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sábado, 15 de octubre de 2016

Cataluña: Más conexión sionista. En realidad es inmersión sionista. De nuevo los enemigos de España

Puigdemont apuesta por Israel y Margallo bloquea el consulado honorario en Cataluña


Puigdemont invitó a cenar en secreto al embajador de Israel y un sector dinámico de la comunidad judía de Barcelona se moviliza a favor de la independencia
Foto: Fotografía de archivo del expresidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas en el Museo del Holocausto. (EFE)
Fotografía de archivo del expresidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas en el Museo del Holocausto. (EFE)

José Antonio Sánchez Molina, un conocido abogado barcelonés con lazos con el judaísmo y alejado del nacionalismo catalán, fue elegido a principios de año, por la embajada de Israel en España, cónsul honorario en Barcelona. Nueve meses después de esa designación, sigue esperando el visto bueno del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, para abrir el consulado y desempeñar su nueva tarea.


Un portavoz de la embajada de Israel confirmó la “solicitud de apertura de un consulado honorario” que encabezaría Sánchez Molina, y el Ministerio de Asuntos Exteriores aseguró que, pese a la demora en acreditarlo, “no había problema alguno”. El desenlace favorable “está a punto de ser comunicado” a Israel, recalcaron fuentes autorizadas de Exteriores.


El Estado hebreo ya tuvo un consulado honorario en Barcelona, aprobado mediante una orden firmada por el rey Juan Carlos el 8 de junio de 1994, e inagurado con pompa por Jordi Pujol, entonces 'president' de la Generalitat. Lo dirigió el judío melillense David Melul Benarroch hasta su dimisión, en 1997, por razones personales. Israel tardó entonces solo siete semanas en obtener la autorización para su apertura. Hoy en día, cuenta con dos consulados honorarios en Andalucía y Extremadura.
Página 23 del documento de la Generalitat sobre el futuro servicio secreto catalán
Página 23 del documento de la Generalitat sobre el futuro servicio secreto catalán

“El episodio consular es uno más de los constantes roces entre una Generalitat en manos de los nacionalistas, que aspiran a concitar simpatías y más tarde el reconocimiento de una hipotética república catalana, y Asuntos Exteriores, que trata, con cierto éxito, de cercenar ese empeño de los independentistas”, señalan fuentes diplomáticas españolas.


De todos los escenarios en los que se desarrolla ese pulso, quizás el catalano-israelí sea el más movido. A juzgar por las declaraciones de los dirigentes de la antigua Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), hoy en día reconvertida en Partit Demòcrata Català (PDC), Israel es la principal potencia con la que cuentan para que les eche una mano si llega esa incierta transición hacia la independencia. Confían en que otros países, como las repúblicas bálticas, les tratarán con cordialidad, pero no tienen el mismo peso.


Said Alami, periodista palestino afincado en Madrid, recuerda que al recibir a la prensa, en vísperas de los Juegos Olímpicos de 1992, Jordi Pujol declaró que se sentía “sionista”. Casi un cuarto de siglo después, en mayo de este año, Artur Mas, su sucesor al frente de Convergència, insistía en la misma línea. “Como en Israel, en Cataluña también hay un pueblo determinado a ser libre”, declaró al recibir un premio de la Associació Catalana d’Amics d’Israel (ACAI) y de la Comunidad Israelita de Barcelona con motivo del Yom Ha’atzmaut (festividad de la independencia de Israel).

Tres amigos del nacionalismo

Mas hizo de telonero, el 23 de septiembre, en la Universidad de Barcelona, de Víctor Terradellas, presidente de la fundación CATMón, dedicada a promover el reconocimiento internacional de Cataluña. Terradellas impartió una conferencia sobre los “aliados naturales” de la Cataluña nacionalista. Citó en primer lugar a Israel, en segundo a EEUU –cinco congresistas derechistas se han pronunciado a favor de la autodeterminación catalana— y, por último, a Alemania.


“A EEUU se confía en seducirlo con la ayuda de Israel y de su 'lobby' judío”, explica un antiguo colaborador de CATMón que pide que no se publique su nombre. “En cuanto a Alemania, los convergentes tienen en mente repetir una jugada como la que protagonizó el canciller Helmut Kohl”, añade. En diciembre de 1991, el democristiano Kohl arrastró a la Unión Europea a reconocer la independencia de Eslovenia y Croacia, desmembrando así a Yugoslavia y generando la guerra en los Balcanes.


En un buen número de documentos elaborados por los nacionalistas para preparar la transición, el Estado hebreo figura en lugar destacado. “Entrar en contacto con los servicios de inteligencia de Israel para conocer su organización y su seguridad” es uno de los objetivos del futuro servicio secreto de Cataluña, la Agència Nacional de Seguretat, según desveló en primicia El Confidencial y denunció Ciudadanos en el Parlament.


En otro informe, revelado por El Confidencial en 2015, se señala que los miembros de la futura fuerza aérea catalana deberán estudiar en Israel, que es el país “que mejor formación puede brindar”. La Generalitat tiene firmado desde hace un lustro un acuerdo de cooperación científica con la Agencia Industrial Israelí para la Investigación y el Desarrollo (Matimop).

¿Sustituirá Israel al BCE?

Los nacionalistas confían incluso en obtener una ayuda de Israel para que una Cataluña recién independizada no esté asfixiada. El juez Santiago Vidal, sancionado por el Consejo General del Poder Judicial por colaborar en la redacción de una constitución catalana, reconoció, por ejemplo, en una entrevista con el 'Periòdic Delta': “No podremos acudir al Banco Central Europeo para financiar las deudas porque todavía no seremos miembros de la Unión Europea”. La solución “es que otro Estado solvente, y estamos hablando de Israel y Alemania, nos haga de banco durante un tiempo”, añadió. En círculos nacionalistas se especula, sin mucho fundamento, sobre un crédito-puente israelí de unos 20.000 millones de euros.


Israel no ha sido del todo insensible, al menos en un primer momento, a los cantos de sirena que emanaban del Palau de la Generalitat y de Convergència. Una hipotética república catalana sería uno de sus más fieles aliados en Europa. Mas lo demostró en el viaje que le llevó a Israel en noviembre 2013, cuando aún era 'president'. Recorrió Jerusalén Este, una ciudad ocupada a ojos de la comunidad internacional que los mandatarios extranjeros no suelen visitar. Además, no mantuvo contacto alguno con representantes palestinos.


“De forma consciente o inconsciente, Mas ayudó a legitimar la ocupación”, se lamentó entonces Xavier Abu Eid, portavoz de la Autoridad Palestina. Ocho meses después de aquella visita, Convergència logró, con la ayuda del Partido Popular, que el Parlament rechazase una moción que abogaba por reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino. “Ya me gustaría que los palestinos gozásemos de los mismos derechos que los españoles que residen en Cataluña o el País Vasco”, comentó entonces a este periodista Musa Amer Odeh, embajador palestino en Madrid.

Un embajador en el Parlament

Alon Bar (Sasa, 1957), que entonces era embajador de Israel en España, proclamó su neutralidad en el conflicto entre Gobierno y nacionalistas catalanes, algo que no agradó a Exteriores. “Prefiero no expresarme sobre el debate de la independencia”, declaró cauteloso, en 2013, a una cadena de periódicos. “Sé que hay muchos catalanes que piensan que Israel es un modelo”, añadió.  El embajador aceptó comparecer en dos ocasiones, en mayo de 2012 y junio de 2013, en la Comissió d’Acció Exterior del Parlament de Cataluña, como si se tratase del parlamento de un Estado.
El ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo (i), y el exembajador de Israel en España Alon Bar. (EFE)
El ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo (i), y el exembajador de Israel en España Alon Bar. (EFE)

En todo ese acercamiento del nacionalismo a Israel, una franja dinámica de la comunidad judía en Cataluña ha jugado un papel relevante. En la Assemblea Nacional Catalana, una organización civil que impulsa la independencia, hay una sectorial judía y ninguna musulmana, aunque el peso demográfico de esta comunidad en Cataluña multiplica por 50 al de la hebrea. L’Associació Catalana d’Amics d’Israel se adhiere además a las manifestaciones nacionalistas, empezando por la Diada. Su presidente, Toni Florido, repite con frecuencia: “Sé que Israel no será hostil a lo que decida el pueblo de Cataluña”.


Esa visita de Mas a Israel, en 2013, supuso el primer aldabonazo para el Gobierno español sobre las intenciones de los convergentes. Se movilizó para quitarle realce; para impedir que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, recibiese a Mas, García-Margallo llamó a Alon Bar; el expresidente José María Aznar contactó con el propio Netanyahu —mantiene una estrecha relación con él—, e incluso el director del Centro Nacional de Inteligencia, el general Félix Sanz Roldán, intervino ante Tamir Pardo, en aquel momento su homólogo del Mossad (servicio secreto israelí), según fuentes diplomáticas y otras afines al exjefe del Gobierno español. Hasta se pidió al magnate judío estadounidense Sheldon Adelson, que entonces proyectaba su Eurovegas en Madrid, que intercediese ante Netanyahu, al que le une una gran amistad.


Netanyahu accedió en el último momento, pero no así el entonces presidente, Shimon Peres, que se mantuvo en sus trece. Ante sus interlocutores españoles, alegó que había recibido a otros presidentes autonómicos y no había razón alguna para cerrar la puerta a Mas. Evitó, eso sí, colocar una señera en el lugar donde se hizo fotos con su huésped. “Israel es claramente un compañero de viaje elegido por Cataluña”, le dijo Mas a Peres, un jefe de Estado sin apenas poderes.
El embajador israelí Daniel Kutner. (EFE)
El embajador israelí Daniel Kutner. (EFE)

Daniel Kutner (Buenos Aires, 1955) sustituyó a Alon Bar como embajador israelí en España en agosto de 2015. Antes de que presentase sus cartas credenciales ante el Rey, García-Margallo ya le recibió a principios del otoño. Cataluña monopolizó aquella conversación. El ministro recalcó la “deslealtad” hacia el Estado de los nacionalistas y le pidió que no les hiciese guiños como su predecesor.


Por si no le había quedado claro, Kutner recibió varias llamadas cuando, en vísperas de la campaña electoral de diciembre de 2015, efectuó su primer viaje a Barcelona. Miembros del Gobierno español le expresaron su preocupación. Temían que los dirigentes nacionalistas con los que tenía previsto entrevistarse pudieran aprovechar su presencia para tratar de demostrar, justo antes de las elecciones, la simpatía de Israel por su causa. Al final, Kutner canceló todas sus citas con políticos catalanes, incluidos los no nacionalistas, y solo se reunió con la delegada del Gobierno, María de Llanos de Luna Tobarra. También descartó entonces proponer a alguna personalidad con perfil nacionalista como cónsul honorario —se barajaban los nombres de Lluís Bassat, Carles Vilarrubí o David Madí— y optó por el letrado Sánchez Molina.

Cena secreta con Puigdemont

A lo largo de los 14 meses que lleva en España, Kutner solo cometió una 'infidelidad' a García-Margallo. Aceptó, a mediados de abril pasado, la invitación del 'president' Carles Puigdemont para cenar en secreto —“en privado”, según fuentes de la Generalitat— en su sede de la plaza Sant Jaume. A causa de su carácter privado, las fuentes oficiales de la Generalitat rehusaron comentar lo tratado en ese 'sopar'.


Aquella cena discreta —la llegada de Kutner no figura en la agenda de visitantes del Palau de la Generalitat— es reveladora de las disensiones que suscita en el nacionalismo el empeño convergente por estrechar lazos con Israel. El embajador israelí estuvo acompañado de su segundo, el ministro consejero Yinan Cohen, pero junto a Puigdemont no se sentó el 'conseller' d’Afers Exteriors de la Generalitat, Raül Romeva. Le sustituyó su número dos, Aleix Villatoro i Oliver, de Esquerra Republicana de Catalunya, secretario general del departamento que encabeza Romeva.


Romeva declinó explicar a este periódico los motivos de su ausencia, pero un antiguo colaborador suyo da por descontado que el exeurodiputado de Iniciativa per Catalunya, que tan crítico se mostró en el Parlamento Europeo con la ocupación israelí de Cisjordania y el hostigamiento a Gaza, rehusó sentarse frente a un representante de Israel. Tres meses antes, su amiga, la monja y activista nacionalista Teresa Forcades, había sido expulsada de Israel nada más desembarcar en el aeropuerto de Tel Aviv. Un portavoz de Romeva recalcó, sin embargo, a este periodista que la relación entre la Generalitat y el Estado hebreo es “muy cordial”.
El 'conseller' de Exteriores, Raül Romeva. (EFE)
El 'conseller' de Exteriores, Raül Romeva. (EFE)

A las autoridades israelíes les preocupa la animadversión de la izquierda catalana, sea nacionalista o no. El diario 'Maariv' de Tel Aviv publicó, en febrero pasado, cables enviados por las embajadas israelíes sobre el movimiento civil Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que pretende castigar a Israel por la ocupación. “El fenómeno (…) en España es molesto e inquietante, pero en el pasado se circunscribió a pequeñas ciudades”, señalaba un cable diplomático, muchas de ellas catalanas. “Cuando llega a Barcelona y se propaga entre cargos electos, el asunto adquiere un nivel muy diferente”, advertía.


Kutner ha frenado el acercamiento israelí al nacionalismo catalán, pero este sigue adelante con su desconexión del resto de España, también en el ámbito turístico-cultural. Cuatro ayuntamientos catalanes en manos de los independentistas, Girona, Tortosa, Besalú y Castelló d’Empuries, anunciaron en julio pasado su salida de la Red de Juderías de España, cuya sede estaba en la capital del gironés, para fundar la suya propia. Intentaron arrastrar a Barcelona, el único municipio catalán que aún es miembro de esa asociación, pero la alcaldesa Ada Colau se resistió.

viernes, 24 de junio de 2016

¿Quién espió al ministro del interior?

artículo de libertaddigital de diciembre de 2013, de tremenda actualidad. No es tan fácil pinchar el teléfono del ministro del interior de un estado europeo

Los Mossos y el Mossad: licencia para espiar



Ya está disponible el libro Servir Catalunya. Artur Mas, l'home, el politic, el pensador. Se trata de una larguísima entrevista en la que se insiste en las cualidades providenciales del president. No hay novedades. Mas es monocorde. Se puede leer en la página 245:
Preparar la Agencia Tributaria Catalana es básico. Se está trabajando, pero trabajamos con este punto de discreción al que obliga el hecho de que no todo el mundo sepa al milímetro todo lo que se está haciendo, porque, si lo sabe todo el mundo, también lo saben nuestros adversarios. No podemos ser tan incautos o imprudentes e ir con todas las cartas abiertas de tal manera que nuestros adversarios sepan en qué minuto han de accionar cada palanca para hundir cada momento de este proceso.
Es una transcripción literal de las palabras de Mas que reúne en un solo párrafo dos de las grandes obsesiones nacionalistas, el dinero y los secretos. Todo esto de la secesión, según cuenta Mas, empezó porque a Rajoy no le dio la gana negociar un nuevo pacto fiscal en septiembre de 2012. De ahí la agencia tributaria. La segunda manía es que Mas está convencido de que es el objetivo número uno de la última guerra sucia de España. La mezcla de megalomanía y desconfianza aviva una tercera fijación nacionalista, la del espionaje en versión Stasi.
Desde sus comienzos, Convergencia ha querido disponer de un servicio secreto al viejo estilo. Para ello ha organizado, montado o alentado brigadas de simpatizantes, unidades de los Mossos d'Esquadra, células de espontáneos, agencias de detectives y desde hace unos pocos años un organismo denominado Centro de Seguridad de la Información de Cataluña, el Cesicat. La pureza ideológica de los propios y el acceso por cualquier medio a información sensible de los extraños han sido siempre los objetivos de las sucesivas fantasmadas de CiU y la Generalidad, por otro lado absolutamente ilegales, enfermizas y antidemocráticas.
Un despido ha abierto la mayor crisis conocida hasta ahora en la historia del espionaje catalán, puesto que a esa causa se atribuye la filtración del delirante informe en el que el Cesicat aboga por contactar con el Mosad a través de la policía vasca de cara a montar la Agencia Nacional de Seguretat, una especie de CNI a la catalana que colmaria y culminaría las expectivas estatales de Cataluña. No por estúpido, chapucero y palurdo deja de tener su sustancia el documento.
La Generalidad no tiene dinero para pagar las becas de comedor pero le da vueltas a un Estado con Hacienda y un servicio secreto a lo grande, con la pretendida asesoría del Mosad nada menos. Y todo eso en un power point. Nivelazo. Lo menos siniestro del expediente es que "ese punto de discreción" del que alardea Mas, Anacleto Mas, ha saltado por los aires porque han echado a un funcionario. Lo más gracioso, que Mas, en el Parlamento regional, haya acusado al CNI de estar detrás de ese informe para desacreditarle. No niega, en cambio, que se pretenda convertir a los Mossos en el Mossad, como resumió parte de esta historia días atrás el director de esRadio, Javier Somalo.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Sionismo e independentismo catalán


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Por Saiid Alami
El patriarca de CiU en la nueva democracia española, Jordi Pujol, no ha ocultado nunca la predilección que siente desde siempre por el sionismo. Pujol me dijo, en un encuentro con periodistas celebrado en Barcelona durante los preparativos de los Juegos Olímpicos de verano de 1992, que él se sentía sionista. Y lo decía desafiante, sin que venga a cuento, y a sabiendas de que entre los periodistas presentes había un nutrido grupo de corresponsales de medios de prensa árabes que habíamos llegado desde Madrid.


Más de 15 años después de aquel encuentro de periodistas árabes con Pujol, concretamente el 28 de octubre del 2007, Pujol compareció ante sus amos sionistas en el Knesset (Parlamento) israelí y pronunció un discurso servil que rezumaba sometimiento a sus patronos, que son los dueños y señores de la banca de Nueva York, por la que tanto le cae la baba a este Berlusconi español de reducido tamaño que en la pasada década de los 80, y mientras ocupaba el cargo de presidente de la Generalitat, triunfó como banquero para fracasar después, en los 80 (aquella Banca Catalana, desaparecida en 1984).


Frases como: “La idea básica de ser el pueblo escogido creo que ha representado un factor potentísimo para el pueblo de Israel” y esta otra: “Tener la conciencia de pueblo escogido –escogido por Dios- y por consiguiente de pueblo único da mucha fuerza”, dan idea de la zalamería de este hombre al servicio del sionismo, insistiendo y recalcando él mismo en que los judíos son un pueblo elegido “por Dios”, lo que repite varias veces a lo largo de su intervención.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Espanyansroba? Cataluña recibe 5 veces más órganos para trasplantes de los que dona al resto de España



Y es la región española con menos donantes de órganos.


trasplante


España es el país con más trasplantes del mundo. En 2014 hubo en España 4.360 personas que recibieron un trasplante de órgano. Hay 36 donantes por cada millón de personas. El 21% de los órganos es trasplantado en una comunidad distinta a la que se realiza la donación.

Cataluña es la comunidad con menos donantes: hay 29 por cada millón de habitantes, cuando la media española es de 36 (la media de la UE es sólo de 19; en Francia llega al 26). Y es una de las 6 comunidades que recibe más órganos que los que envía al resto de España.


Pues parece que ni espanyansroba, ni ensvolenaixafar, ni ensvolenresiduals, ni somcollonuts, ni això és Catadisney.


http://dolcacatalunya.com/2015/11/09/espanyansroba-cataluna-recibe-5-veces-mas-organos-para-trasplantes-de-los-que-dona-al-resto-de-espana/

lunes, 10 de noviembre de 2014

Dos datos del 9N que el nacionalismo necesita esconder


El castillo de naipes secesionista se viene abajo.

 
pujol votant
Jordi Pujol, ex-presidente de la Generalitat catalana; uno de los políticos más corruptos del estado español (y de Europa), votando ayer

Las portadas del 10N estaban preparadas desde hacía meses: “éxito masivo de participación”, junto a fotos de largas colas para ir a “votar”. No, La Vanguardia no es una excepción. Y además recoge en sus páginas de hoy los dos silencios que la oligarquía nacionalista ha impuesto a sus medios respecto al 9N, las dos cosas que no quieren que usted sepa.

Además de seguir las consignas del jefe (hay que cuidar la subvención), el diario del Grande de España refleja esos silencios:

  • Como el resto de medios nacionalistas, se niegaa a dar datos de participación. Dedica 19 páginas a glosar el butifarréndum (“insurrección democrática”, “fiesta mayor”, “protesta general”) y por supuesto pide una “salida política”. Pero en esas 19 páginas, ni una línea explicando el censo total ni el porcentaje de participación. Simplemente no existe porque hay orden de silenciarlo: el simple número derrumbaría el castillo de naipes y el chollo de los políticos, periodistas y demás vividores nacionalistas.
 
  • Ni rastro de Jordi Pujol “votando” junto a Marta Ferrusola. El Gran Evasor “votó” en su barrio entre el afecto del resto de nacionalistas, que se hacían fotos sonrientes con él. Sólo una persona le increpó en la calle. ¿Se imaginan que sucede lo mismo con Bárcenas o con Granados en Madrid? En cualquier caso, el diario del Règim no dice ni mu. Hay orden de silenciarlo también.
Bien, pues nosotros lo recordamos. Y además le explicamos que estaban llamados a “votar” 6,3 millones de catalanes (incluídos inmigrantes y niños de 16 años). Y que aceptando los datos del Règim –recuerden el puchero de Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como-, el resultado es demoledor para el separatismo:

- habrían participado el 36% del “censo de Mas”. Mucha menos gente que en el Estatut de 2006 (48%), las europeas de mayo (47%), las autonómicas de 2012 (69%) y las generales de 2011 (67%). 4,3 millones de catalanes se quedaron en casa pudiendo ir a “votar”.

- habrían “votado” SISI menos de 1,8 millones (recuerden el pulpo ¿eh?), es decir el 28% del censo de Mas y el 34% del censo de las europeas… y el 24% de los catalanes.

El separatismo suspiraba por 3 millones de votos secesionistas para declarar la DUI. Hoy en las redes sociales están hundidos. Benvinguts a Catalunya, nanos.

Dolça i real Catalunya.

viernes, 15 de agosto de 2014

Cataluña: la conexión sionista. Pujol y David Tennenbaum

 
De cómo el elegido sionista Tennenbaum les montó a los Pujol el negocio para crear un banco catalán y les instruyó en la creación de una nación propia...




Discurso del MH Sr. Jordi Pujol en el acto solemne de entrega del Premio Samuel Toledano Sede de la Knesset ( Parlamento Israelí) Jerusalén, 28 de octubre de 2007  
  
De Sepharad a Israel: trayectoria personal de un no judío 

Excelentísima Señora Doña Dalia Itzik, Presidenta de la Knesset, Excelentísimo Señor Don Isaac Navón, Quinto Presidente del Estado de Israel, Excelentísimo Señor Don Eudaldo Miralpeix, Embajador de España en Israel, Excelentísimos Señores Embajadores, Ilustrísima Señora Doña Nira Toledano, Señoras y Señores. 

Estoy muy agradecido a la Comisión del Premio Samuel Toledano por la invitación a participar en este acto solemne. Solemne por la forma, solemne por el contenido, solemne por su significado y sobretodo solemne por su profundidad histórica y espiritual. Y al que el alto nivel moral que impregna la Comisión del Premio confiere una especial nobleza. Aparte de la satisfacción que me produce el hecho de que dos destacados miembros de la Comisión sean buenos amigos como el Presidente Navón y el Embajador Hadás.  

Como el título de mi conferencia ya insinúa no voy a hacer un análisis político, ni voy a plantear un profundo debate, ni voy a hablar de estrategia. Mi aportación va a ser mucho más modesta. Y muy personal. Pero es quizás por este carácter muy personal que puede ser de interés. Las vivencias personales ayudan a veces a comprender los problemas generales. 

El título es De Sepharad a Israel: trayectoria personal de un no judío . En realidad debería decir “de un cristiano”. De un cristiano y de más cosas, por supuesto: de un nacionalista catalán, de un demócrata, de un europeísta, de un adepto de la filosofía personalista de Mounier, etc,.Yo soy todo esto, y puesto que voy a dar un testimonio personal es bueno que Uds. sepan quien es la persona que les habla.     

Esto es más conveniente todavía porque les voy a hablar con mucha sinceridad. Y voy a hacerlo a representantes de un pueblo que ha sido duramente e injustamente perseguido. Y que por consiguiente tiene heridas en el cuerpo. Sólo por el hecho de haber sido amigo declarado y militante de Israel y muy respetuoso con el judaísmo –y seguir siéndolo- me atrevo a hacerlo. Y a hacerlo muy sinceramente. Incluso en tono crítico en algún momento. Pensando que además puedo ser útil. Muy modestamente útil.
 

Procedo de una familia al principio más bien simpatizante con los judíos, pero no especialmente interesada. Sin embargo, hubo algo que incrementó, por reacción, la actitud pro judía, y fue que el Régimen franquista fue anti-judío. Lo fue sobretodo en la propaganda y en la doctrina. Creo que en la práctica lo fue mucho menos. Pero el discurso oficial estaba muy lleno de alusiones a lo que llamaban la “conspiración judeo-masónica” y de afirmaciones antisemitas. Y curiosamente mezclaba a menudo el judaísmo con el catalanismo. En momentos de gran exaltación franquista y de xenofobia españolista se nos acusaba a los catalanes de ser los judíos de España. Lo cual representaba una grave acusación. 

Todo esto pasaba en los primeros 40. Luego se atemperó. 

En mi caso personal se produjo además un hecho singular, que a Uds. les sorprenderá. De 1.939 a 1.945 yo fui alumno de la Deutsche Schule. A Uds. les sorprenderá, pero a mi también me sorprende, todavía hoy. Porque mi familia – sobretodo mi padre- eran de tradición republicana y democrática. Tíos míos fueron voluntarios a la guerra contra Franco (y contra la Legión Cóndor, por consiguiente) o fueron detenidos después de la guerra o tuvieron que esconderse). Y mi propio padre fue sometido a un proceso de depuración. Y mi padre era anglófilo y le recuerdo muy preocupado cuando en mayo-junio de 1.940 Francia se derrumbó. Y sin embargo llevó a su hijo, a mí, a la Deutsche Schule. Esto fue debido a que su simpatía por la democracia inglesa y francesa no había borrado su admiración por la Alemania de los grandes científicos, de los grandes músicos y de los grandes filósofos (muchos de ellos, por cierto, judíos), y quiso que su hijo se formase en esta cultura. Que compensó haciéndome recibir clases particulares de francés y de cultura francesa. 

Puede resultarles sorprendente, pero lo cierto es que en la Deutsche Schule a los alumnos españoles no nos adoctrinaron. Únicamente en el último capítulo de libro de Historia  se hablaba del “Dolch am Rücken”, el “puñal en la espalda”, es decir, de la teoría de la traición por la espalda que alguien había cometido al final de la guerra de 1.914-18. Un alguien que el nazismo identificó con los judíos. Pero sea por la influencia familiar, que no iba en esta dirección, o por el rechazo que a mí y a mi entorno producía la propaganda del Régimen franquista esto no tuvo ninguna influencia en mí. 

Y poco después nos enteramos del horror de Auschwitz, Buchenwald, Matthausen, etc,. Del horror del Holocausto. El Mundo quedó estupefacto. Yo, debido al componente germánico que hay en mi formación, todavía no acierto a comprender que a pocos quilómetros de distancia pudieran convivir Weimar, la ciudad de la Aufklärung, de Goethe y de Schiller, y de la República de Weimar, y Buchenwald. Incomprensión que también fue la de Wiesenthal y muchos judíos alemanes. En su libro “Justicia no es venganza” Wiesenthal dice: “Nos equivocamos pensando que el pueblo de Schiller y de Goethe no se sometería a un Hitler y a un Himmler. Una mirada a nuestras bibliotecas llenas de clásicos alemanes reforzaba nuestra convicción de que Hitler no podía tener ningún futuro en Alemania”. Por cierto que Wiesenthal habla de otro error de los judíos, el de creer en su invulnerabilidad. Hemos sufrido tantas persecuciones y las hemos superado, también superaremos esta, pensaban. No sé si en esto jugaba la idea del pueblo escogido. Luego volveré a hablar de este tema de la invulnerabilidad. 

Pero siguiendo el hilo de mi trayectoria personal debo decir que poco después entré en contacto con el judaísmo y sobretodo con el sionismo. Lo que en este sentido marca mi trayectoria es haber conocido a judíos, especialmente a la familia de Moisés David Tennenbaum. Un judío de Galizia que vino a Barcelona en los años 30. Probablemente entonces más temeroso del antisemitismo polaco que del nazi.
 
Y también entré en contacto con las nuevas corrientes de la Iglesia Católica que al cabo de 15 años condujeron al Concilio Vaticano II. 

Hablemos del aspecto religioso. 

De pequeño y de muy joven yo pertenecía a una familia tibiamente religiosa. Más tarde, personalmente tuve una vivencia más intensa que en buena parte conservo. En mi ambiente de niñez y mi primera juventud no había antisemitismo, aunque la tradición popular había mantenido algunos clichés anti-judíos generalmente vividos sin especial hostilidad. El mejor ejemplo de esto era la ceremonia del Viernes Santo, el día de la pasión y muerte de Jesucristo. La liturgia del día hacía referencia a los “perfidi judaei”, a los pérfidos judíos. Y era costumbre que al oír estas palabras todos los que llevaban los palmones del día de Pascua, casi todos los niños, golpeábamos el suelo con los palmones o hacíamos ruido con unos instrumentos que se llamaban “carracas”. Yo lo había hecho como todo el mundo, pero la verdad es que nadie pensaba en matar judíos. Era como una especie de diversión de los niños. No tenía malicia.  

Pero el texto era “pérfidos judíos”. Una forma de calificar peyorativamente, de criticar duramente en términos morales a los judíos. Era un texto hostil, que provocaba hostilidad. 

Dentro del movimiento de renovación de la Iglesia Católica cosas como ésta y muchas otras, se han eliminado. Definitivamente con el Concilio Vaticano II. Y la Iglesia se ha aproximado al judaísmo.  

La raíz de todo esto hay que buscarla muy lejos, en los primeros tiempos del cristianismo. E incluso antes. 

Para los cristianos los judíos habían matado a Jesucristo. Cosa que creo que no fue así por lo menos en un sentido: en la época de Jesucristo los judíos no
tenían capacidad de imponer penas de muerte. Quien condenó a Jesús a muerte fue el gobernador romano. Pero en el fondo esto es un detalle, porque para los judíos –o para muchos judíos y por supuesto para el Sanedrín- Jesús era un falso profeta. Peor aún, un blasfemo que había que matar. De ahí que ya para los primeros cristianos, y para el propio San Pablo, los judíos fueran deicidas. Y por el contrario los cristianos no sólo eran seguidores de un falso profeta blasfemo, sino que representaban una ruptura con la idea de pueblo escogido. Es decir, creían que realmente Israel había sido el pueblo escogido, pero que ahora su misión se había cumplido, y que el mensaje mesiánico no podía pertenecer sólo al pueblo de Israel sino que había de extenderse por todo el mundo. “Ya no hay judíos ni gentiles” dijo San Pablo. Es decir, ya sólo hay hijos de Dios, y esto vale para toda la Humanidad. Por lo tanto la fractura entre cristianismo y judaísmo era muy seria. Profunda. 

La idea básica de ser el pueblo escogido creo que ha representado un factor potentísimo para el pueblo de Israel. Para el judaísmo. Y realmente le ha dado un carácter único que no sólo le ha permitido sobrevivir sino destacar. Y le provoca una actitud en ciertos aspectos de distanciamiento. Todo ello, a menudo, produce, como contrapartida, una relación particular, más difícil con el resto de la gente. Esto ya se advierte simplemente leyendo la Biblia o en escritos grecorromanos anteriores al cristianismo. O, para quien prefiera una lectura más fácil, leyendo una espléndida novela de un escritor judío norteamericano, Howard Fast, sobre la guerra de los Macabeos que narra los primeros contactos de Roma con Israel. El título en castellano es Todos los hermanos fueron valientes .  

Tener conciencia de pueblo escogido –escogido por Dios- y por consiguiente de pueblo único da mucha fuerza, pero tiene un precio. El resultado es una historia especialmente brillante, que además ha beneficiado a toda la Humanidad. Pero en ocasiones dolorosa: de marginación y a menudo de persecución. 

                                         
Pero como les decía yo no entré solo en  contacto con el judaísmo. También, y en un cierto sentido sobretodo con el sionismo. Y no de una forma superficial. Con sólo 17-18 años leí “Der Judenstaat” de Herzl y un libro de Chaïm Weizmann, muy completo, que cuenta toda la lucha sionista, desde el congreso de 1.903 –el del rechazo de la propuesta de Uganda- hasta la constitución del Estado de Israel. Me los dio a leer David Tennenbaum. Y también leía regularmente algunas revistas sionistas editadas en Latinoamérica, sobretodo en Montevideo. Y por mi cuenta busqué bibliografía sobre el movimiento sionista desde sus orígenes, especialmente en Rusia y en la Europa Oriental. Y sobre las aliá. Y sobre el Bund. Incuso sobre las discusiones ideológicas entre los sionistas, el Bund y los judíos de signo marxista que acabarían siendo muy importantes para la Revolución en Rusia. 

Aparte de otras consideraciones –sobretodo la reacción producida por el conocimiento del Holocausto- hay que tener presente para explicar mi gran interés por el sionismo que yo era y soy un nacionalista catalán. Es decir, yo me siento profundamente catalán, es decir, ciudadano de un país que durante los últimos tres-cuatro siglos ha sido sometido a una dura política de persecución ligüística y cultural y en general de desnacionalización. Por lo tanto comprendo y en principio me solidarizo con los pueblos que luchan por su libertad y su reconocimiento. Ya sea reclamando la creación de Estados nuevos, ya sea transformando Estados plurinacionales, como España, de manera que en ellos puedan convivir justamente diversos pueblos. Era lógico pues que el sionismo atrajese mi atención y mi simpatía. 

El sionismo tenía además otra característica que me lo hacía interesante: no sólo se proponía la libertad nacional de los judíos, sino también construir un país. Los irlandeses o los checos también reclamaron su libertad nacional, pero el país lo tenían construido. Mejor o peor, pero básicamente construido. Los judíos sionistas, no. Y yo personalmente, como catalán, como catalanista, como nacionalista catalán, ya desde siempre había tenido este lema: construir Cataluña. Construirla espiritualmente, políticamente, económicamente, culturalmente y socialmente. En el caso del sionismo y del Estado de Israel esto adquirió su máxima intensidad porque había que construirlo incluso físicamente. 

Años más tarde escribí un artículo clandestino titulado simplemente Israel. Y en él aparte de defender al Estado de Israel yo subrayaba que la creación del Estado había sido posible no principalmente por razones políticas, sociales o económicas, sino por una tremenda voluntad de ser, Por una actitud fundamentalmente espiritual: “Este año aquí y el año que viene en Eretz Israel”. Esto repetido durante siglos, contra toda esperanza y contra toda lógica. La creación del Estado de Israel fue y es el resultado de una fe profunda. 
                                       
 
Yo no era el único que veía así las cosas. En un momento de opresión dura contra Cataluña uno de los mensajes de resistencia y de esperanza que más contribuyeron a reforzar la esperanza del pueblo catalán fue el de un poeta, Salvador Espriu, muy imbuido de cultura judía. Durante muchos años de la dictadura su obra poética titulada La pell de brau –es decir, la piel de toro- fue libro de cabecera para muchos catalanistas y para muchos demócratas. Fue inspiración y estímulo. Es un libro que habla de España, pero de otra España. Que el poeta llama Sepharad. Por licencia poética o, más bien, porque entiende que la idea de Sepharad responde mejor a una visión más espiritual y a una fidelidad más honda y tenaz y a una mayor exigencia de dignidad de las personas. 

Y dice: “Escolta, Sepharad, els homes no poden ser si no són lliures. Que sàpiga Sepharad que no podrem mai ser si no som lliures. I cridi la veu de tot el poble: Amén.” 

“Oye, Sepharad: los pueblos no pueden ser si no son libres. Que sepa Sepharad que no podremos ser si no somos libres. Y que la voz de todo el pueblo exclame: Amén”. 

Podría citarles más textos de este tipo. Para no alargarme demasiado termino con éste. Dirigiéndose a Sepharad el poeta dice: “Fes que siguin segurs els ponts del diàleg i mira de comprendre i estimar les raons i les parles diverses dels teus fills”. “Haz que sean seguros los puentes del diálogo y procura comprender y amar las razones y las lenguas diversas de tus hijos”. Todo esto, que está en la base de la reivindicación nacional de Cataluña, ¿por qué debía expresarse a través de un contexto judío, y con referencias a la Goláh? Pues porque nuestro poeta vio en el judaísmo -y nuestra gente le entendió- una visión espiritual de los hombres y de la Historia, una forma de defender la identidad a base de una fidelidad honda y tenaz, muy tenaz, una capacidad de mantener la ambición y la esperanza pese a la derrota y al destierro.  
                                         
Luego tendré que volver a esto, y completar el argumento. Pero ahora –puesto que mi discurso en realidad es la explicación de un recorrido personal- debo referirme a la evolución que sobre el tema del judaísmo hubo dentro del catolicismo. Que además en sí misma, tiene mucha importancia. 

Ya he comentado la idea cristiana de que el pueblo judío había sido deicida. Y el enfrentamiento radical que esto presuponía, agravado por el hecho de considerar los cristianos que el papel de pueblo escogido había terminado con la venida del Mesías, que para nosotros fue Jesucristo, y por el carácter universal –ni gentiles ni judíos- de la nueva fe cristiana. Sin embargo, esto no siempre desembocó en persecuciones. Muy a menudo, y durante largos períodos, hubo una convivencia relativamente bien organizada. Ustedes, los judíos, recuerdan con nostalgia Sepharad. Hasta el punto que ustedes dicen que las tres grandes desgracias del pueblo de Israel fueron la destrucción del Templo, la expulsión de España en 1.492 y el Holocausto. Por consiguiente hay que deducir que aquellos fueron tiempos buenos para los judíos, por lo menos en Sepharad. Por supuesto bajo el dominio político de los cristianos. Pero dignos de ser recordados positivamente. 

Honradamente debo decirles que esta Sepharad positiva, que terminó abruptamente en 1.492, había terminado cien años antes, y más abruptamente todavía, en Cataluña (y en general en los territorios de la corona de Aragón, es decir, Valencia y Baleares, e incluso en buena parte de Andalucía). Concretamente el “call” barcelonés (“call” es la palabra catalana de judería) fue  asaltado el 5 de agosto de 1391, y el de Girona el 10 de agosto. Pese a la protección del Rey y de sectores políticos e incluso eclesiásticos. Que tampoco pudieron impedir que a partir de entonces la presencia judía en Cataluña fuese residual. Y esto explica que la expulsión de 1.492 tuviese en Cataluña mucha menos importancia. 

Ya años antes un muy importante judío catalán –Nahum, o Nahmanides- regresó a Eretz Israel, a Jerusalén, donde fundó la sinagoga que todavía hoy existe. Por cierto que los judíos catalanes en su nueva diáspora no conservaron su lengua, que era el catalán, porque eran relativamente pocos y no se establecieron en países de lenguas difíciles como el árabe o lenguas germánicas, sino de lenguas fáciles por su proximidad al catalán. 

Permítanme una anécdota. El call barcelonés estaba situado muy cerca de donde ahora hay el Palacio de la Generalitat, es decir, del Gobierno de Cataluña. En realidad estaba cerca de lo que entonces era el palacio real, probablemente porque el Rey solía ser el protector de los judíos. Después del asalto al call, en parte por la destrucción y en parte por emigración, el call fue quedándose vacío, y los judíos fueron vendiendo sus terrenos. En aquella época la Generalitat estaba construyendo su sede, también vecina al call, y para su ampliación compró uno de estos terrenos. Un terreno muy pequeño, pero que explica la anécdota que les cuento. La anécdota es que siendo yo Presidente de Cataluña, de la Generalitat, vinieron un día una pareja de judíos jóvenes y me dijeron: “Sabemos que una parte de este Palacio está edificado sobre un terreno del antiguo call. Nos gustaría casarnos aquí, en el Palacio”. Yo les di permiso. Plantaron la tienda en el Patio de los Naranjos, que es un espacio muy bello y simbólico del Palacio, y allí celebraron la boda. Fue un acto lleno de sentido y de emoción. 

Pero volviendo a mí experiencia personal desde la perspectiva cristiana repito lo que antes he dicho: las corrientes renovadoras  de la Iglesia católica que desembocaron en el Concilio Vaticano II conllevaron una revisión profunda de la actitud hacia el judaísmo. Que provocó la supresión de la referencia a “perfidi judaei”, a los pérfidos judíos. Y, por supuesto, ya no se “matan” judíos –matan entre comillas- el día del Viernes Santo. Pero la aproximación va mucho más allá. Los Papas Pablo VI, Juan XXIII, Juan Pablo II y Benedicto XVI  tienen en este sentido una postura clara y positiva. No fácil, por reflejos atávicos de ciertos católicos (y con excepciones de algún sector de la Iglesia jerárquica, como una parte de la Iglesia polaca). Y creo que también por reticencias judías. Pero el cambio se ha dado. 

Les diré que a veces tengo la impresión que se ha dado más por parte católica –y cristiana en general- que por parte judía. Lo cual es comprensible, por que los judíos han sido los más perseguidos durante siglos. Pero que precisamente por esto requieren un esfuerzo particular por parte de los judíos.
 

Esta aproximación a personas como yo nos alegra sentimentalmente, pero es que además tiene un fundamento religioso sólido. Porque sin el judaísmo el cristianismo no existiría. Pese a la tesis deicida y a otras visiones negativas y a siglos de enfrentamiento mutuos, los cristianos sabemos que el judaísmo no es extrínseco al cristianismo, sino intrínseco. Que en el judaísmo están nuestras raíces. Esto ha sido siempre así, pero actualmente, tanto en el terreno de la reflexión como en el del pensamiento intelectual laico es constante la referencia a nuestra filiación judeocristiana.  
   
Las dificultades que puedan persistir en nuestra relación creo que mayoritariamente no obedecen a causas religiosas. Por lo menos, repito, por parte cristiana (y concretamente católica, que es la que más conozco). Yo no sé, por ejemplo, como ven ustedes figuras como Simon Weil y el Cardenal Lustiger. Algún aspecto de estas personalidades puede entrañar algún reparo para los judíos –sobretodo el Cardenal-, pero puedo asegurarles que en el mundo católico han contribuido mucho a acercarnos al judaísmo.  
                                        
Vuelvo a mi trayectoria personal, a través de la cual desfilan cuestiones que no son personales ni subjetivas. Son temas de fondo, 

Vuelvo al sionismo y al Estado de Israel. En mi mundo catalanista y europeísta, democrático, algo laico pese en mi caso a la fe religiosa, y más bien socialdemócrata ser sionista en 1947, y hasta bien entrados los años 50 no ofrecía ninguna incomodidad. Sí frente al Régimen franquista, pero no ante los sectores democráticos y europeístas. Y catalanistas en Cataluña. Al contrario. Pero luego esto empieza a cambiar. Un cambio en sentido contrario al sionismo y al propio Estado de Israel, que se fue acentuando y que se incrementó muchísimo después de la Guerra de los Seis Días. En términos generales –es decir, con muchas excepciones- la izquierda europea se alineó con la tesis de que Israel era un peón del imperialismo yanqui, el sionismo un instrumento del capitalismo, etc. El franquismo por su parte había acentuado su acercamiento a los países árabes. Pero esto se daba por descontado. Para personas como yo lo negativo es que en España y en Cataluña el mundo político e intelectual, de oposición al Régimen se alinease en contra de Israel. Si en algún período ser declaradamente pro sionista fue difícil y comportó a veces rechazo político fue en aquella época, de mitad de los 60 hasta los 80.  Esto ahora en parte todavía persiste, aunque menos acentuado. 

Y si persiste es que hay algo que dificulta una aproximación sin reservas al sionismo y al Estado de Israel. Que es el conflicto entre Israel y los palestinos. Que tal como transcurre, y sobretodo tal como ha transcurrido desde hace 40 años no favorece la imagen de Israel. Y esto hace que en Cataluña los favorables al Estado de Israel estemos en posición más bien defensiva. Y así sucede también en otros países europeos. La prueba de que es así es que ustedes, los israelíes, desconfían de Europa. Y en parte no les falta razón.  

¿Por qué esto es así? ¿Cuál es el fallo? ¿Hay algún fallo israelí o sionista? ¿O nuestro, europeo? 

Puesto que yo soy pro sionista desde 1947, -y lo he sido siempre, incluso contra viento y marea- puedo atreverme, quizás, a explorar donde están los fallos, y quien los comete. 

Está claro, desde mi punto de vista, que para los judíos el Estado de Israel sólo se podía crear en esta tierra, en Eretz Israel. No se podía crear en Uganda, como se llegó a proponer, ni en Siberia (en Biro-Bidjan). Ni eran finalmente viables los asentamientos del Barón Hirsch en Argentina. Recuerden: “Este año aquí y el año que viene en Jerusalén” Pero en Israel había gente. Desde hacía muchos siglos había gente no judía. También era su tierra. De entrada esto ha sido un gran problema, que en algún momento quizás pudo haberse resuelto mejor. La intransigencia árabe y la utilización del conflicto por parte de otros países –los árabes para empezar, y la Unión Soviética- lo dificultaron. Pero ustedes, los israelíes, deben comprender que para los palestinos la creación del Estado y la evolución posterior tal como se ha producido, crea situaciones muy difíciles de aceptar no ya políticamente, sino psicológicamente, sentimentalmente y humanamente. Lo cual explica algunas de sus decisiones equivocadas. Siempre fue difícil crear condiciones de paz y convivencia entre palestinos e israelíes, y entre musulmanes y judíos, pero año tras año las dificultades han aumentado. 

Si no recuerdo mal fue Yeshaian Leibovitz quien al día siguiente de la Guerra de los Seis Días dijo: “Ahora es el momento de hacer la paz. Pero para ello debemos devolver los territorios que acabamos de conquistar. Si no lo hacemos el conflicto se gangrenará. Las consecuencias serán muy graves”. Ustedes no lo hicieron, y se comprende. Y probablemente era imposible hacerlo porque en Israel se produjo una explosión de entusiasmo y de orgullo, de irredentismo religioso y de exacerbación nacionalista que lo hacía imposible. Se ha dicho que aquella guerra transformó la sociedad israelí y que algunos vieron incluso en la nueva cartografía un mensaje divino. 

Todo esto es comprensible. Y yo lo comprendo. Además es muy probable que el gesto de paz israelí no hubiese sido aceptado por los árabes. Porque se sentían muy humillados. Y uno de los problemas del mundo árabe es que se sienten, o fácilmente pueden sentirse, humillados. Pero en todo caso creo que en principio tenía razón Leivobitz. Y que responde a la realidad el título con el que The Economist encabezó su conmemoración del 40 aniversario de la Guerra de 1967: “Israel’s wasted victory”. La desaprovechada victoria de Israel. Y seguía diciendo: “40 years of misery”, es decir 40 años de pena, de tristeza, de sufrimiento.


Un comentario sobre el tema de la humillación. Si Sadat pudo plantearse la posibilidad de hacer la paz con Israel fue porque pudo decir que la guerra de 1973 había terminado en empate. Porque la guerra se dió por terminada justo antes de que probablemente para los egipcios se produjese una nueva derrota. Los egipcios no ganaron la guerra, pero no la perdieron, y sobretodo recuperaron autoestima y dignidad. Orgullo. A partir de esto Sadat  en un gesto audaz y valiente que le honra – y que años más tarde le costó la vida- hizo una propuesta de paz. Y honra a Begin que la aceptase. También con riesgos serios.    Repito: he sido y soy defensor de Israel, y en general del judaísmo y comprendo sus razones y las apoyo y las apoyaré. Pero hay que encontrar otros caminos, hay que adoptar otras actitudes si queremos –unos y otros-, si quieren Uds., salir de esta terrible y amenazadora situación. ¿Es esto posible?
                                   

¿Es posible, por ejemplo, que Europa adopte una actitud no digo más pro israelí, pero sí más comprometida? Asumiendo más sus responsabilidades. Porque Europa tiene una responsabilidad no sólo en lo que ahora está pasando sino en el origen del problema. La Europa de raíces cristianas tiene una responsabilidad, y la Europa moderna y democrática, también. 

Los árabes tienen razón cuando dicen que el Holocausto no fue obra suya, sino de europeos. No sólo alemanes. No sólo nazis. ¿Por qué, preguntan, la reparación tiene que ir a cargo nuestro? Yo he dicho antes que el Estado de Israel sólo podía establecerse en esta tierra. Ni en Uganda ni en un Land alemán como algún demagogo musulmán ha dicho. Porque Israel no es un hecho solamente político, o económico, mecánico, sino que posee un alto grado de componente místico. De sensibilidad profunda. No se podía crear Israel en Baviera, o en Lituania. Y Vilnius no podía convertirse en Jerusalén. Pero es cierto que Europa tiene una responsabilidad que no puede ni ignorar ni traspasar. Y no la ejerce bien. Por comodidad y por ideología, no la ejerce bien. 

Y Europa y el Mundo deben tener en cuenta una cosa. Y vuelvo a Wiesenthal. Dice que  no sólo los judíos cometieron –sino todo el Mundo- en los años 30 el error de creer que el país de Goethe y Schiller no podía producir un Holocausto, sino que cometieron un segundo error: creer en la invulnerabilidad del pueblo judío. Es decir, puesto que hemos superado todo tipo de tribulaciones y de persecuciones, y –inconscientemente pensaron quizás- puesto que somos el pueblo elegido, no nos destruirán. Esto ha escrito Wiesenthal. No les destruyeron, pero mataron a 6 millones. No sé si ahora el judaísmo sigue pensando que es invulnerable. Pero el Estado de Israel creo que sí piensa que es vulnerable. Y que en un cierto sentido tiene miedo. Confía en sí mismo y en la justicia de su causa. Pero se considera vulnerable. Y por esto se refuerza y pide garantías. Y desconfía de casi todo el mundo y concretamente de los europeos. Dicen: “No queremos un nuevo Munich a  expensas nuestras. No queremos ser Checoslovaquia”. 

Muchos árabes han dicho y repetido que quieren echar los israelíes al mar. Como echaron a los cruzados. Los recelos de Israel, por consiguiente, están muy justificados. Y Europa no debe dejar sólo en manos norteamericanas la garantía a Israel.  Y debe recuperar la confianza de los israelíes. 

Pero ustedes deben comprender que los palestinos necesitan una solución. A mi lo de los dos Estados me parece bien. Me ha parecido bien desde 1.948. Y también deben comprender que la opinión pública de muchos países siente simpatía por los palestinos. No sólo por razones ideológicas sino porque son más débiles. A la larga podrían no serlo tanto si no hay paz, porque podrían tener la demografía a favor. Pero hoy, y durante bastante tiempo, son los débiles. Y la gente es compasiva. Se sacrifica poco por los otros, pero le gusta ser compasiva. Con poco coste, es decir, un tanto hipócritamente. Pero  compasiva. Y esto ahora juega a su favor. 

El Talmud dice: “Cuando dos hombres discuten, el primero que calla es el más digno de elogio”. No sé como Uds., los judíos, interpretan este texto. Quizás una posible interpretación puede ser que en un conflicto es digno de elogio que una de las partes tenga una actitud abierta y comprensiva. Esto es muy difícil después de años de enfrentamientos y de terrorismo, y habiéndose proferido amenazas como las que acabo de comentar: “Los echaremos al mar”. Comprendo la desconfianza. Pero la desconfianza tampoco ha resuelto el problema.  

Por esto celebro que cada vez más gente, también en Israel acepte que no se puede seguir con las mismos planteamientos de hace años. Pero hay que ser consciente que esto va a significar renuncias importantes para ustedes. 

Ustedes son un pueblo espiritualmente fuerte. Técnicamente de los más preparados. Militarmente potente. Con muchos apoyos en todo el Mundo. No todo el Mundo acepta que sean Uds. el pueblo elegido, pero sí que son un pueblo extraordinario. Muy extraordinario. Quizás invulnerable, pero no es seguro. En realidad nadie es totalmente invulnerable. Por lo tanto necesitan acierto en su acción, inteligencia en sus decisiones, coraje en todo. Pero también necesitan amigos. Yo he procurado ser amigo de los judíos, y del Estado de Israel. Durante una larga trayectoria. Por esto soy franco con ustedes. Por esto a veces les critico. Creo tener derecho a ello. 

En cualquier caso sepan que cuentan con un viejo amigo. Viejo y seguro.
       
                           
Y si es así es porque mi aproximación al judaísmo y al sionismo no se hizo, ni se mantiene ahora por motivos económicos o estrictamente políticos, sino más profundos. 

Por motivos humanos. Lo entenderán si termino recordando a mi amigo Moisés David Tennenbaum. Me dijo un día:”Tienes que ir a ver una película –una película de judíos-  que se llama El violinista sobre el tejado . Nosotros los judíos siempre tenemos que tocar el violín no en una sala de conciertos sino haciendo equilibrios sobre un tejado. Y un tejado de tejas irregulares. Y esto cuesta”. 

Yo le dije que lo entendía, pero que gracias a esto habían sido un pueblo diferente. Con una creatividad y una fortaleza fuera de lo corriente. Y me dijo: “Sí, pero a veces pensamos que lo agradable sería ser un pueblo normal”. Y yo le dije que en Israel ya eran un pueblo normal, aunque en estado de alerta. Y me dijo “Sí, es verdad. Pero a veces me pregunto: si no estuviésemos asediados, y nuestra seguridad no peligrase –si definitivamente no tuviésemos que tocar el violín haciendo equilibrios en el tejado- perderíamos la fortaleza, la fe, la energía y el orgullo que nos ha hecho fuertes durante tantos siglos?” Me lo decía meses antes de morir. 

Vuelvo al principio de mi discurso. Y al argumento religioso tal como yo, cristiano practicante, lo entiendo. Es decir, des de una perspectiva en la cuál el judaísmo no es algo externo a mi fe y tampoco lo es a mi sentido de la Historia. Desde esta doble perspectiva digo que ustedes han inventado el monoteísmo, el concepto no material de la Divinidad. Y han inventado la idea de pueblo. De pueblo judío. Antes sólo había masas vinculadas y sometidas a un poder absoluto. O tribus. A partir de Moisés la idea de pueblo quedó consolidada. 

Y desde Masada y desde Babilonia y desde el Holocausto, y desde siglos de ostracismo han dado un ejemplo único de fidelidad, de cohesión y de creatividad. Era meses antes de la muerte de mi amigo. Le dije: “Váyase tranquilo, David”.  

Señoras y señores. Ha sido un gran honor para mí asistir y hablar en este acto. Y hacerlo en el edificio de la Knesset. Y hacerlo con motivo de un acto vinculado a la Fundación Samuel Toledano. 

Muchas gracias.
 
 
Pujol recibiendo el premio Samuel Hadas de amistad España-Israel, en enero de 2012. La lista de premiados en aquella ocasión:
José María Aznar,
Felipe González,
Esperanza Aguirre,
Jordi Pujol,
Enrique Múgica,
Antonio Muñoz Molina,
Antonio Lisbona,
Real Madrid-Baloncesto-Leyendas Blancas, Iberia,
Federación de Comunidades Judías de España
Asociaciones de amistad España-Israel representadas por la Associació de Relacions Culturals Catalunya-Israel,
Centro de Estudios Judeo-Cristianos,
Gabriel Albiac,
Joan B.Culla i Clara,
Adolfo García Ortega,
Pilar Rahola, 
César Vidal,
Vicenç Villatoro
 

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