Es de sobra conocida la situación de desastre económico con los recientes rescates a la banca, deslocalización de industrias, casos de corrupción, ruptura del bipartidismo, inmovilismo del Gobierno, políticas neoliberales, migraciones forzosas, recortes de libertades, incremento general de la impunidad y por último miseria que han permitido a las oligarquía amasar más fortuna que en los años pre-crisis.
Dentro de los recortes de libertades y represión los distintos colectivos se organizan para disponer su defensa. En este caso el gremio periodístico plantea crear la Plataforma en Defensa de la Libertad de Expresión PDLE para ejercer su derecho al libre pensamiento en un estado postdictatorial en el que solo han cambiado las caras pero no las formas. Hasta ahí todo correcto:
Las detenciones de dos fotógrafos en sus casas, nos han obligado a acelerar nuestro proceso de formación, y aún sin estar totalmente definidas y siendo conscientes de que esta Plataforma está aún en construcción nos vemos obligados a salir a la luz para denunciar estas detenciones, exigir la libertad de nuestros compañeros, y reivindicar el derecho a la libertad de expresión, un derecho que implica el derecho a la información y que se está negando, por ende, a los ciudadanos. Entendemos que la criminalización que venimos sufriendo es parte de una campaña de desprestigio de la prensa independiente y ciudadana por parte del Ministerio de Interior y Delegación de Gobierno. Es la prensa que les hace más daño, al no estar sujeta a su voluntad. Plataforma Libertad de Expresión
Pero de repente encontramos esta noticia: Varias organizaciones de distintos sectores -entre ellas, la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP)- han constituido este 20 de noviembre la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información, auspiciada por la Open Society Foundations (OSF) y el Instituto de Prensa Internacional (IPI).
Dentro de la sopa de letras habitual de toda plataforma encontramos a la Open Society Foundation de George Soros como una de las organizaciones de apoyo, lo cual hizo saltar todas las alarmas. La Open Society es una organización reaccionaria y filofascista creada inexpreso por su dueño para alejar a las antiguas repúblicas soviéticas del área de influencia rusa a través de las llamadas Revoluciones de color, recientemente extendidas a medio oriente y ahora Europa. Un paso adelante para España hacia la globalización ultraliberal.
¿Quién es G. Soros?
George Soros es uno de los principales impulsores de Democracias clientelistas al servicio de la corporaciones y mercados desde finales de los 70 al siglo XXI. Sus declaraciones suelen parecer contradictorias, ya que a pesar de ser una de las 100 personas más ricas del mundo promulga los males del capitalismo salvaje y es tenido por anticapitalista! y filántropo! gracias a la financiación de todo tipo de empresas y actividades en los que invierte unos 450 millones al año. Esta financiación permite el favor de las cúpulas y la domesticación de la disidencia, por eso se le puede observar financiando tanto a partidos políticos como a sindicatos, generales, presidentes o grupos como Green Peace o Human Right Watch.
¿Qué es la Open Society?
La base ideológica: Estado de Bienestar La raíz se encuentra en los trabajos de Karl Popper, filósofo anticomunista inglés, conocido por sus obras sobre la filosofía de la ciencia, teoría política, y sociología. En concreto, a su libro de 1945 “La Sociedad Abierta y sus Enemigos”. Popper es responsable de popularizar la noción de “sociedad abierta“. Una sociedad abierta es una forma de organización social basada en el reconocimiento que nadie tiene un monopolio de la verdad, que personas diferentes tienen vistas e intereses diferentes, y que hay una necesidad por las instituciones de proteger los derechos de todas las personas para permitirles vivir juntos en paz.
En la práctica promueve la organización social desde las instituciones gubernamentales o ONGs, amparada por el Estado de Derecho y transparente, como forma ideal de Estado del Bienestar. Dicho así parece hasta noble, solo hay un problema: las estructuras económicas, oscuras o transparentes, abiertas o cerradas, se organizan de forma jerárquicamente descendente, como las monarquías, lo que implica que la estructura está al servicio de la cúpula y no al revés. Estas solo permiten el desarrollo necesario e imprescindible para mantener a sus bases dóciles evitando la organización social popular.
Defender la legalidad no es acabar con los problemas, es defender la legalidad. La oligarquía consigue domesticar las democracias y mantener un discurso antitotalitario dando la ilusión de libertad. Este es su logro. Ejemplos los encontramos en Inglaterra, Alemania o los Países escandinavos.
Su organización: reformando el capitalismo global. Open Society no es tan solo un grupo de fundaciones diseminadas por el mundo. Es un macroproyecto de control político, económico y social financiado por G. Soros. Este ultra-rico consigue el dinero a través de sus sociedades de inversión de alto riesgo con capital procedente de la especulación financiera, dinero negro de armas, blancas y drogas y lavaderos en paraísos fiscales, todo gestionado a través de Quantum founds.
Es un verdadero entramado que cuenta con Institutos, Observatorios, Centros de estudio, Hospitales y beneficencias. Open Society Foundations es una red de empresas no gubernamentales que se nutren del patrimonio de Soros y su entramado económico para otorgar subvenciones creada en 1993. Aunque en sus inicios haya estado actuando únicamente en los países de la antigua Unión Soviética, cuenta con Centros en África 4, América 6, Asia 8, Europa 22 (ver opensocietyfoundations.org) y una red de más de 198 sociedades financiadas por la OSF o Soros, entre las que destacan Amnistia internacional o Free Press. (discoverthenetworks.org)
Si Open Society Founds es capaz de distribuir todo este dinero es porque el entramado económico y social forman parte de la misma estrategia. Soros es la cara visible de una vasta red de financieros privada, centrada en la Cámara de los Windsor. Esta red, llamada por sus miembros como “El club de las Islas”, fue construida sobre las ruinas del Imperio Británico después de la Segunda Guerra Mundial.
Quantum Fund se ha registrado en el paraíso fiscal de las Antillas Holandesas (balder.org). Debido a su estructuración, deslocalización y diversificación es imposible saber cuantas compañías controla directa e indirectamente, ni si quiera para ellos. Entre proveedores, clientes y venture joins, uniones empresariales temporales y empresas pantalla, ingeniería fiscal, se puede intuir a groso modo que es posible que varios cientos si no miles a la vez.
Su objetivo: control general: controlar la economía, lo que suele requerir también el gobierno, bien sea por infiltración entre sus miembros o por disrupción de sus funciones. Su objetivo concreto: acabar con los monopolios locales y suplantarlos por medio de la entrada del capital extranjero proveniente del blanqueo.
Su estrategia: financiar organizaciones para conseguir cambios políticos o económicos que le favorezcan Una práctica asombrosamente simple: financiar. Tanto a organizaciones del régimen como a disidencia, tanto gobierno como oposición, para controlar así la política de los distintos países creando redes de clientelismo con sus oligarquías. A grosso modo:
- Al gobierno y oposición se les controla por medio de sobornos, lobbies y “puertas giratorias”.
- A la disidencia se le controla promoviendo a ciertos líderes afines en la llamada “Disidencia controlada“.
- La economía se controla por medio de compras y adquisición de empresas y participaciones.
- La sociedad se controla mediante la política laboral, los medios de comunicación y servicios públicos, incluídas ONGs. También se puede promover cambios políticos que sitúen a sus agentes en el poder.
Su técnica más conocida es la Revolución de Color, la cual es en sí mismo un golpe de estado. Su método y resultados: cambio de régimen y apertura económica
Como hemos indicado OSF se dedica a la concesión de subvenciones, financiamiento de grupos políticos y promoción de la agitación social por los medios de comunicación y redes sociales. Sus intervenciones son muy variadas y siempre ajustadas a los entornos. Son los maestros de la ingeniería social. Gente dispuesta, escándalos e indignados no faltan. La agitación social se consiguen de muchas formas: financiación de miembros de organizaciones fascistas como OTPOR de Ucrania 2004, financiación de líderes como Vaclav Havel 1976, agitación mediática radiofónica como en la antiMilósevic de Serbia en 1991, o la Rusia de Yeltsin 1993, guerra de divisas como el ataque al Rublo de 1998, financiación de la disidencia que llevó al golpe de Estado como en Venezuela 2002, Georgia 2003, desestabilización política como en Bielorrusia 2007 contra Lukashenco, agitación social como en la Primavera árabe 2011, Agitación social como en ucrania 2012, de nuevo en Rusia, San Petersburgo 2012, agitación política como en Egipto 2013.
A finales del 2003 Rusia expulsó la Open Society Institute de su territorio. Open Society Foundation en España tiene su sede en la Calle Elisabets 24 Barcelona 08001, su director es Jordi Vaquer, anteriormente directo del CIDOB y colaborador del periódico El País.
Desde sus anodinos escritos se pueden encontrar críticas a los efectos de las políticas, los conflictos, pero no a las causas, las desigualdades sociales e intereses de las élites, sacando la conclusión de que para que una sociedad funcione basta con que haya más dialogo y menos corrupción. Una verdadera falacia.
Mucho nos tememos que esta rama europea de la fundación es la encargada de observar la situación social del país, elaborar informes para después hacer Programas de Intervención y finalmente repartir fondos creando la condición política más favorable a sus intereses. Intereses por ahora desconocidos, ya que España se encuentra dentro de la ortodoxia neoliberal clásica de recortes, privatizaciones y desregulación.
La sede no se ha ubicado al azar en la geografía española. Se ha ubicado en Cataluña, donde se está desarrollando un fuerte Nazionalismo institucional y popular.
Conclusión: Es hora de controlar la disidencia en internet. Los maestros de la Disidencia Controlada se muestran abiertamente. La intromisión de Open Society en la plataforma periodística, por su capacidad financiera, asegura que los esfuerzos de la misma serán dirigidos sus blanco deseado. Es hora de controlar la información alternativa en internet. La plataforma ganará visibilidad pero perderá el cariz de independencia y por último se vaciará de contenido social más allá del mero maquillaje como ha ocurrido con Green Peace, WWF, Oxfam, Save the Children o Human Rights Watch.
Se podrá dar la paradoja de que sean los propios medios financiados los que tengan que denunciar a la propia fundación como ha ocurrido en no pocas ocasiones. Las misiones de Open Society siempre van acompañadas de un interés económico, el cual no somos capaces de vislumbrar. Podemos intuirlo a partir de sus actividades en otros países. De fondo, un verdadero esfuerzo por la disolución de la iniciativa organizativa popular en sus intentos por cambiar o tan solo parchear el sistema.