico. Pero no corría el año 1773,  sino el 1980, y quedaron muy por detrás de Ronald Reagan, de Jimmy Carter, e incluso del candidato independiente John B. Anderson.
 

Consiguieron cerca de un millón de votos y el mejor porcentaje logrado hasta la fecha Partido Libertario, algo más del uno por ciento. Ni de lejos suficiente para las aspiraciones de los hermanos Koch, que entendieron que nunca desbancarían el bipartidismo en su terreno. Optaron entonces por orientar sus baterías al mundo de las ideas. “(La política) tiende a ser un sucia, un negocio corrompido. Estoy más interesado en desarrollar las ideas libertarias”, comentó Charles en una de sus rarísimas entrevistas, poco después de las elecciones. “Lo que nosotros visionamos es un movimiento de masas con cientos de miles de ciudadanos americanos de toda condición, plantándose y luchando por la libertad económica que hizo nuestra nación la más próspera de la historia”, dijo después en una conferencia su hermano David.
 

¿Leyenda negra?

Días antes de las últimas elecciones presidenciales, Charles Koch envió a sus 70.000 empleados una carta comparando a la Administración Obama con la Venezuela de Hugo Chávez. El “cariño” que le profesan los Koch a su presidente es notorio, pero también mutuo.
 
Multimillonarios desde la cuna, negacionistas del cambio climático, condenados por haber extraído 31 millones de dólares de petróleo de reservas indias, propietarios de una de las diez empresas más contaminantes del país y siempre sospechosos de apoyar la segregación racial… “Si los hermanos Koch no existiesen, la izquierda tendría que inventarlos”, reconocen en círculos progresistas cercanos a la Casa Blanca, donde agitan sus retratos como “villanos perfectos”, el “poster de la codicia del uno por ciento”.
 

La causa libertaria ha contado con el apoyo incondicional de dos multimillonarios: los hermanos Koch, cuyas fundaciones derraman cientos de millones de dólares, un mecenazgo encaminado a transformar el pensamiento político de los años por venirEn los últimos años se les ha acusado prácticamente de todo, espesando una grumosa leyenda negra en la que se mezclan hechos demostrables e interpretaciones discutibles. Este documental a lo Michael Moore es un buen ejemplo. En el listado que hacen sus enemigos más acérrimos hay joyas de la propaganda, como un árbol genealógico que los emparentaría nada menos que con la “bruja de Buchenwald”, Ilse Koch, uno de esos “retratos del mal” que alimentó el nazismo, una señora que llegó a fabricar objetos de uso cotidiano con piel humana.
 

En la narrativa de la izquierda americana los hermanos Koch son archirrivales a la altura de Súper Obama: ancianos codiciosos, defensores del darwinismo extremo, despiadados frente a los pobres.... No por casualidad han vuelto a los discursos políticos demócratas en las últimas semanas, un calentamiento para las elecciones de medio término (noviembre) en las que Obama podría perder el Senado. “Están influenciando la política como no se había visto en generaciones. Los senadores republicanos han venido al pleno a defender sus intentos de comprar nuestra democracia (...) Están simplemente defendiendo a sus amigos millonarios”, acusó a principios de mes Harry Reid, líder de la mayoría demócrata.
 

Ellos se defienden a golpe de demanda y exhibiendo sus abundantes y generosas donaciones alejadas de la política: los 20 millones de dólares entregados al Museo de Historia Natural de Nueva York (el ala dedicada a los dinosaurios, de hecho, se llama “Galería David Koch”), los diez millones que desembolsaron para reconstruir las fuentes del Metropolitan Museum of Art o los cerca de 100 millones comprometidos con el Lincoln Center para renovar el teatro que hospeda el Ballet y la Ópera de Nueva York.
 

Pero algunos de estos actos de noble filantropía también están envueltos en polémica. Los Koch, verbigracia, se encuentran entre los mayores donantes del planeta en investigación y tratamiento del cáncer, al parecer una obsesión personal de David, que sobrevivió a un cáncer de próstata cuando era joven y que forma parte del influyente Consejo de Administración del National Cancer Institute (nombrado por Bush en 2004). Sucede que Koch Industries comercializa productos potencialmente cancerígenos, como el formaldehido, y contrata lobistas para que eviten una regulación más estricta al respecto. “Es como si la investigación sobre el cáncer de pulmón la pagase Phillip Morris”, resumen sus críticos.

martes, 1 de abril de 2014

Montoro exige a Cáritas que no aporte más datos sobre los índices de pobreza

   Fuente: Elespiadigital

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El ministro de Hacienda critica que la institución de la Iglesia diga que rescatar a los 700.000 hogares sin ingresos costaría la mitad que salvar a las autopistas.

Cristóbal Montoro ha arremetido hoy contra Cáritas por decir que rescatar a los 700.000 hogares sin ingresos costaría 2.600 millones de euros, la mitad de lo que el Gobierno va a invertir en salvar a las autopistas. Según el ministro de Hacienda, “eso de pedir un mayor presupuesto del Estado para erradicar la pobreza está bien para las sociedades centralizadas”, pero no en la nuestra.
Tal y como ha indicado Montoro en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, los informes de Cáritas sobre la pobreza son “puramente estadísticos” y por ello cree que no nos podemos basar en ellos a la hora de acabar con este problema. “Si hay más desigualdad en España es consecuencia del paro y de la crisis, de la que estamos saliendo”, ha dicho el titular de Hacienda, que ha aseverado que “lo que erradica la pobreza es el crecimiento y la creación de empleo”.
Asimismo, Montoro ha criticado que la institución de la Iglesia haya suscitado un debate “que no tiene que ver con la realidad” y sigan haciendo informes como este, sobre todo cuando el Gobierno, y más concretamente él mismo, se ha reunido con ellos y les ha explicado la situación. Unas reuniones en las que, según ha dicho, se habían mostrado “de lo más razonable en términos de escuchar, coincidir en el pronóstico y en el diagnóstico”.
Tras ello, el ministro ha dicho respetar el trabajo de Cáritas, pero ha llamado a no entrar en polémicas por asuntos como el rescate de las autopistas.

Fuente: El Boletín

 


La verdadera cara de Reporteros sin Fronteras

 
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Reporteros sin Fronteras es una Organización No Gubernamental (ONG) fundada en Francia. A pesar de ser utilizada como referencia en muchas partes del mundo para definir qué tan “libre” o no es el periodismo en cada país, su historia y la de su fundador ponen en duda su idoneidad.

Era el año 1985 y Robert Ménard , que por entonces trabajaba como periodista en el canal de televisión France 3-Montpellier, fundaba Reporteros Sin Fronteras (RSF). Así comenzaba la historia de esta organización no gubernamental que busca, según sus principios, “denunciar los ataques a la libertad de prensa” en el mundo.

RSF es hoy una de las principales referencias que toman los medios de prensa occidentales para definir si en un país existe o no “libertad de expresión” en base al ranking anual que realiza la organización. Curiosamente siempre aparecen en los peores puestos aquellas naciones enfrentadas con Estados Unidos en la lucha geopolítica mundial.

El buen amigo Robert

Robert Ménard nació en 1953 en Orán, Argelia, en una familia que había vivido en aquel país desde 1850 cuando este todavía era colonia francesa. Cuando Robert cumplió 9 años Argelia logró la independencia de Francia (1962). Fue entonces que su familia decidió regresar a la metrópoli e ir a vivir a Brusque, en el departamento de Aveyron.

En su juventud Robert inició sus estudios en un seminario con el objetivo de convertirse en sacerdote pero pronto cambió de rumbo. Fue a la Universidad y allí se sumó al partido trotskista Liga Comunista Revolucionaria. Sin embargo, en lo que fue solo el comienzo de su periplo por distintas expresiones políticas, el joven Ménard saltó pronto a las filas del Partido Socialista.

En 1975 y 1976 Ménard creó la radio pirata Radio Pomarède y se convirtió en presidente de l’Asociación para la Liberación des ondes (La Asociación para la liberación de las ondas de radio).

Trabajó de agente de seguros, peón y apicultor antes de llegar al medio que sería su plataforma de despegue: France 3-Montpellier . Allí, la reconocida ONG Médicos Sin Fronteras tenía un programa que inspiró, según sus palabras, la fundación de una entidad similar para los periodistas.

Del periodismo alternativo a la agenda de la Casa Blanca

En 1985 Robert Ménard fundó Reporteros Sin Fronteras y se convirtió en su secretario general. El objetivo inicial de la organización era promover formas de periodismo alternativo y marcar “los desvíos de la prensa en los países ricos como las dificultades para la libertad de prensa en los demás países”, tal como definió Jean-Claude Guillebaud, primer presidente de la asociación.

Sin embargo Guillebaud abandonó rápidamente RSF denunciando el autoritarismo de Ménard y su alejamiento de los objetivos iniciales.

En la década de 1990 la organización comenzó a dar muestras de los verdaderos intereses que representaba. En una entrevista con el periodista colombiano Hernando Calvo Ospina (publicada por Ocean Press en el año 2000 y llamada “El Movimiento Cubano Exilio”), Ménard dijo que RSF estuvo apoyando a los disidentes en Cuba desde septiembre de 1995.

En 1998 el propio secretario general de RSF viajó a La Habana a reclutar periodistas que escribieran para su organización sobre lo que pasaba en la isla. Sin embargo tuvo tanta mala suerte que su primer contacto fue Néstor Baguer, uno de los agentes del servicio secreto cubano que durante años estuvo infiltrado en la disidencia de aquel país. Baguer relató años después, cuando se hizo pública su identidad, que Ménard le ofreció pagarle por artículos publicados contra el gobierno cubano y que durante años le envío dinero y suministros para sus actividades.

Durante el golpe de Estado de abril de 2002 en Venezuela, RSF no denunció la violación de la Constitución venezolana ni la manipulación informativa que realizaron los grandes medios de comunicación. Por el contrario, el 12 de abril (un día después del secuestro del presidente Chávez), difundió la versión de los golpistas: “Recluido en el palacio presidencial, Hugo Chávez firmó su renuncia durante la noche bajo la presión del ejército (…) Inmediatamente después, Pedro Carmona, el presidente de Fedecámaras, anunció que dirigiría un nuevo gobierno de transición. Afirmó que su nombre era el objeto de un consenso de la sociedad civil venezolana y de la comandancia de las fuerzas armadas”.

Siguiendo con su buen historial, un año después, la ONU suspendió la acreditación de RSF luego de que irrumpiera en la apertura anual de la sesión de la Comisión de Derechos Humanos con panfletos insultantes hacia la presidencia de Libia de dicha comisión. También durante 2003 -y un día después del asesinato de dos periodistas en el hotel Palestine de Bagdad durante la guerra de Irak- Robert Ménard dedicó la portada de su página web a la falta de libertad de expresión en Cuba.

Finalizando ese año poco feliz para RSF, en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información bajo la guía de las Naciones Unidas, la organización de Ménard fue declarada no grata al considerar el organismo que la estructura no defendía los principios de la Carta constitucional de la ONU.

Durante los años siguientes la organización reconoció recibir fondos de la National Endowment for Democracy (NED), organismo creado por el gobierno de Ronald Reagan (1981 – 1989) con el fin de promover la agenda de la Casa Blanca en el mundo. También recibe financiación del Center for a Free Cuba, una organización derechista de Miami que busca derrocar al gobierno de La Habana.

En 2008, sin embargo, el padre de la criatura se alejó. En marzo de ese año la UNESCO le retiró a RSF el coauspicio del Día por la libertad de Internet en virtud de sus “propósitos por descalificar a un número determinado de países”. A su vez el Consejo Ejecutivo del organismo internacional validó que se retire a RSF su estatuto de organización asociada. En el curso de los debates de la UNESCO, varios países denunciaron los controvertidos métodos de trabajo empleados por la ONG “que no son compatibles con los valores de la UNESCO en el campo del periodismo” por lo que decidió excluirla de la categoría de asociación. Unos meses después Ménard dejó su cargo para aceptar un contrato millonario del Emirato de Qatar donde iba supuestamente establecer un organismo a favor de los derechos de la prensa.

Finalmente, fracasado el proyecto en el muy democrático Qatar (país dirigido por una monarquía petrolera) Ménard regresó a su país. En 2013 anunció su candidatura para alcalde de Béziers por el partido de derecha De pie la república e inmediatamente sumó el apoyo del Frente Nacional, organización de ultra derecha que fue dirigida varios años por Jean Marie Le Pen.

A pesar de todos estos hechos (y muchos más que exceden la extensión de este artículo) RSF y su ex secretario general, siguen siendo considerados una referencia por buena parte de los principales medios de comunicación del mundo a la hora de hablar de la libertad de prensa. La falta de idoneidad no ha sido un impedimento para que reciba premios de distintas asociaciones y gobiernos.

Informar con responsabilidad implica no copiar y pegar datos sino chequear y garantizar que sean elaborados apropiada y fidedignamente. Mientras RSF manipula la realidad de acuerdo con sus fines y los del país del norte, decenas y centenares de periodistas y medios replican sus informes como si fueran verdades inmaculadas. Esto, tal vez, es lo más preocupante.

Fuente: Contrainjerencia

 

 

lunes, 31 de marzo de 2014

Por qué cayó Adolfo Suarez (II)

¿ETA cobra en dólares o en rublos?



Adolfo Suárez pensaba que “ETA era una maquinaria que cada equis tiempo alguien engrasaba para desestabilizar el país y tener en jaque al Gobierno”. En su momento ya advirtió que “me iré del Gobierno-decía- sin saber si ETA cobra en rublos o en dólares”.
 
De entre los episodios sobre el papel de ETA como banda marioneta de Washington en el cambio de régimen que narra el libro de Pilar Urbano, uno de los más llamativos es el secuestro del diputado de UCD Javier Rupérez por parte de ETA en 1979. Ocurre ya después de la entronización del rey Juan Carlos, bendecida por EEUU y el resto de potencias tras comprobar, en la crisis del Sáhara, que no supone ningún peligro para ellos como jefe de Estado. Pilar Urbano da luz a la famosa duda con la que se despidió Adolfo Suárez: “me voy sin saber si ETA cobra en rublos o en dólares”.
 
Ezkerra, agente triple mal averiguado
Ezkerra entró en ETA tras robar una multicopista en un seminario, un cursillo rápido sobre armas y explosivos y poco más. “El PNV necesitaba derivar hacia ETA a sus crías  violentas, y les fabricó un dirigente en cursillos intensivos”, afirma Pilar Urbano. Los quinientos cachorros de las juventudes del PNV (EGI) que llevaba detrás le permitieron jugar un papel dirigente desde el primer momento de su ingreso en abril de 1972. Su  trayectoria hasta su detención en septiembre del 75 fue una ristra de operaciones frustradas, la mayoría mediados por chivatazos a la policía, y una masacre en la cafetería Rolando en 1975. El juicio interno en ETA acabó con la división de ETA en ETA-m (dirigida por Argala) y ETA-pm (dirigida por Ezkerra). No era la primera vez. Ezkerra había ya dividido ETA para imponer la ejecución de Carrero Blanco. "También en esa ocasión, ETA actuó con un cerebro prestado y un interés inducido."

Tras la Ley de Amnistía Total de 1977 Ezkerra se instaló en Donosti como editor de libros de arte e historia vasca. Algún padrino estadounidense le consiguió una avanzada imprenta computerizada que, en aquellos tiempos, no estaba en ningún complejo editorial. Fundó un conglomerado abertzale escindido de Euskadiko Ezkerra y en noviembre y diciembre de 1979 actuó como “experto político” para los interrogatorios a Javier Rupérez, diputado de UCD secuestrado por ETA en un chalé de Ávila.

Los interrogatorios tenían, aparte de buscar puntos débiles de Adolfo Suárez, un fin principal: averiguar su postura ante la OTAN. Grababan los interrogatorios primero en un casete y, luego, con una cámara de ocho milímetros.

El propio Rupérez relataría como el principal interrogador tenía un nivel cultural mayor que sus compinches, “sus manos blancas, cortas, gruesas, suaves –escribió después-; no de trabajador manual de la clase obrera vasca.”

Ni la política internacional ni la OTAN eran temas que interesasen tanto a ETA como para montar un secuestro y aguantarlo un mes. Rupérez no era ni un alto cargo público ni un empresario rico ni un personaje famoso, era un simple diputado de UCD.

El interés por él venía de que era embajador y acababa de dejar la jefatura del gabinete del ministro de Exteriores para ocupar el puesto de secretario de Relaciones Internacionales de la UCD. Adolfo Suárez había sido reelegido como Presidente del Gobierno tras pilotar la reforma interna con los Pactos de la Moncloa, pero era hermético respecto la política exterior, “ni con el ministro del ramo, Marcelino Oreja, compartía su proyecto. De modo que tratar de averiguarlo por la vía de Rupérez era un recurso tan ingenioso, tan inteligente, que a ETA sola no se le pudo ocurrir”.

Efectivamente, en 1979 “la URSS acababa de invadir Afganistán y EEUU necesitaba, en respuesta, ampliar el pacto Atlántico… era la hora de que España pidiera la entrada en la OTAN. Pero Adolfo Suárez no hacía un gesto, no movía un músculo.” En plena Guerra Fría, Suárez era reacio al ingreso en la OTAN; tenía excelentes relaciones con los dirigentes de países no Alineados, desde Castro a Gadafi o Yasir Arafat; estableció relaciones diplomáticas plenas con la URSS y fortaleció sus lazos comerciales con Francia entorno a defensa.

Los “fontaneros” de la Casa Blanca estaban más que inquietos. La inexistencia de un móvil económico o político para el secuestro, la presencia de Ezkerra en los interrogatorios y el tema de los interrogatorios no dejan lugar a dudas: “también en esa ocasión, ETA actuó con un cerebro prestado y un interés inducido.”

¿Para qué querían horas de grabación de interrogatorios si no es para rendir un servicio o vender la información a un tercero?

Adolfo Suárez pensaba que “ETA era una maquinaria que cada equis tiempo alguien engrasaba para desestabilizar el país y tener en jaque al Gobierno. ¿Cuándo? Cuando interesaba a otros. ¿Quiénes? Otros, arriba y al margen de la organización terrorista, que a fin de cuentas era… una banda marioneta. Me iré del Gobierno -decía- sin saber si ETA cobra en rublos o en dólares”

Fuente: DeVerdadDigital


domingo, 30 de marzo de 2014

Por qué cayó Adolfo Suárez (I)

Las huellas de la Alianza Atlántica en el 23-F.

A finales de la década de los 70 y comienzos de la de los 80, Estados Unidos veía con preocupación las intenciones del presidente español, Adolfo Suárez de mantenerse al margen de la guerra fría y no tomar partido por ninguno de los dos bloques en conflicto.
 
Las aspiraciones soberanistas de Suárez chocaban de lleno con los deseos de Washington de ver a España plenamente integrada en la OTAN y contar de este modo, con una posición geoestratégica clave, en el tablero de ajedrez de la guerra fría.
 
Además, en esos momentos, la oposición popular a la anticomunista Alianza Atlántica era enorme en toda España, igual que en la mayor parte de los países de Europa occidental.

 
Por todo esto, la CIA llegó a considerar el golpe de Estado como la mejor opción para forzar la entrada de España en la OTAN. Una entrada deseada también por la cúpula militar, pues con ella, los presupuestos públicos destinados al ejército aumentarían de forma vertiginosa, del mismo modo que las ayudas económicas internacionales para la “modernización” del mismo.
 
Con tal propósito en mente, Estados Unidos nombró como embajador, al ultraderechista Terence Todman que ya había jugado un papel activo en los golpes de Estado de Pinochet, en Chile, y de Videla, en Argentina.
 
Pero sin duda, la prueba más evidente del interés yanqui, en el golpe de Estado, la encontramos en una publicación de la época, llamada Transnational Security, elaborada y distribuida por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y que, según palabras de la propia publicación “No se envía necesariamente a petición, ni se buscan suscripciones. Se envía a dirigentes políticos y cuidadosamente seleccionados, altos ejecutivos… que son conscientes de la necesidad de resistir la permanente ofensiva soviética…” (pág. 207, Calderón).
 
Según una investigación del propio CESID (servicios de inteligencia español), el objetivo de Transnational Security era “crear la imagen, en esos momentos delicados por los que atravesaba España, de que el Centro estaba dominado por un grupo progresista, (…) que pretendía facilitar la conquista de España por el comunismo internacional” (pág. 207, Calderón). Una versión muy alejado de la realidad (recordemos que Adolfo Suárez desempeñó una activo papel durante el franquismo), pero muy útil para demonizar (en unos tiempos de auténtica paranoia antisoviética) a un gobierno que no quería plegarse a los intereses de una potencia extranjera.
 
Fue concretamente en el número de febrero de Transnational Security (anterior, por lo tanto, al golpe de estado), donde, tras hacer un análisis totalmente negativo de la situación política y económica de España, haciendo (¡cómo no!) especial hincapié en la amenaza que constituía el "terrorismo", propone, entre otras cosas, la solución “a la turca”, en referencia al golpe de Estado de Turquía, en el que, las investigaciones de Daniel Ganser han demostrado que la OTAN desempeñó un papel crucial.
 
Brian Crozier, responsable de la publicación (según las explicaciones dadas por Washington al CESID) y destacado colaborador de la CIA, que tenía estrechas relaciones con otros servicios secretos occidentales como el alemán, el suizo, el francés o el inglés (como indicaba la prestigiosa publicación alemana  “Der Spiegel”, en su número del 18 de septiembre de 1982), mantuvo conversaciones en Madrid, con destacados militares y civiles de mentalidad abiertamente reaccionaria, con anterioridad al 23-F, en las que probablemente les expondría las “preocupaciones” que ya había expresado por escrito en Transnational Security.
 
Tras el 23-F, la publicación de la CIA haría una valoración muy positiva de lo sucedido aquel día y daba un aviso para “navegantes”: “La demostración de fuerza efectuada por la Guardia Civil en Madrid y por las fuerzas locales en Valencia, el 23 de febrero, no puede ser ninguna sorpresa para los lectores de nuestro último artículo. Debe ser, sin embargo, considerada más como una dramática protesta contra la incapacidad del gobierno que como un golpe de Estado fallido. Aunque el rey Juan Carlos actuando rectamente se disoció del mismo, puede aún considerarlo necesario para usar la fuerza por sí mismo” (pág. 209, Calderón).
 
Fuera como fuese y tras el 23-F, con Adolfo Suárez fuera de combate (un mes antes había presentado su dimisión), todas las grandes opciones políticas, excepto el PCE, utilizando como altavoces los principales medios de comunicación, emprendieron una demagógica campaña propagandística, en la que se presentaba la entrada de España en la OTAN, como la única solución posible para poner punto y final a la triste tradición golpista de la historia española. Una campaña que pasaba por alto, intencionadamente, la solución que pocos años antes habían intentado Suárez y Gutiérrez Mellado, y que, al contrario que la entrada de España en la OTAN, no suponía la supeditación a los intereses de potencias extranjeras abiertamente imperialistas y anticomunistas. Una solución que era tan simple como la Reforma Militar.
 
Si analizamos el 23-F, tan sólo, como el intento de una cúpula militar reaccionaria por hacerse con el poder, podríamos concluir que el golpe de Estado fue todo un fracaso, pero si lo analizamos como un método de intimidación a la clase política y a la ciudadanía española, planificado por esa misma cúpula militar (al frente de la cual se encontraría Juan Carlos de Borbón), en concierto con la Alianza Atlántica, el 23-F fue todo un éxito.
 
Fuentes bibliográficas: “Algo más que el 23-F”, Javier Calderón y Florentino Ruiz, La Esfera de los Libros S.L., Madrid (2004).
Un artículo elaborado por el blog ANTIMPERIALISTA.
 
 
Nonius451: desde aquí un tributo a Adolfo Suárez. Un hombre que pasará con mayúsculas a la historia de España.

sábado, 29 de marzo de 2014

De cuando los empresarios veían a Suárez como un “falangista de izquierdas”

Fuente: Tribulaciones Metapolíticas

http://especiales.tiempodehoy.com/30aniversario/files/2012/06/portada-suarez.jpg
Revista Tiempo, 13 de abril de 1987
 
Tiempo: “¿Se puede construir un partido con un programa que está contra los estadounidenses, la banca y el resto de los poderes fácticos?”
 
Suárez: “Yo no estoy contra todo; lo que no estoy es de rodillas ante nadie. Ni ante la banca ni ante los americanos. Llevar a la práctica los principios de la libertad, la igualdad y la solidaridad que figuran en nuestra Constitución implica, muchas veces, enfrentarse con sectores poderosos (…) Creo que los intereses estratégicos de Estados Unidos, apoyados desde las bases instaladas en territorio español, pueden ser contrarios a nuestros propios intereses (…) Mi idea es que la bipolarización existente debe ser sustituida por otros focos de poder. Europa debe asumir un protagonismo que histórica, cultural y militarmente le corresponde
 
(Entrevista completa: http://especiales.tiempodehoy.com/30aniversario/suarez-rompe-su-silencio/)
http://www.ecestaticos.com/imagestatic/clipping/5c0/23e/93a/5c023e93a33b1ba9a67170235cbf76ec.jpg?mtime=1395696655

De cuando los empresarios veían a Suárez como un “izquierdista falangista”

Fuente
http://canariasvladi.blogspot.com.es/2014/03/de-cuando-los-empresarios-veian-suarez.html
Contaba hace algún tiempo el empresario Celso García, conocido por ser el fundador de unos grandes almacenes de la calle Serrano, una anécdota deliciosa. En una ocasión, al principio de la Transición, fue a visitar a Suárezal palacio de la Moncloa, y allí estuvo durante bastante tiempo esperando a que saliera de su despacho el presidente del Gobierno. Pasaban los minutos y seguía esperando. Hasta que en un momento vio que quien abandonaba la sala era el canciller alemán Willy Brandt. Unos segundos después, quien dejaba su despacho era Adolfo Suárez, que al ver al empresario le dijo:
– ¿Has visto quién ha salido?
– Sí,– respondió Celso García.
–Pues yo soy más socialdemócrata que él, –le espetó Suárez*.
Con estos antecedentes, no es de extrañar que los empresarios le pusieran la proa al presidente del Gobierno casi desde el primer día.
Y es que la estrategia de acoso y derribo contra Suárez tuvo varios frentes: la extrema derecha que buscaba la involución política; el terrorismo etarra con decenas de asesinatos cada año; su propio partido (con Herrero de Miñóncomo el jefe de los jóvenes turcos que querían asaltar el poder del sultán) o la durísima oposición parlamentaria que ejerció el PSOE. Pero también tuvo que resistir una presión mucho más sutil –aunque efectiva– que practicaron los empresarios de la CEOE contra el expresidente, a quien consideraban un “izquierdista”, como le llegó a calificar Max Mazín, el fundador de una de las patronales madrileñas en los albores de la democracia. Sin duda, porque la élite empresarial había apostado por Manuel Fraga como sucesor de ese cadáver político que por entonces era ya Arias Navarro.
Reunión en el restaurante Mariscal
Como se sabe, el elegido por el rey fue Suárez, pero ya unos días antes de su elección en la célebre terna (“Estoy en disposición de ofrecer al rey lo que me ha pedido”, dijo Torcuato Fernández-Miranda tras incluir su nombre en la lista) un grupo de notables reunido en torno a la Agrupación Empresarial Independiente (AEI) se había reunido con Fraga en el restaurante Mariscal, de la calle Ayala, de Madrid. El grupo lo formaron diez empresarios (el propioMazínJosé MeliáCelso García o Eduardo Bueno), que a la vista de la voladura de los sindicatos verticales querían conectar con la derecha política, por entonces encarnada en la figura de Fraga.
Aquel encuentro se celebró el 21 de junio de 1976, días antes del nombramiento de Suárez, quien recibió el encargo de presidir el Gobierno el 3 de julio. Sólo dos días después, y ya con Suárez en la Moncloa, el interlocutor de los empresarios fue el exministro Silva Muñoz. Y, finalmente, unos días más tarde, la reunión fue con José María Gil Robles, el histórico jefe de la CEDA durante la Segunda República.
El perfil político de los interlocutores que tuvo en aquellos días uno de los antecedentes históricos de CEOE refleja la posición ideológica de algunos empresarios de aquellos días, entre los que se encontraba el incombustibleJosé Antonio Segurado. El empresario José Melía, incluso, llegó a quejarse en público de la actitud del ministro de Relaciones Sindicales de Suárez,Enrique de la Mata. Melía acusó al Gobierno de ser “tolerante con CCOO y UGT y excesivamente crítico con los empresarios”.
El hecho de que Suárez no fuera bien visto por élite de la patronal explica que desde Moncloa se favoreciera la implantación de la Confederación Empresarial Española (CEE) como representante de los empresarios ante la Organización Sindical. Y su líder no era otro que el marchante de arte Agustín Rodríguez Sahagún, pariente muy lejano de Adolfo Suárez pero que llegó al Gobierno de la mano de Fernando Abril-Martorell, con quien había negociado con anterioridad. Félix Mansilla, uno de los históricos líderes de la CEOE, llegó a decir del exalcalde de Madrid: “Todos pensábamos que Agustín era un infiltrado del Gobierno y la banca”.
Las malas relaciones con Ferrer
No lo era. Pero lo que era cierto es que las relaciones del Gobierno que salió de las elecciones del 15 de junio de 1977 con la recién constituida CEOE eran malas tirando a muy malas. Suárez nunca tragó a Ferrer Salat, y tampoco su sucesor, Leopoldo Calvo-Sotelo, quien en sus Memorias habla de él como un arribista, un pretencioso burgués catalán: “Su éxito grande animó en él una ambición política, y me atrevo a pensar que desde ella empezó a ver a los gobiernos de UCD como unos competidores a los que convenía batir y, por tanto, como unos adversarios”, escribió el expresidente del Gobierno, poco dado a excesos dialécticos.
Ferrer Salat no tenía mejor opinión de Suárez. En la CEOE decían que se expresaba con la retórica del “izquierdismo falangista”. En palabras del presidente de los empresarios, “la formación de Adolfo Suárez era falangista y él se consideraba a la izquierda del partido socialista”. Incluso se llegó a acusar de “cobardía moral” al gabinete porque se achicaba ante las presiones de los sindicatos y oposición marxista (el PSOE todavía no había abandonado sus señas de identidad clásicas). El empresario Max Mazín, en la misma línea, decía que “la política socialdemócrata del gobierno se debía al complejo falangista” (sic).
¿Y por qué tanta animadversión? En el memorial de agravios de la patronal se encontraba grabado a fuego un año: 1978, cuando entró en vigor el nuevo IRPF diseñado por el equipo económico de Suárez. A los responsables de Hacienda (Fuentes Quintana y Fernández Ordóñez) no se les ocurrió otra cosa que publicar la lista de los mayores contribuyentes. O acaudalados, como se prefiera. Y tras conocerse aquel listado (75 españoles declararon unas rentas superiores a 1.000 millones de pesetas), los empresarios pusieron el grito en el cielo.
No fue la única vez. En la CEOE cayó a plomo el hecho de que el primer gran discurso de Suárez estaba deshuesado de economía. Lo que le preocupaba a Suárez era la política y no tenía tiempo para resolver las cuitas de los empresarios. Lo que le ocupaba, por el contrario, eran los pactos sociales con los sindicatos y los partidos de izquierda con capacidad de movilizar la calle. Y eso que contaba con Abril-Martorell, el puente que le unió con los empresarios en ese lugar que llamaban jocosamente ‘la tasca’ (Jockey), donde se reunía el vicepresidente con Juan Manuel de Mingo y los que en realidad mandaban en el país.
*Secundino José Gutiérrez ÁlvarezLas organizaciones empresariales en la Transición. Fundación Ceim.
 

Suárez: «La Banca me pidió que me retirase en favor del PRD»

ABC.    04/06/1986.  Página: 28. Páginas: 1. Párrafos: 14. 
28/ABCSuárez: «La Banca me pidió que me retirase en favor del PRD»
Barcelona. AqenciasAdolfo Suárez, ex-presidente y candidato del CDS a la Presidencia del Gobierno, dijo ayer en Barcelona que los banqueros le insinuaron que se retirara de estas elecciones en beneficio del PRD. En su primera  comparecencia pública en Cataluña, Suárez indicó que los banqueros le habían marginado en beneficio  del líder del Partido Reformista, Miguel Roca. Respecto a la encuesta aparecida recientemente en el diario  gubernamental, que otorga al CDS entre 15 y 19 diputados, explicó que «esto demuestra que los  banqueros son malos profesionales, porque no supieron hacer sus propias prospecciones antes de  conceder los créditos». Suárez criticó a la Banca española su «injerencia» en la vida nacional al pedir el «“sí” en el pasado referéndum sobre la OTAN y discriminar a su antojo a los partidos políticos».
«Estas críticas hacia la Banca no significan que yo haya cambiado de actitud hacia ella, sino que ellos me  han enseñado lo que realmente son», especificó. El presidente del CDS consideró insuficientes las  afirmaciones del presidente del Gobierno, quien dijo que la Banca no había actuado con objetividad, «porque el Gobierno —dijo— se ha lavado las manos en este aspecto y Felipe González no hizo nada por  evitarlo». Insistió en que su partido estaba realizando una campaña modesta y que no habían podido  entrar en las cuñas publicitarias de diarios y radio o en los carteles en la calle debido a falta de créditos.
Criticó qué la Banca hubiera obtenido 200.000 millones de beneficios el año pasado, «cuando el país está  en la bancarrota», subrayó. Adolfo Suárez resaltó que en el,caso hipotético de que los socialistas no  sacaran la mayoría absoluta, no pactaría con ningún grupo; sé mantendría en una «dura oposición» y  apoyaría aquellas iniciativas de Gobierno que estuvieran en el programa del CDS. Retó a Felipe González  a comparar los años de Gobierno de UCD con el de los socialistas, y dijo, al referirse a la petición de  González de la necesidad de sacar mayoría absoluta, que «él no sabe gobernar en minoría como lo hice  yo, es decir, con mayor protagonismo del Parlamento». Indicó que con un hipotético Gobierno suyo los  españoles serían más libres y que percibirían mejor los principios de igualdad, justicia y solidaridad.
El líder del Centro Democrático y Social señaló que él quería llegar a la Moncloa «como inquilino y no  como propietario, como otros desean estar», resaltó. Señaló que los socialistas en Andalucía no estaban  haciendo la reforma agraria, «porque todas sus iniciativas están siendo suspendidas por la autoridad
judicial»
Fuente
 

viernes, 28 de marzo de 2014

Adolfo Suárez, un caso similar al de Charles de Gaulle

Fuente: ElMundo

http://adversariometapolitico.files.wordpress.com/2014/03/f6713-adolfo_suarez.jpg http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/18/Bundesarchiv_B_145_Bild-F010324-0002,_Flughafen_K%C3%B6ln-Bonn,_Adenauer,_de_Gaulle-cropped.jpg
Adolfo Suárez, un caso similar al de Charles de Gaulle
Eloy Pardo
http://actualidad.rt.com/expertos/pardo/view/123573-adolfo-suarez-caso-similar-charles-Gaulle
 
El fallecimiento del carismático Adolfo Suárez ha logrado volver a poner de relieve, en estos días, el breve período que va de 1975 a 1981, es decir, los conocidos años de La Transición española. Durante aquel lapso de tiempo, se trató, para resumirlo brevemente, de transformar el régimen franquista, de partido o movimiento único (bien que con fuertes divisiones), a un sistema pluripartidista modernizado, con la misión de superar los desencuentros que habían desangrado a España durante décadas, proponiendo, en suma, un proceso que vino a llamarse de reconciliación nacional.
 
La lucha de intereses fue brutal. Pues mientras algunos quisieron realizar enormes cambios por la vía rápida, la presidencia de Adolfo Suárez, un hombre procedente del falangismo social pero con antecedente republicano por parte paterna, sorprendió a propios y extraños defendiendo la independencia de criterio española dentro de un nuevo marco superador de la dictadura. Todo el mundo debió ceder para lograr un equilibrio y ello fue logrado por un político que se asemejó al dirigente francés Charles de Gaulle.
 
No ligado a ningún sector privilegiado
Con una base social inicialmente sólida, la creciente popularidad de Suárez molestó a determinados sectores que buscaron derrocarlo por cualquier medio, incluyendo las mociones de censura, la sublevación de sus propios ministros, la subversión probablemente financiada desde el exterior, incluyendo el terrorismo, tanto de extrema izquierda, como de ultraderecha, y, finalmente, el golpe de estado.
 
En su célebre discurso electoral del 13 de junio de 1977, “Puedo prometer y prometo”, Adolfo Suárez, remarcó entre muchas otras cosas no estar “ligado a ningún sector privilegiado” y desear una “síntesis de esas dos Españas de ingrato recuerdo”, de cara a superar o matizar las divisiones ideológicas de la realidad española (las dos Españas). No era tanto un engañoso “ni de izquierdas ni de derechas” como la asunción de una mezcla entre conceptos usualmente ligados a unos o a otros. “Creemos que España se debe construir con la colaboración de la derecha y la izquierda, aunque defendemos un modelo de sociedad diferente”, dijo Suárez, en la conocida alocución. En resumen, buscó crear un espacio con querencia patriótica, es decir, haciendo suyos distintos ejes ideológicos y teniéndolos en cuenta a la hora de gobernar: manual básico de cualquier proyecto nacional.
 
Como se vio en años sucesivos, la batalla por la democracia pretendía ser, para algunos, una excusa perfecta para la transformación de los sectores nacionalizados de la economía hacia un marco de grandes privatizaciones, con mayor predominio del sector bancario-crediticio. Y, de paso, convertir el poder político de turno no en un actor económico primordial, sino en comparsa de las decisiones de gabinetes ajenos al interés del estado-nación. Generar, en definitiva, una orientación hacia el modelo de Estados Unidos, también en lo militar.
 
Tal orientación quedó sellada y confirmada con la llegada de Felipe González y José María Aznar –polarización electoralista derecha-izquierda– que dieron a su política el enfoque liberal claramente inspirado por el “american way of thinking” (y sus dos versiones, neocon y progresista) aderezado con la permanente brega territorial. No era Suárez, con sus ideas, el presidente adecuado para seguir en el mando. Debía ser apartado, dimitir o ser depuesto.
 
Detractor de la OTAN, problemas con la banca
Y es que Adolfo Suárez fue un firme defensor del no ingreso de España en la Organización del Atlántico Norte (OTAN), con todo lo que ello comportaba. Se propuso salvar la crisis económica de aquél entonces sin ceder a las presiones externas. Lo pagó con un aislamiento casi total y la frontal oposición de los socialistas. Conviene recordarlo precisamente ahora, que son pocos los que dan relieve a este tipo de datos. El líder de la Unión de Centro Democrático (UCD), posteriormente Centro Democrático y Social (CDS), se resistió activamente a integrar el Estado que presidía en unas estructuras que conllevaban el aumento de la deuda externa e hipotecas sociales insoportables. Lo mismo sucedió, en su momento, con Charles de Gaulle. Años más tarde, sus problemas con la banca, que se intuye venían arrastrándose desde su presidencia, llegaron incluso al terreno personal.
 
En una campaña electoral posterior, en 1986, afirmó lo siguiente: “Yo también tengo problemas con la banca”, que le negó créditos para financiar aquellas elecciones. Y a renglón seguido denunciaba las políticas económicas del PSOE: “los socialistas han seguido una política orientada por el Fondo Monetario Internacional, con lo que han aumentado sustancialmente los beneficios de la banca”. “La banca nos ha dado la espalda, lo que quizás obedece al hecho de que el CDS no se pone de rodillas ante ella. Me enfrenté a los que querían hacer una España para ellos solos, y no una España para todos”, dijo aquél año.
 
Además de su incómoda posición respecto a la OTAN, tanto Suárez como De Gaulle de distinguieron por una postura amistosa con los países árabes –abastecedores de gas y petróleo– y a raíz de ello optaron por no mantener relaciones diplomáticas con el beligerante Israel. Este punto fue considerado un “error” por gente de su propio gobierno, diputados incluidos. Y, ni que decir tiene, por quienes gobernaron el país y sus comunidades autónomas después del golpe de estado del 23 de febrero de 1981: en su agenda, priorizaron todos aquellos puntos en los que Adolfo Suárez, maltratado por la prensa, se mantuvo firme.
 
Suárez y De Gaulle entendieron que el interés nacional, especialmente en momentos de urgencia, no se construye en base a la exaltación de antagonismos ideológicos y territoriales, sino con la participación conjunta de los más significativos sectores populares. Ambos tendieron puentes hacia una entendimiento con el comunismo de la época, truncada por el progresivo acercamiento de estos últimos a la socialdemocracia (tanto en el caso francés, como en el español). Comprendieron la importancia del ascendente sindical entre los trabajadores. Los dos personajes hicieron de la elaboración teórica un arte para superar visiones maniqueas que se suponía debían tener.
 
El mandatario francés, “oficialmente” vencido por la primavera de mayo del 68, fue sustituido por un miembro de su propio gabinete: Georges Pompidou, apoderado de la casa Rothschild. “La banca apuesta por Leopoldo Calvo Sotelo”, tituló quién sabe si inocentemente el diario El País, tras la dimisión de Suárez, en 1981…
 
Su relato político queda, por tanto, marcado por la tensa relación con bancos como el Santander (Emilio Botín), con el FMI y la OTAN. Hoy Suárez es llorado por algunos de quienes, a finales de los años 70 e inicios de los 80, lo condenaron en vida y truncaron su carrera política, moderada y centrista, pero demasiado “innovadora” e independiente. La ruptura de su efímera propuesta –así como la ruptura de la más longeva propuesta gaullista– la provocó el mundo que hoy gobierna. Sin embargo, difícilmente otro presidente español tendrá un funeral de Estado tan masivo y una despedida como la que ha tenido Suárez, estos días, en Madrid.
 
Enlaces de interés
Marcelino Oreja: “Los dos errores de Adolfo Suárez fueron la OTAN e Israel”
http://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2013/06/marcelino-oreja-errores-adolfo-suarez-fueron-20130626-167132.html
Henri Guillemin: “De Gaulle fue derrocado por la banca”
http://fortune.fdesouche.com/280775-henri-guillemin-de-gaulle-ete-renverse-par-quelquun-qui-etait-au-service-de-la-droite-et-des-banques-il-commencait-inquieter-les-banques
La banca apuesta por Leopoldo Calvo Sotelo, Archivo Linz de la Transición
http://www.march.es/ceacs/biblioteca/proyectos/linz/documento.asp?reg=r-42820
Adolfo Suárez o la gallardía del perdedor, art. de Pepa Roma
http://www.universocanario.com/opinion/tu-opinas/pepa-roma/329086
Hijo de un republicano enterrado en San Amaro al que ocultó Sánchez-Albornoz
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/espana/2014/03/25/hijo-republicano-enterrado-san-amaro-oculto-sanchez-albornoz/0003_201403G25P6993.htm
 

Turquía planeaba bombardearse a sí misma para poder atacar Siria

Fuente: ElMundo

  • Publican en una web dos presuntas grabaciones del encuentro donde se preparaba el plan
  • La conversación es entre el ministro de Exteriores turco y el 'número dos' del Estado Mayor
  • El presidente turco, Abdullah Gül, ha convocado una reunión urgente con los afectados

El perfil de Twitter del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan.
 
"Si es necesario, enviaré a cuatro hombres a Siria. Podríamos provocar un caso de guerra lanzando un misil a Turquía. Podríamos, también preparar un ataque a la tumba del Sha Solimán, un enclave turco en suelo sirio donde reposan los restos del fundador de la dinastía otomana".

Estas fueron supuestamente las palabras que pronunció Hakan Fidan, jefe de la Inteligencia turca y mano derecha de Tayyip Erdogan, durante una reunión de alto nivel el trece de marzo pasado.

Dos grabaciones de ese encuentro de secreto, en el que participaron Fidan, el ministro de Exteriores Ahmet Davutoglu, uno de sus altos cargos y el segundo jefe del Estado Mayor, han sido publicadas en la página web del periódico Cumhuriyet a media tarde del jueves.

En la cita, los presentes presuntamente debatieron cómo poder forzar una acción armada en Siria y sus consecuencias militares.

La opción que se discutió, se deduce de los comentarios que aparecen registrados, era lanzar un atentado de falsa bandera contra intereses nacionales que legitimara en la arena internacional una intervención en defensa de la soberanía turca.

Esta semana, el líder de la oposición Kemal Kiliçdaroglu había advertido, refiriéndose a fuentes propias, de la posibilidad de que Turquía atacara a Siria a fin de ganar apoyo electoral y desviar la atención de los casos de corrupción política aireados en los medios, especialmente por Internet.

Pocas horas después, en una nota de prensa, Davutoglu ha confirmado que la grabación se corresponde con una cita que sí tuvo lugar, aunque ha apostillado que algunos de sus pasajes han sido manipulados.

Es un "ataque miserable" a la seguridad nacional, una "actividad de espionaje que supone un delito muy grave", ha dicho. Añadió que quienes estén detrás de ella recibirán el castigo más duro posible.

El jefe de gabinete turco, que por el momento no ha modificado sus actos de campaña electoral después de estallar el escándalo, ha exclamado en el curso de su visita a la ciudad de Diyarbakir que la aparición de la presunta conversación es una "inmoralidad" y una "villanía".

YouTube, bloqueado

En los instantes siguientes a la filtración de las grabaciones, la Autoridad en Tecnologías de la Comunicación (BTK), que ya bloqueó Twitter hace una semana, ha clausurado el acceso al servicio de vídeos Youtube, en cuya página una cuenta anónima cargó las polémicas conversaciones.

Según la agencia Reuters, las autoridades turcas han contactado con Google, propietaria de YouTube, para exigirle que retire las controvertidas grabaciones como moneda de cambio para reabrir el servicio.

Al mismo tiempo, según el periódico Radikal, el presidente de Turquía Abdullah Gül se ha reunido en Estambul con el vicesecretario de Exteriores Ferudun Sinirioglu.

Exteriores ha negado que vaya a tener lugar una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, tal y como habían especulado algunos medios de comunicación locales.

De acuerdo al Radikal, empleados de seguridad buscan en la sede donde tuvo lugar la cita crítica los instrumentos supuestamente usados para registrar las conversaciones que han salido a la luz. Más allá, se ha anunciado que la Fiscalía iba a investigar el incidente, aunque no se ha entrado en detalles.

La filtración pone contra las cuerdas al primer ministro a sólo tres días de unas elecciones municipales cruciales. Erdogan las había convertido en un plebiscito para medir el apoyo popular a su respuesta en las protestas antigubernamentales del verano pasado.

Según varias encuestas periódicas publicadas por la Fundación Plan Marshall Alemán de los EEUU, la mayoría de los turcos se opone a una intervención militar turca en siria. De lo que se desprende, por ende, que entre aquellos opuestos se encuentran también numerosos votantes del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan, que gobierna Turquía actualmente con algo más del 49% de votos.
Tweets por @Nonius451