Copio aquí un magnífico artículo de Felix Udivarri, gracias a Red Pill y a Acratas (tengo que decir que no me considero en absoluto como ácrata). El artículo no tiene desperdicio, desde la primera hasta la última línea.
El Imperio, como definición previa, consiste en el país o países que el Sanedrín Financiero Internacional ocupa, parasita y utiliza para sus fines de dominación mundial, y donde reside la casi totalidad de la llamada Banca Internacional. En los inicios del siglo XXI, lo forman los restos del antiguo Imperio Británico en decadencia y el nuevo imperio despótico de los Estados Unidos de Norteamérica.
El cerebro del Imperio reside aún en la City de Londres, y su cabeza más visible es seguramente el barón de Rothschild. No obstante, las dos personas más influyentes en la actualidad están en Nueva York, son Lloyd Blankfein y Gary Cohn, los dos ejecutivos de mayor rango de la firma Goldman Sachs, famosos por su papel relevante en la crisis de 2007 y por sus agresiones a la Unión Europea, especulando mediante posiciones cortas en los pasados meses contra sus miembros más débiles, Irlanda, Portugal y Grecia, actualmente intervenidos; y ahora mismo, contra Italia, Bélgica y España.
El Imperio crece sinérgicamente con la influencia financiera del SFI. Sus multinacionales, controladas por éste a través del crédito, se imponen en el mundo. Puede decirse que los países que el Sanedrín Financiero Internacional parasita se transmutan en imperios, aunque la inversa también es cierta: el SFI sólo se enquista en estados con capacidad para convertirse en imperiales: chuleó al imperio español y al austro-húngaro antes que al británico, por ejemplo, pero los hizo grandes.
El Imperio controla los servicios secretos más importantes del mundo, el MI6 británico, la CIA norteamericana y el Mosad israelí, cuyas cloacas ejecutan la casi totalidad de los atentados de falsa bandera que permiten mantener ante la opinión pública la ficción de un peligroso terrorismo internacional a cuentas del cual se han invadido y expoliado los recursos de países como Afganistán, Irak o Libia, al precio de cientos de miles de civiles muertos.
La situación actual es de quiebra imperial. Así de claro. Los excesos de fabricación de dinero por parte del SFI durante los últimos 50 años, y especialmente a través de los productos financieros derivados, cuya regulación por parte de los estados ha impedido reiteradamente mediante sobornos, ha alcanzado la sobrecogedora cifra de 750 billones de dólaresUSA. Ello ha sido posible gracias al control que el SFI tiene sobre la emisión de moneda norteamericana, de la que es único dueño a través de la propiedad de la Reserva Federal.
La quiebra del Imperio está siendo camuflada a través de todos los medios de comunicación y de la prensa internacional —de la que son propietarios los bancos del SFI—, tomando como señuelo la supuesta fragilidad del Euro y el riesgo de un futuro desmembramiento de la Unión Europea. Toda esa coreografía es apoyada mediante las corruptas agencias de ráting. Y el mismísimo falsario presidente norteamericano, Barack Obama, se ha atrevido a identificar los problemas económicos de los EEUU con la inestabilidad política y económica europea. Es todo una falacia intolerable incardinada en un plan global de control, como vamos a evidenciar en una serie de artículos futuros.
Hoy nos limitaremos a señalar un testimonio claro de la falsificación generalizada de toda información referente al Imperio en relación con el monto de su deuda. Así, el World Factbook de la CIA indica que el PIB de la Unión Europea asciende a la cantidad de 16 billones de dólares USA, y que su Deuda Externa es también de 16 billonesde dólares. Para ello, no duda en sumar, por ejemplo, la deuda que Francia tiene con Alemania a la que Alemania tiene con Francia, no considerando que, como es en el caso de los estados federados norteamericanos, ambas deudas no sólo se cancelan parcialmente, sino que debieran ser consideradas como deuda interna de la Unión Europea.
Pero eso no es lo más tendencioso. Lo peor es cuando da los datos de los EEUU. Ahí, intencionadamente, confunde al poco atento lector dando el dato de la Deuda Pública norteamericana como si fuera el de su Deuda Externa: en efecto, dice que el PIB de EEUU es de 14,66 billones de dólares USA y que su Deuda Externa es de 14,71 billones. Eso es falso. La Deuda Externa norteamericana es de 50,2 billones de dólaresUSA, de los cuales, 14,71 los debe el Gobierno Federal, y constituyen su Deuda Pública. Como puede verse, la diferencia entre los EEUU y Europa son siderales. Europa está en una posición financiera y económica infinitamente mejor que la de los EEUU.
En cuanto al Reino Unido, el World Factbook de la CIA le asigna un PIB de 2,25 billones de dólares y una Deuda Externa de 9,8 billones de dólares USA, de los cuales, algo más de un billón es su Deuda Pública.
Ese “error” respecto a los EEUU lo mantienen todas los medios de información general e incluso los especializados en finanzas de todo el mundo. Así, un reciente y bien pergeñado artículo de la BBC asigna a los EEUU un PIB de 10,8 billones de euros y una Deuda Exterior de 10,9 billones de euros. Otra vez confunden Deuda Pública con Deuda Externa —¡sólo para el caso de los EEUU!—, de manera absolutamente falaz e interesada. Ahí, en cuanto a Deuda Externa, debiera decir 37,2 billones de euros (al cambio de 1,35 dólares/euro).
Resumiendo: en el mundo, quien ha quebrado de manera irrecuperable es el Imperio, pues suma (entre EEUU y UK) un PIB de 16,9 billones de dólares y una Deuda Exterior de 60 billones de dólares USA. Es decir, una deuda del 355% del PIB. Mientras que Europa, EXCLUYENDO EL REINO UNIDO, tiene un PIB de 13,72 billones de dólares USA (casi el mismo que el Imperio) y una Deuda Externa ridícula.
Las cifras del Imperio son, proporcionalmente, mucho peores que las de Grecia, cuya Deuda Externa es “solamente” del 255% de su PIB, que es de unos exiguos 0,2 billones de euros. Europa puede financiar a Grecia eternamente con lo que gasta para festejos. ¿Tiene sentido entonces el montaje de los medios del SFI (que son todos) contra Grecia y, a su través, contra toda la Unión Europea? Por supuesto que no.
La pregunta, claro está, debiera ser por qué Europa no denuncia esta realidad objetiva. Bueno, quizás lo esté haciendo y nadie se entera a causa de la tendenciosidad de los medios. Pero Ácratas se inclina a creer que la Europa de Ángela Kasner y Nicolás Sarkozy, ambos judíos, no quiere oponerse a los designios del Imperio, sino, en vez de resolver sus problemas internos y triunfar como modelo mundial, prefiere ceder al final en la quimera del Sanedrín de crear una moneda única occidental para todo el ámbito bajo la égida de las bombas de la OTAN. Los europeos no debiéramos consentirlo, y cambiar de jefes cuanto antes. Pero no vamos por ese camino, tras la colocación de Papadimos y Monti (hombres del Imperio) al timón de Grecia e Italia. El mundo financiero serio, más allá de los inversores de tres al cuarto que manejan los fondos de los jubilados, sabe todo lo que contamos. China, Rusia, Brasil y la India hace tiempo que refuerzan sus posiciones en euros para enfrentarse a una eventual moneda única occidental en una situación más diversificada, menos expuesta, aunque saben que tanto Irak como Libia cayeron por intentar vender petróleo en una moneda distinta del sobrevalorado dólar norteamericano. Al Imperio sólo le queda la propaganda y, nunca lo olvidemos, el uso de la fuerza de los bombarderos B1 y los marines de los EEUU, a la que es tan proclive. La Historia habla por sí misma: los imperios siempre mueren matando.
FÉLIX UDIVARRI
Fuente: Ácratas