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lunes, 24 de febrero de 2014

La Catalunya independent que volem (V)

 
 
LAS RAÍCES SIONISTAS DEL NACIONALISMO CATALÁN

Reproduzco el lúcido artículo que El blog de Skiper ha tenido el acierto de "recuperar" desde su hoy lejana elaboración en 2006 dada la absoluta actualidad de su contenido. 

Su autor, Albert Escusa, da en la diana al señalar la inspiración judía del excluyente nacionalismo catalán. 
A su análisis solo le falta el haber pronosticado que sería el "iluminado" Artur Mas el gestor de un insolidario proyecto destinado -tal como diagnostica Felix de Azúa- a reproducir al norte del Ebro su anacrónica versión de "la España de Franco, con sus listas negras, su represión lingüística y toda su simbología sagrada" en rojo y gualda -¡oh, casualidad!-, su virgen patrona (encarnación de Isis, como sabe ... todo el que sabe) y su cohorte de curas titiriteros detrás, en este caso, el provinciano Sanedrín que forman los benedictinos de Montserrat.
Yahvé los cría y ... yahvé usted.

Existe una rama muy poderosa del nacionalismo catalán, influenciada desde hace mucho por las vicisitudes del pueblo judío, sobretodo por el movimiento sionista posterior a la II Guerra Mundial que dio lugar, en 1948, a la fundación del Estado de Israel en los territorios palestinos. Esta identificación se reafirmaba cuando al convertirse en una forma de atacar al catalanismo por parte de sus enemigos. Pío Baroja, por ejemplo, en 1907 acusaba a los catalanes de ser «los judíos de España».

Figuras destacadas del catalanismo fueron acusadas de ser judíos, como Companys o Cambó. Muchos catalanes de diversas ideologías inclinaron sus simpatías hacia el pueblo judío y hacia el Estado de Is­rael, cuya creación influyó tanto en fascis­tas como Josep Plà (maravillado al visitar Israel en 1950) como al antifranquista Salvador Espriu, que presentaba a Israel «como la proyección mítica de Catalu­ña».

Las relaciones entre el catalanis­mo y el sionismo se consolidaron gracias a la amistad del padre de Jordi Pujol con el magnate empresario judío David Ten­nenbaum, creador de la Banca Dorca de Olot, germen de lo que fue la futura Ban­ca Catalana, operación que consolidó a Jordi Pujol y su entorno como centro del nacionalismo catalán.
Para disimular, le ponemos a la senyera el triangulito de
la bandera palestina, y ¡tachán! ya tenemos la estelada.
La simpatía hacia el sionismo afecta a militantes de casi todos los sectores del nacionalismo, desde los católicos de Convergencia i Unió (CiU), a los laicos de Esquerra Republicana de Ca­talunya (ERC) e incluso a algún grupo de la izquierda extraparlamentaria. La sim­biosis catalanismo-sionismo ha sintetizado el “catasionismo”, corriente dominante en el nacionalismo catalán.

Paradójicamente, el sionismo también es una de las mayores influencias que han tenido los Gobiernos del Partido Popular, cuya ideología ultra­conservadora o neofascista, está en las an­típodas del nacionalismo catalán.

La pre­sión del catasionismo consiguió en el 2005 el incremento de las relaciones entre Israel y Cataluña, concretadas tras la reunión de Maragall con Shimon Peres, del fomento de la cooperación tecnológica entre Cata­luña e Israel a través de la Fundació Cata­lana per a la Recerca.

LA RED CATASIONISTA

Según el periódico La Vanguardia, los políticos catasionistas más importantes son el ex–presidente Jordi Pujol; Josep Lluís Carod-Rovira, Presidente de Es­querra Republicana de Catalunya (ERC) y actual vicepresidente de la Generalitat; Miquel Sellarès, periodista y antiguo res­ponsable de seguridad en los gobiernos de CiU y hoy cercano a ERC, Joan Oliver, antiguo director de TV3 y militante de CiU, y Maria Josep Estanyol, doctora el filología semítica en la Universitat de Bar­celona y militante de ERC.

Intelectuales catasionistas influyentes son Pilar Rahola, antigua militante de ERC y hoy situada en la extrema derecha del sionismo (partida­ria visceral de Ariel Sharon); el periodista Pere Bonín, Joan B. Culla, historiador de la Universitat Autònoma de Barcelona, la escritora Marta Pessarrodona, el periodis­ta y escritor Valentí Puig y Lluís Bassat, publicista y candidato a la presidencia del Fútbol Club Barcelona.
Las amistades bochornosas: al sur del Ebro los hijos de
Abraham también hacen amiguitos.
Pero especial aten­ción merece el jefe de filas del sionismo ca­talán, Vicenç Villatoro, diputado por Con­vergencia i Unió (CiU), escritor, periodista y antiguo director del diario nacionalista Avui y de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió, ente que engloba las emisoras de la Generalitat.

Algunos de los catasio­nistas no pasan de tener ciertas simpatías e identificación hacia la política del Estado de Israel, desarrollando su cometido si­lenciosamente, mientras que otros ejercen violentamente de comisarios políticos de Israel en Cataluña, manipulando y tritu­rando, desde los púlpitos televisivos y los poderosos medios de comunicación que los apoyan, cualquier disidencia hacia la polí­tica de Israel.

Los medios de comunicación filo-sio­nistas

De los medios más pro-sionistas hay que destacar en primer lugar el periódico Avui, así como La Vanguardia, también receptiva hacia el sionismo. Las radios y televisiones públicas (TV3, C33 y Catalunya Ràdio bá­sicamente), han perdido parte de su furor sionista desde que Vicenç Villatoro dejó de ser su director, aunque en las tertulias te­levisivas de TV3 y el C33 son fijos los catasionistas más importantes, como el pro­pio Villatoro, Rahola, Joan B Culla y otros. También la Fundació Catalunya Oberta es un establecimiento filosionista.

Asimismo se ha creado una red de medios de comunicación de tendencia catasionis­ta, donde participan catasionistas promi­nentes. Este es el caso de Tribuna Cata­lana, (www.tribuna.cat), página dedicada a la política general, que tiene enlaces al Centre d’Estudis Estratègics de Catalunya (CEEC), ambos dirigidos por Miquel Se­llarès, y a la Revista Debat Nacionalista, cuyo primer número entrevista al historia­dor catasionista Joan B. Culla, a quien le dedica la foto de portada. La finalidad de la información de estos medios es crear una corriente de opinión favorable a las políti­cas de Israel y contraria a las luchas de los pueblos árabes.
La "Meca" de los quejicas: el muro de las lamentaciones.
El CEEC realiza estudios y análisis de la situación mundial desde una óptica favora­ble a la estrategia y a la ideología atlantis­ta de la OTAN y de la política del Estado de Israel. El CEEC defiende la invasión de Afganistán por la OTAN como un freno a la “jihad” (guerra santa musulmana) y por el bien de la seguridad de Europa y Cataluña, manifestando que la agresión de la OTAN es «una opción que puede parecer más “dura” pero que en realidad es simplemen­te más realista». En el mismo artículo se alegra de que la cumbre de la OTAN haya tenido lugar en Letonia, presentando a los rusos, a su presidente Putin y a su control del gas y el petróleo como enemigos para Europa. En otro artículo se ataca la polí­tica exterior de Zapatero por considerarla antiamericana, antiisraelí y proárabe. La­menta que la decisión (finalmente revoca­da) de vender aviones y barcos a Venezuela haya puesto en peligro la amistad con los Estados Unidos. La vocación intoxica­dora de este medio queda evidente cuando identifica sutilmente la política exterior del gobierno del PSOE con el franquismo y éste con el mundo árabe: en un artículo que lleva por título “¿España se posiciona contra el gobierno de Israel?”, el CEEC afirma: «en la otra banda del arco ideoló­gico del Estado español encontraríamos la análoga “tradicional amistad con los países árabes” en la que insistió durante 40 años el régimen del general Franco.» Otros artículos del CEEC muestran las opera­ciones de agresión israelíes desde la pers­pectiva sionista, como guerras defensivas frente a la "amenaza árabe".

Desde Tribuna Catalana se elaboran artí­culos antipalestinos, como los dedicados contra la victoria electoral de Hamás. Tri­buna Catalana, manipulando el conflicto de Palestina, “recuerda” a la Unión Europea que «hay decenas de miles de funcionarios y policías pagados con dinero europeo» y que no se puede seguir financiando a un gobierno «que envía kamikazes a hacerse explotar en un autobús o en una cafete­ría israelí». Otros artículos critican la posición pro-palestina de una parte de la izquierda israelí debido según Tribuna Ca­talana al «autoodio de la extrema izquier­da israelí cercana a los grupos palestinos»
Desde la revista El Temps, donde escriben entre otros sionistas la ultra Pilar Rahola, se intenta hacer pasar a los agresores como víctimas, como en el reportaje sobre la co­munidad judía dels “Païssos Catalans”, se justifica las matanzas israelíes en el Líbano a raíz de la detención de militares israelíes por Hamás, considerada como “agresión”: «La gente está extrañada y no entiende esta agresión. Por eso un 98% de los is­raelíes aprueban la medida tomada por su Gobierno y la entiende.» También encontramos en el mismo número una en­trevista a la ministra de asuntos exteriores de Israel.

Lucha por las emisoras públicas y depu­ración de periodistas

Entorno al control de los medios públicos se desarrolla una sorda lucha de los cata­sionistas, que no ha trascendido al público. Vicenç Villatoro, cuando fue responsable de la radiotelevisión catalana, despidió al periodista a Eugeni Garcia, corresponsal en Jerusalén de Catalunya Ràdio. El Co­mité Profesional de la emisora, denunció en un comunicado que el despido se de­bía a «la presión reiterada de la comuni­dad judía en Catalunya, que cuestiona la imparcialidad informativa de la redacción de informativos y de su corresponsal en Jerusalén.». Otra riña sucedió en los medios de Catalunya Radio, cuando Vicenç Villatoro atacó al periodista Antoni Bassas en una carta al diario Avui, por no cortar a un oyente que llamó al programa de Bas­sas y dijo que «los judíos e Israel se encon­traban en el eje del mal», según “denunció” Tribuna Catalana, medio que se queja del «infantilismo» de TV3 en el tratamiento de la guerra de Irak o las informaciones sobre EE.UU. e Israel, responsabilizando de ello al periodista Joan Roura. Roura también fue atacado desde La Vanguardia por Joaquim Roglán, quien “denunció” al periodista de TV3 por no defender la “im­parcialidad” en el conflicto sionista-árabe informando «de manera desmesurada» so­bre la violencia israelí.

ESQUERRA REPUBLICANA, PARTI­DA EN DOS

ERC es uno de los partidos que más está infiltrado por el sionismo, ya desde los tiempos de Pilar Rahola. Dirigentes cata­sionistas como Carod Rovira están enfren­tados con otros como Rosa Bonàs y Joan Puigcercós por la política hacia Israel. Las JERC, juventudes de este partido, se han manifestado reiteradamente a favor de la causa palestina, sufriendo incluso repre­sión policial, pero el “lobby” sionista es muy poderoso en ese partido: ERC nunca se ha manifestado públicamente a favor de Palestina y contra la política racista e im­perialista de Israel. Una muestra de la in­fluencia sionista en ERC la podemos ver en el nº 70 (abril-mayo del 2006) de Esquerra Nacional, revista oficial de ERC. En la pri­mera página de este número se entrevista a Jaume Fernández, historiador y militante de ERC, donde explica el balance de unas jornadas sobre sionismo y catalanismo, jornadas en las que participaron Conse­llers de la Generalitat. Según Fernández, que por una “rara” coincidencia también es miembro del filosionista CEEC, en las jor­nadas se denunció al «pensamiento único» contra Israel, «anclado en una posición ideológica heredera de un marxismo tras­nochado».
Y, para hacerse el simpático, burla de Jesucristo.
En ciertos ambientes funciona.
Cuando Carod Rovira visitó Israel junto con Maragall en mayo del 2005 para reali­zar un homenaje a Yitzhak Rabin, asesina­do por un judío ultraortodoxo, se levanta­ron ampollas en la izquierda solidaria con la causa palestina. El colectivo Palestina Resisteix, recordó a Carod el pasado de Rabin, que al mando de unidades militares realizaba operaciones de limpieza étnica y actos terroristas. Al parecer Carod es simpatizante del Partido Laborista Israelí, y en alguna de sus conferencias electorales para las elecciones autonómicas del 2006 había invitado a varios embajadores en­tre los que se hallaba el de Israel. Bernat Joan, eurodiputado ultranacionalista de ERC, sin declararse sionista, defiende tesis sionistas y norteamericanas cuando “de­nuncia” en su blog el asesinato del Primer ministro libanés Hariri, pro-israelí, como una conspiración de Siria e Irán, países a los que acusa de querer colonizar el Líbano. Para Josep Huguet, exconseller de la Generalitat «en el pensamiento de secto­res radicales del españolismo, los catalanes ocupamos el lugar de los judíos».

Rosa Bonàs, una voz valiente

Rosa Bonàs, diputada al Parlamento espa­ñol por ERC es una de las valientes excep­ciones dentro del panorama nacionalista catalán. Su mérito es mucho mayor por el hecho de estar casada con un israelí, tener hijos de esa nacionalidad y haber pasado varios años viviendo en Israel, país del que tuvo que huir, como ella misma explica: «A medida que se iban multiplicando los asentamientos en Gaza y Cisjordania, el Ejército para la Defensa de Israel se con­virtió en un ejercito de ocupación con todo lo que ello implica. (...) en 1989, nuestro hijo tenía ya 10 años, fuimos conscientes de que aquel niño tenía ante sí dos opcio­nes: ser soldado de un ejército de ocupa­ción o pasar su juventud en la cárcel, como tantos amigos que se negaron a servir en los territorios ocupados». Rosa Bonàs, que pide respeto para el pueblo palestino y defiende su derecho a vivir en un Estado viable, tiene un amplio historial de lucha por la paz desde hace décadas y no ha du­dado en sumarse en iniciativas a favor del pueblo palestino.

Carod Rovira se arrodilla ante el sionis­mo
Paisaje hebreo y abanderado ebrio ... de contento
Rosa Bonàs estuvo en el ojo del huracán sionista cuando hizo una proposición al Congreso junto a Puigcercòs pidiendo la suspensión de todas las ayudas del Estado español hacia Israel, incluyendo todo tipo de cooperación cultural en protesta por la política genocida de Ariel Sharón y contra la ocupación de los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, justo en las fechas en las que Carod y Maragall realizaban el homenaje a Rabin. Esto levantó las protes­tas airadas de la Embajada de Israel, de la comunidad israelí en España, el odio vis­ceral de Pilar Rahola, y las acusaciones au­tomáticas de antisemitismo.

Rosa Bonàs se defendió calificando a Rahola de «portavoz de Sharon». Carod zanjó el tema sometién­dose al sionismo, pidiendo perdón en una carta en la que calificaba la iniciativa de Rosa Bonàs «como un error político grave que, además, no es coherente de ninguna manera con mis propias convicciones (...) Estas y otras consideraciones las he plan­teado, personalmente, a los responsables del Grupo Parlamentario de ERC en Ma­drid, así como a los representantes diplo­máticos del Estado de Israel en España. (...) Nuestro rechazo sin paliativos al te­rrorismo, nuestro reconocimiento incues­tionable al derecho a la defensa del Esta­do de Israel». Carod Rovira acaba su patética carta reconociendo el derecho a la existencia de un Estado palestino. ¡Fal­taría más!

EL INDEPENDENTISMO EXTRA­PARLAMENTARIO
Aunque la mayoría de grupos extrapar­lamentarios independentistas se sitúan frente a los crímenes sionistas y en defen­sa de la causa árabe, el sionismo también influye en algunas de estas fuerzas políti­cas. Toni Gisbert, dirigente del Partit So­cialista d’Alliberament Nacional (PSAN), responsable de de Acció Cultural del País Valencià y marido de Nuria Cadenas (in­dependentista encarcelada durante años), identifica judaísmo y catalanismo en un es­crito lleno de manipulación histórica, verdadero homenaje al nacionalismo de sangre: «Los puntos en común con las reflexiones del judaísmo son notables (...) una parte importante de nuestro pueblo reclama, como lo reclama una parte im­portante del judaísmo, un hogar nacional propio. (...) Un territorio donde no somos los únicos que estamos: igual que los ju­díos, hemos sido convertidos en minoría en algunas parcelas de nuestra propia tierra por siglos de ocupación. Pero como ellos, hemos vivido ininterrumpidamente desde nuestro nacimiento como pueblo. (...) Tampoco renunciamos a las parcelas donde somos minoría: porque para noso­tros la tierra tiene valor por ella misma, nos identifica y cohesiona.»

Este es el panorama del sionismo en Ca­taluña, una fuerza que ha encontrado una sólida base de apoyo entre una buena par­te del nacionalismo catalán, dispuesto a transigir con cualquier brutalidad de Is­rael a cambio de fortalecer las posiciones de la burguesía catalana.

(Fuente:
Kaos en la Red  , Astillas de realidad )

viernes, 6 de diciembre de 2013

La Catalunya independent que volem (II)

Escándalo en Cataluña: denuncian planes de crear una "NSA catalana" con Israel

 

Fuente: RT
El partido catalán Ciutadans ha denunciado ante el Parlamento de Cataluña que, según los documentos que han llegado a sus manos, el Gobierno de la Generalitat ha encargado la creación de una agencia de espionaje que colaboraría con Israel.
Según ha insistido Albert Rivera, presidente de Ciutadans, la Generalitat quiere transformar el CESICAT (organismo catalán encargado de la seguridad informática) en una futura agencia de espionaje al estilo de la NSA estadounidense. El líder del partido ha presentado un documento en que "detallan cómo piensan desplegarlo" y ha exigido dimisiones.

"Señor Mas [Artur Mas, presidente de Cataluña], ustedes están preparando una Agencia de Seguridad Nacional a escondidas, sin competencias y con el dinero de todos los ciudadanos", declaró Albert Rivera mientras mostraba un documento en el que el gobierno local exige la creación de "una agencia catalana de espionaje".

Según la revelación de Ciutadans, la 'NSA catalana' contaría con los servicios de 300 agentes de los Mossos d'Esquadra [Policía catalana] y debería "ponerse en contacto con los servicios de espionaje israelíes y con otras agencias de espionaje, que destinarían 11,3 millones de euros en una primera fase de despliegue y hasta 28 millones en una segunda".  

"¿A qué están jugando ustedes con el dinero de todos? Porque lo que están haciendo es un ataque y una amenaza a la intimidad de los ciudadanos de Cataluña", declaró Albert Rivera, quien añadió que la creación de "una agencia paralela de espionaje a los ciudadanos es una amenaza al Estado de derecho porque utilizan dinero público para ello".

El gobierno por su parte ha desmentido toda la información. Artur Mas dijo ignorar por qué le estaba preguntando Rivera y agregó que no podía hablar de lo que no existe. No obstante, el Gobierno defendió que el CESICAT "patrulle por la red".

Matías Alonso, secretario y portavoz de Ciutadans, dijo a RT sobre el texto que han sacado a la luz: "con certeza es un documento de trabajo que estaba en manos de por los menos los integrantes del gobierno de la Generalitat de Cataluña y por lo tanto es un objetivo la creación de esta agencia, cuyo principal objetivo va a ser el control exhaustivo, la monitorización de las actividades en el ciberespacio de empresas y de particulares".
 
 
 

miércoles, 4 de diciembre de 2013

La honradez personal de Vincenc Navarro

Vincenc Navarro en su último artículo en Público (El resurgimiento del fascismo en España) afirma lo siguiente:
 
"El nacionalismo españolista era un nacionalismo extremo, de carácter racista (el día nacional se llamaba el día de la raza), sumamente excluyente, que estaba basado en una visión imperial del Reino de España y con una concepción radial del estado, centrado en Madrid, la capital del Reino. España era la única nación del país y la más antigua de Europa y tenía una misión civilizadora. Otras concepciones de España eran reprimidas y eliminadas, definiéndoselas como anti España."
 
 
Una vez más, el Sr. Navarro da muestras de su arrogante ignorancia y de su desbocada xenofobia antiespañola.
Se refiere al Día de la Raza como prueba de que el franquismo era racista. Pues bien, la fiesta no la estableció Franco, ya que se instituyó en 1918. Y en aquella época, la palabra raza no tenía el significado actual de biotipo biológico, sino que se refería, en general, a un pueblo o una cultura. Prueba de ello es que muchos países iberoamericanos, como Méjico, hicieron compatible su Día de la Raza con la afirmación de su esencia mestiza. Fue a partir de los años 30 y 40 cuando la palabra raza comenzó a asociarse mundialmente con el supremacismo biologicista (por razones obvias), y a partir de ahí se fue cambiando el concepto de raza por el de hispanidad (o semejantes) en los diferentes países iberoamericanos. En España pervivió, por cierto, a lo largo de la Segunda República, con gobiernos progresistas, liberales, y socialistas /comunistas /anarquistas.
Nada de esto le impide le impide al Sr. Navarro incluir el racismo en su distorsionada concepción del franquismo, e intentar introducirlo por esta vía en su fantasiosa concepción del “nacionalismo españolista”. Lo hace, eso sí, desde su—muy real—fanatismo catalanista, presidido por el viejo principio nacionalista de que “no dejes que la realidad histórica te estropee un buen agravio victimista” (como el de la superchería del 1714 que inspira La Diada).
Es el conocido recurso satanizador del otro, manifiestamente xenófobo, y que el Sr. Navarro utiliza constantemente, tanto cuando denuncia el sistema radial como un rasgo de totalitarismo (cuando, de hecho, prevalece en la mayoría de los países democráticos), como cuando intenta estigmatizar al político socialdemócrata José Bono como partícipe de una supuesta ideología totalitaria…
Todo esto desprestigia gravemente a un autor, ya que pone en cuestión tanto su capacidad intelectual como su honradez personal.
 
Piotr Kropotkin
 
 
 
 

miércoles, 23 de octubre de 2013

Cataluña, el derecho a decidir

Fuente: comentario de "Piotr Kropotkin" al artículo de Vincenc Navarro en Público, en relación a un artículo de Vargas Llosa en ElPais
 
 
 
 
Los nacionalistas como el Sr. Navarro tienen complejo por estar promoviendo una ideología rupturista que saben profundamente destructiva. Para sacudirse ese complejo, tan obvio como justificado, intentan proyectarlo sobre los demás, atribuyéndoles una imagen especular de su propia ideología nacionalista. Es una maniobra dialéctica pueril, pero repetida por los nacionalistas con contumacia goebbelsiana.

Pero el patriotismo que predomina actualmente en la sociedad española es un patriotismo ilustrado claramente opuesto al nacionalismo catalanista, que tiene su arraigo en las ideologías oscurantistas que precedieron y sucedieron a la Ilustración, y que por ese motivo merece la etiqueta distintiva de ‘nacionalismo’. Voy a probarlo.

1. El Nacionalismo Oscurantista Catalán es abiertamente irracional, mientras que el Patriotismo Ilustrado Español es incuestionablemente racional. Cuando los nacionalistas catalanes celebran la Diada evocan un MITO HISTÓRICO, el supuesto levantamiento del pueblo catalán defendiendo su identidad cultural contra la España opresiva. De hecho, fue un enfrentamiento entre élites españolas (y españolistas) pugnando por diferentes sucesores a la Corona. En cambio, cuando los españoles celebran el 12-0, no celebran un mito histórico, sino un HECHO HISTÓRICO, porque cuando la ciencia historiográfica estudia el evento, comprueba que, efectivamente, la expedición española llegó a América en 1492. Los españoles contemporáneos no han abandonado el principio de realidad.

2. El Nacionalismo Oscurantista Catalán es abiertamente incivil, mientras que el Patriotismo Ilustrado Español es incuestionablemente civil. El Presidente de la Generalitat ha anunciado que logrará sus objetivos políticos, ya sea por medios legales o ilegales. Cuando un líder político anuncia la violación de la Ley puede pasar cualquier cosa, y él lo sabe, porque conoce la historia reciente de Yugoslavia. España, en cambio, promueve sus objetivos políticos por medios prudentes y legales. En el caso de Gibraltar, por ejemplo, declarado por la ONU territorio a descolonizar, siempre ha respetado el Derecho Internacional y nunca ha puesto en peligro la paz social. Los españoles contemporáneos no han abandonado el principio de sensatez.

3. El Nacionalismo Oscurantista Catalán se basa en la política primitiva del ‘chivo expiatorio’, donde el chivo es naturalmente España. España se presenta como causante de todos los males de Catalunya, de manera que la solución es deshacerse de ella, y todos los males de Cataluña desaparecerán. Pero lo cierto es que a Cataluña le ha ido muy bien con España. No sólo es más rica que las regiones vecinas de España (pese a ser contribuyente neta en España) sino que también es más rica que las regiones vecinas en Francia (pese a ser perceptoras netas—y culturalmente afines a Cataluña). Esto haría reflexionar a cualquiera, pero no a un nacionalista imbuido del atavismo del chivo expiatorio. Afortunadamente, el Patriotismo Ilustrado Español no participa de este ritual político cavernario contra ningún agente, interno o externo.

Es verdad que también hay españoles nacionalistas, pero son marginales. Ningún partido defiende una ideología nacionalista española. Por eso, el Sr. Navarro ha tenido que recurrir a nombres propios, como Aznar (para luego extender insidiosamente la calificación de ‘nacionalista’ al resto de España). Aznar desplegó, en efecto, un abyecto nacionalismo español en su Guerra de Irak, por ejemplo, prometiendo situar a España entre las naciones dominantes del S XXI. Curiosamente, ese nacionalismo se parecía a los demás en que (1) inventaba mitos (las armas de destrucción masiva), (2) quebrantaba la Ley (la Carta de Naciones Unidas), y (3) apelaba a un chivo expiatorio (el islamismo o, como Aznar lo llamaba, ‘islamofascismo’). ¿Y qué pasó? Pues que los españoles lo rechazaron en un 90%, salieron a la calle para denunciarlo, y mandaron a Aznar a casa...

Sería interesante que los catalanes hicieran lo mismo con sus líderes nacionalistas. De hecho, creo que eso va a ocurrir, porque el grueso de la ciudadanía catalana comparte los mismos valores ilustrados, si bien cabe prever que la reacción sea más lenta en este caso. La diferencia es que el delirio de Irak se encontró con una oposición política (el PSOE) que realizó su función, mientras que el delirio rupturista de Más se ha encontrado con una oposición (el PSC) que ha abdicado de ella. Pero el realineamiento político se está produciendo inexorablemente. No hay más que ver el ascenso de C’s, la caída libre del PSC, o la propia división en CIU.

Hay motivos, pues, para la confiar en que acabará prevaleciendo la racionalidad, el civismo, y la modernidad, tanto en Cataluña como en el resto de España.
 

La Catalunya independent que volem

Método 3 pagó un coche de lujo al director de Mas que diseñaba el CNI catalán


 

La polémica agencia de detectives Método 3 penetró en la Generalitat de Cataluña de la mano de un hombre de confianza del presidente catalán, Artur Mas. Se trataba de Xavier Martorell, que de director de Seguridad del FC Barcelona pasó a ser director general de Análisis y Prospectiva, encuadrado en la propia Presidencia de la Generalitat. Desde allí, había confesado a su círculo de confianza, pretendía montar el CNI catalán. Y como aliado para llevar a cabo este alucinante proyecto tenía a Método 3.
 
Xavier Martorell fue recolocado como director general de Servicios Penitenciarios tras las elecciones autonómicas del pasado mes de noviembre, aunque finalmente tuvo que dimitir a comienzos del pasado mes de junio tras ir conociéndose sus vinculaciones con Método 3 y, paralelamente, algunas de las actuaciones poco ortodoxas de la denostada agencia. Pero antes de estrellarse definitivamente, Martorell sentó sus reales en un potente vehículo, cortesía de sus amigos detectives.
 
Porque, a la vista de las circunstancias, no hay duda de que las relaciones entre la agencia y Martorell eran inmejorables. Tanto, que en enero del 2011, ya con el cargo oficial en el bolsillo, el flamante director general de la Generalitat aceptó un vehículo de alta gama que había sido comprado por la agencia de detectives. El calendario da una idea de la velocidad a la que se sucedían los acontecimientos: el 4 de enero del 2011, Martorell era nombrado oficialmente director general. El día 24 de enero, exactamente 20 días después, Método 3 compraba un coche de lujo y lo ponía a su disposición.
 
 
El vehículo en cuestión, un todoterreno Volkswagen Touareg 3.0 V6 TDI, estaba valorado en unos 58.000 euros (47.000 euros de precio franco de fábrica y alrededor de 2.500 euros en extras, entre ellos barras de techo longitudinales, control de distancia de aparcamiento delantero y trasero y un “paquete country exterior”, a lo que hay que añadir el 18% de IVA, de ahí el total de 58.000 euros) y fue adquirido por el sistema de renting ese mismo mes. La cuota de alquiler ascendía a 695,52 euros, a los que había que sumar diversos extras, por lo que la letra mensual le salía a la agencia por un total de 1.261,99 euros, IVA incluido.
 
De esta cesión quedó constancia por escrito: el responsable financiero de Método 3, José Luis Marco (que además era primo del director, Francisco Horacio Marco) comunicaba el día 14 de enero a diversos correos que “el conductor habitual será Xavier Martorell Villalobos”.
 
 
Poco más de un mes después, Martorell se quejó a la agencia que el coche presentaba algunos fallos y solicitaba que se lo reparasen. El 9 de marzo, Marco le envió un e-mail de respuesta al correo que el director general le había enviado pidiendo el teléfono de ALD Automotive, la empresa de renting donde se había adquirido el vehículo: “Xavier, això és lo que m’han dit” (“Xavier, esto es lo que me dijeron”). Y adjuntaba el consejo: “Vaya leche con la electrónica de los coches… Parece que cada vez hacen con más fallos estos temas. Las dos opciones que me  comentas son buenas; puede llamar al teléfono de ALD para que le indiquen el procedimiento a efectuar o puede pasarse directamente por el concesionario, que ellos ya solicitarán autorización para la reparación”. Media hora más tarde, el departamento financiero de Método 3 le enviaba el teléfono de ALD y señalaba que, tras salir el contestador dando al oyente opciones de marcaje, escogiese la opción 1.
 
Una larga lista de espionajes
Martorell fue quien había introducido ya a Método 3 en la seguridad del FC Barcelona. Desde que él se hizo cargo de esta, comenzó a desalojar al grupo que hasta entonces se había encargado de la misma, Intelligence Bureau, y comenzó a contratar con Método 3. El entonces alto cargo azulgrana era un hombre de la total confianza del presidente, Joan Laporta. Durante su etapa en el club, se hicieron un buen número de espionajes. Entre otros, al entonces candidato Sandro Rosell (hoy presidente, tras ganar las elecciones del 2010), a varios jugadores y a cuatro de los vicepresidentes del propio Laporta. Todos estos cometidos los realizó Método 3.
 
Xavier Martorell. (EFE)Xavier Martorell. (EFE)
 
Con la llegada de Rosell al Barça, Martorell quedó sentenciado, aunque siguió en su cargo hasta el mes de diciembre porque así se lo pidieron a la cúpula del Barça fuentes de Convergència. Según ha podido conocer El Confidencial, incluso un dirigente del partido prometió que Martorell entraría como alto cargo en el próximo Gobierno de la Generalitat porque CiU pensaba ganar las elecciones de calle. Luego, con 62 diputados, no ganó de tal manera, pero Artur Mas pudo formar un Gobierno a su medida.
 
Martorell, cuyo nombre había sonado incluso como consejero de Interior (en los últimos Gobiernos de Jordi Pujol había sido director general de la Policía), no pudo recalar en esta consejería porque pasó a manos de Felip Puig, un enemigo declarado suyo y del que ya entonces corrían por Barcelona varios informes sobre él y su familia, que presuntamente habían sido realizados por Método 3. Mas acordó entonces llevárselo a Presidencia. Hasta que la remodelación del Gobierno con las elecciones del año pasado provocó su pase a la Consejería de Justicia. Y de ahí, tras el estallido del caso Método 3 y con varios altibajos en su salud, a la tempestuosa salida de la Administración. Su carrera política se acababa de estrellar.
 
Fuente: ElConfidencial

jueves, 10 de octubre de 2013

El clan Pujol paga los boicots contra la Familia Real

Jordi Pujol Jr. se vanaglorió de haber financiado la pitada en el Mestalla durante la final de la Copa del Rey de 2009

“Mira la que he liado allá…Mort al Borbó! [¡Muerte al Borbón!]”

La exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, Victoria Álvarez, durante las declaraciones que ha realizado hoy a la prensa en la puerta de su domicilio, en las que se refirió a un presunto caso de espionaje derivado de unas supuestas escuchas ilegales.
 
Jordi Pujol Ferrusola, el hijo primogénito del expresidente catalán acusado por la Policía económica de lavar millones de euros en paraísos fiscales, pagó 5.000 silbatos usados por los independentistas en la pitada al Rey y el himno en la Copa de fútbol disputada en mayo de 2009, en el estado valenciano de Mestalla.
 


“Mort al Borbó”
Victoria Álvarez Martín, la exnovia de Pujol Ferrusola, es quien ha desvelado la participación de éste en la sonada pitada al Rey. Según su versión, de la que da cuenta este lunes El Mundo, el hijo del expresident le llamó por teléfono para jactarse de lo que había montado en Valencia: “Mira la que he liado allá…Mort al Borbó! [¡Muerte al Borbón!]”.
 
“¿A que no sabes quién ha pagado los 5.000 pitos que silbaron ayer al Rey y al himno en la final de Copa?”, prosiguió Pujol Ferrusola. “Yo, yo, lo he pagado todo yo”.
 
Espiada durante una comida con Sánchez-Camacho
Victoria Álvarez Martín fue protagonista, junto a la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho,
de la ya célebre comida en el restaurante La Camarga , cuando ambas mujeres fueron grabadas por la agencia de detectives Método 3. La exnovia de Jordi Pujol Ferrusola había cerrado la reunión con la dirigente popular para contarle que el primogénito del expresident sacaba de España bolsas repletas de billetes de 500 euros con destino a paraísos fiscales.
 
El clan Pujol paga los boicot contra la Familia Real
La acusación de Victoria Martín no termina aquí. Según añadió, los hermanos Pujol pagan todos los actos que se organizan en Cataluña para boicotear actos en los que interviene el Rey o algún miembro de la Familia Real. Además, Jordi Pujol Ferrusola ha costeado las pegatinas azueles que con la leyenda CAT y las 12 estrellas se colocan en la parte izquierda de algunas matrículas con la intención de tapar la E de España en los coches. “Él ha costeado la impresión de los miles de adhesivos que se han distribuido por Cataluña”.

domingo, 9 de junio de 2013

Oprimiendo a Cataluña

Fuente: ElMundo

Lorenzo Silva |

En estos días, por culpa de un titular de periódico, me he acordado bastante de esos años, entre finales de los ochenta y 1992, en que estuve oprimiendo a Cataluña. Al menos, según los historiadores convocados por la Generalitat para recapitular los últimos tres siglos, eso es lo que ha estado haciendo España, ininterrumpidamente, desde 1714 hasta ahora mismo.

Comoquiera que en esos años yo trabajaba para la administración estatal, y se me mandó ocuparme de asuntos catalanes, deduzco que lo que estuve haciendo fue eso mismo, oprimir, que es lo que mis jefes, de acuerdo con la inflexible política española respecto del atribulado nordeste peninsular, debieron de encargarme.

Sin embargo, es posible que mi memoria me engañe, yo no lo recuerdo exactamente así. Lo que recuerdo es otra historia, que parece que ninguno de esos historiadores ha considerado oportuno rescatar para enriquecer su simposio de desquite frente a la barbarie hispánica. Una que tiene que ver, ya van a ver qué tema más aburrido, con autovías de circunvalación. Por aquellos años, Barcelona no contaba con ninguna que fuera digna de ese nombre.

Para poder celebrar unas olimpiadas, que era el empeño que en ese momento ilusionaba a la ciudad, y a Cataluña y (que me perdonen por recobrar este dato disonante) a España entera, era necesario construirlas, en especial en la franja litoral, junto a los espacios olímpicos. Pero ni Barcelona ni Cataluña tenían dinero para abarcar tanto, y fue el estado español el que lo puso. Y a algunos que a la sazón trabajábamos para él nos tocó ocuparnos de esa multimillonaria inversión destinada a aplastar, ultrajar y menoscabar a Cataluña, que como esos doctos historiadores señalan, es misión principal de España.

Perdóneseme, de verdad, que al recuperar esos recuerdos sienta algo muy distinto de este relato debidamente oficializado y subvencionado. Que me vengan a la cabeza las imágenes de todas aquellas horas de trabajo para tratar de sacar adelante una obra endiablada y costosa, que conviviera con la ciudad, con el puerto y con la montaña de Montjuïc sin estorbar y sin que resultara perjudicada la fluidez que se pretendía aportar al tráfico.

No diré que aquello nos quedara impecable, no hay más que ver los atascos que 20 años después se producen en cuanto hay un accidente, pero era poco el margen del que disponíamos (cada metro de ancho eran millones y millones en expropiaciones y obras de acondicionamiento y pavimentación). Mucho peor sería la cosa si no se dispusiera de lo que entonces se hizo.

Por cierto, que no soy historiador, pero más de una tarde, mirando la silueta de Montjuïc, me acordé de algo que leí por entonces: los cientos y cientos de inmigrantes andaluces, extremeños o castellanos que en otros tiempos vivieron allí, en barracas y cuevas abiertas en la montaña. Españoles que se dedicaban, como los historiadores oficiales del tricentenario se encargarán de recordar puntualmente, a oprimir y humillar a Cataluña trabajando jornadas infinitas por jornales de miseria, levantando esos edificios tan bonitos del Eixample o haciendo funcionar la industria textil, acaso en la cercana fábrica de La Seda.

Me quedé por allí hasta el mismo 92, y eso me dio la oportunidad de ver actuar a otros muchos opresores españoles. Como los miles de policías y guardias civiles que echaron más horas que la estatua de Colón, y ninguna retribuida, para garantizar la seguridad de los que en esos días visitaban la ciudad, y que lograron que los juegos transcurrieran sin el más mínimo percance. Aunque por aquel entonces todavía operaba ETA, con el apoyo de algunos catalanes que debían de haber olvidado lo que pasó con algunos paisanos suyos en un Hipercor. En fin, qué puñetera es la memoria.

viernes, 31 de mayo de 2013

Nuestros amigos los elegidos...



Fuente: http://contraboicotaisrael.blogspot.com.es/2011/03/por-la-paz-contra-el-boicot-israel.HTML

Por la Paz, contra el boicot a Israel
Los abajo firmantes, ciudadanos vascos, catalanes y gallegos, que defendemos el derecho de autodeterminación de nuestros respectivos pueblos, mediante este escrito, queremos mostrar nuestra oposición a la campaña que bajo el nombre BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), promueve acciones  de todo tipo contra  productos, actos o profesionales de proveniencia israelí en ámbitos económicos, académicos culturales o deportivos. [...]
 
... Israel, a pesar de los defectos que se le puedan reprochar, ha sido una referencia para los pueblos que aspiran a su soberanía, especialmente así ha sido en el caso catalán...
 Como ciudadanos que aspiramos a la soberanía de nuestras respectivas naciones no podemos admitir el racismo antijudío que subyace en estas campañas de boicot, ...[...]

Promotores del Manifiesto:
...
Jon Inarritu, jurista - Xabier Kintana Membro da Real Academia de la Lengua vasca Jurgi Kintana, historiador - Miguel Itoiz, ingeniero - Iñaki Akerreta, periodista - Filipe Duluc, lingüista. Ex-presidente del PNV de Iparralde, actualmente en EA. - Iñaki Anasagasti, senador PNV - Toni Florido, Presidente de ACAI - Mila Miró, Secretaria de ACAI - Ignasi Carnicer, ex-diputado de PSC - Jordi Argelaguet, director do CEO - Jaume Renyer, profesor URV - Alfons López Tena, diputado de Solidaritat - Jaume Nogueroles, vocal de ACAI - Pilar Rahola, periodista - Josep-Lluis Carod-Rovira, politico y escritor - Joan B.Cullá i Clará, historiador - Xoán Bernárdez Vilar, escritor y miembro de la Real Academia Galega - Carlos Penela. escritor - Natalia Costas Alonso, abogada y membro de la Executiva Comarcal de Compromiso por Galicia en Vigo - Miguel Barros, ex diputado PSG y escritor - Manuel Feáns. Profesor. Ex concejal del BNG - Paco Lores Santacecilia, sindicalista - CIG - Cesar Pazos, técnico de marketing. Miembro del Padroado da Fundación Enclave -  Santiago Jaureguizar, periodista y escritor - Henrique Monteagudo, sociolingüísta, profesor en la USC y miembro de la RAG - Pedro Gómez-Valadés, Presidente AGAI
 
 
 

jueves, 22 de noviembre de 2012

Manifiesto de Demócratas Españoles por el Derecho a Decidir

Con ocasión del reciente lanzamiento del proceso soberanista por parte del Presidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas, se ha iniciado un interesante debate político sobre la existencia o conveniencia de un Derecho a Decidir, aún insuficientemente perfilado, pero inequívocamente orientado al ejercicio de la autodeterminación nacional.

Desde las instancias oficiales españolas se ha respondido fundamentalmente con argumentos de naturaleza jurídica, recordando que ni el derecho nacional ni el internacional proporcionan una base legal para el ejercicio de la autodeterminación nacional (salvo en el marco del proceso de descolonización, en el que, efectivamente, Cataluña no se inscribe). También se ha respondido que la independencia unilateral de Cataluña supondría su autoexclusión legal la Unión Europea, a la que actualmente pertenece por vía del Tratado de Adhesión de España.

Desde el realismo político, debe reconocerse la validez de estos argumentos, sin que quepa fingir su desconocimiento, ni apelar a supuestas dudas razonables, que no existen. Pero en una sociedad democrática, en la que un segmento significativo de la población alberga una aspiración política legítima, no basta con esgrimir argumentos jurídicos. El Parlamento tiene la facultad de cambiar las leyes, al menos las nacionales, por lo que es obligado oponer argumentos políticos de igual o superior valor. Cuando esa aspiración tiene, además, una fundamentación democrática—y este es el caso, ya que se concreta en una consulta a la ciudadanía por vía de sufragio universal—sólo cabe oponer argumentos de igual o superior valor democrático. Si no se hace, se empobrece la calidad de la democracia, y se genera desafección ciudadana.

Uno de los pocos argumentos democráticos apuntados en contra de la iniciativa de Artur Mas es que el conjunto de la ciudadanía española también tiene interés en esta cuestión—ya que su comunidad nacional puede quedar alterada—por lo que, de celebrarse un referéndum, se dice, debería celebrarse en toda España. No es un argumento despreciable porque defiende intereses que son legítimos, pero, en la práctica, supondría negar toda opción real a la ciudadanía catalana. Hay, por tanto, dos intereses legítimos pero incompatibles, y eso obliga a elegir.

Cuando se contrastan ambos intereses, lo primero que resalta es su asimetría. Por un lado está el interés en decidir quién pertenece a la comunidad política; por otro, está el interés de decidir a qué comunidad política pertenece uno. No hay duda de que este segundo interés es más íntimo y fundamental, por lo que, siguiendo una razón democrática, debería prevalecer. No parece haber duda de que es la opción menos injusta.

Sin embargo, el proceso soberanista planteado por el Presidente Mas muestra otra asimetría fundamental, y es la falta de reciprocidad, característica de los derechos democráticos. Si un ciudadano tiene libertad de expresión, debe reconocer a los demás la misma libertad. Si un partido político accede al poder por vía de unas elecciones convocadas por el rival, deberá, al término de su mandato, convocar unas elecciones que den a su rival la misma oportunidad. Cuando esa reciprocidad se niega, se quiebra el pacto básico que subyace a la democracia. Así ocurrió, por ejemplo, en las elecciones generales de Argelia de 1991, en las que la oposición islamista anunció que, de ganar las elecciones, acabaría con los procesos electorales, ya que la democracia era, a su entender, ‘blasfema’. Fueron muchos los demócratas que, con buen criterio, señalaron que, en esas condiciones, no debía reconocerse el triunfo electoral islamista.

El proceso soberanista catalán, planteado en los términos del Presidente Mas, adolece de falta de reciprocidad, porque, de perder el referéndum, nada le impedirá convocar otro (y otro, y otro, como ha ocurrido en Quebec). Y de ganarlo, obtendría la independencia definitiva de Cataluña, sin que una reversión posterior del sentimiento nacional tenga canales establecidos para una reintegración en España. Y a esta falta de reciprocidad se suma otra: el no reconocimiento a los municipios catalanes de la libertad de seguir formando parte de España si esa es la voluntad democrática mayoritaria expresada en el referéndum. Así pues, se exige de una entidad política mayor (el Estado) el derecho a decidir la secesión, y se niega ese mismo derecho a las entidades políticas menores (los municipios).

De estas consideraciones se infiere la necesidad de definir un modelo general de autodeterminación que sea verdaderamente democrático, en el sentido de que reconozca equilibradamente los derechos democráticos de todas las partes implicadas. La clave estaría un configurar un referéndum de doble nivel, que permitiese no sólo la autodeterminación respecto al Estado, sino también respecto de la entidad que estaría ejerciendo la autodeterminación. En el caso de Cataluña, se resumiría en dos reglas sencillas:

1. Si en el referéndum celebrado en Cataluña hay una mayoría en favor de la secesión, se formará un Estado independiente catalán.

2. Aquellos municipios donde haya una mayoría contraria a la secesión permanecerán integrados en España.

El proceso podría reproducirse a nivel de municipio, aunque sería en una fase posterior, y es posible no tuviera la suficiente demanda.

La crítica previsible a este sistema es que dejaría como resultado un territorio balcanizado y políticamente inviable. A eso cabe responder que no se produciría ese resultado si el cuerpo electoral consultado expresara una voluntad prácticamente unánime (de más de un 90%, por ejemplo), como cabría esperar de una población maltratada, o muy diferenciada culturalmente. Sólo si la voluntad de la población está dividida se producirá esa división territorial, y está bien que así sea, porque será entonces un reflejo democrático de la realidad.

Lo más probable es que un resultado semejante forzase, por su inviabilidad práctica, la negociación de una fórmula de compromiso que integrase los intereses esenciales de las partes, y en función de su respectivo peso. El resultado sería una solución democrática.

Con estos elementos podría definirse, en suma, un Derecho a Decidir que fuera verdaderamente democrático. El proceso lanzado por el Presidente Mas no reúne los requisitos para merecer este calificativo, ya que niega a las demás entidades implicadas (Estado y municipios) el derecho que reclama para sí. Lo que Mas exige es, en realidad, un Privilegio de Decidir, y los privilegios tienen difícil encaje en las sociedades democráticas.

Es de prever que desde posiciones nacionalistas se rechace este modelo de autodeterminación democrática invocando la esencia indisoluble de la nación catalana, mientras se seguirá negando toda esencialidad a España y a los municipios. Pero el modelo aquí propuesto se ha construido únicamente a partir de principios democráticos, haciendo abstracción de las categorías políticas de Estado, nación, y soberanía, plasmados en los textos legales. Si se ha prescindido de estas categorías cuando están jurídicamente objetivadas, con tanta mayor razón habrá de prescindirse de ellas cuando son sólo conceptualizaciones subjetivas.

Esta es, al menos, la posición que cabe esperar de un demócrata coherente. Confiamos en que en Cataluña haya multitud de ciudadanos con una sincera voluntad democrática, por lo que les animamos a que aborden la definición de su identidad desde esta coherencia democrática.

martes, 13 de noviembre de 2012

¿Dónde está la izquierda en Cataluña?

Fuente: Lidia Falcón en Público.es

Cuando en 1963 el responsable de la célula del PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya) en que yo militaba nos ordenó manifestarnos en la Plaza de Catalunya de Barcelona el 11 de septiembre, en homenaje al Conseller Casanovas, a pesar de mi corta edad supe que aquella era una estrategia equivocada. ¿Por qué teníamos los comunistas que arriesgarnos a la detención, la tortura y la prisión –como nos sucedió a tantos– por homenajear a un representante de la más rancia aristocracia que únicamente pretendía mantener su viejo poder en el nuevo Estado moderno que se advenía? ¿Qué significado tenía defender los privilegios y los bienes de un boyardo como el Casanovas, que ni siquiera había muerto en la supuesta heroica defensa de la ciudad? ¿Qué interés tenía para los ideales de socialismo e igualdad de los trabajadores los planes económicos y sociales de la aristocracia catalana de 1714 que se aliaba con el más reaccionario de los pretendientes de la corona española?

Tales preguntas no merecieron respuesta por parte de mis responsables partidarios y sí la fulminante admonición de que las directrices del partido no se discutían. De aquellos polvos vienen estos lodos. Preso el PSUC de la presión de los nacionalistas, que entonces eran un puñado de burgueses que conspiraban en Bruselas para que las condiciones de entrada en el Mercado Común les fueran favorables y a los que Carrillo y López Raimundo adulaban en la forma más servil, los militantes de base comunistas fuimos apaleados, detenidos, juzgados y encarcelados cada año por participar en aquella minúscula manifestación de la Diada de Catalunya, que tenía más policías que manifestantes y en la que jamás vi ni a Jordi Pujol ni a Heribert Barrera ni a ninguno de los que se muestran ahora tan agresivamente separatistas.

Cuando los siglos pasen y los historiadores investiguen y recopilen los desdichados acontecimientos de más de medio siglo de historia española se asombrarán de cómo la izquierda se ha suicidado en España y especialmente en Catalunya. Aquel PSUC que recogió, él solo, 500.000 votos en 1977, hoy no existe y en su lugar veo cómo balbucea patéticamente en televisión un representante de Iniciativa per Catalunya –no puede haber nombre más ambiguo– pidiendo el derecho a decidir.

¿A decidir quién? ¿La burguesía catalana que desde 1939 –cuando acudió precipitadamente a Burgos para obtener alguna de las ventajas económicas que se estaban llevando los latifundistas andaluces y los industriales vascos que habían llegado primero– ha sido una aliada del capital español y europeo? ¿Los arribistas de toda laya que en contubernio con las antiguas familias de la oligarquía española y con el apoyo de los jerarcas franquistas se hicieron con los principales negocios del textil, de la construcción, de la pequeña metalurgia, de la química, de la farmacéutica, al terminar la Guerra Civil? Ya sabemos que Cambó, cuando después de su aparente firmeza defendiendo la independencia de Catalunya comenzó a echar cuentas de la pérdida de exportaciones al resto de España –cuestión esta que también debería explicarse– publicó un cobarde panfleto titulado Per la Concordia, y así enseguida que ganó la guerra Franco, la burguesía catalana se echó en sus brazos.

El engaño con que Artur Mas y compañía, los Pujol, los Millet, los Montull, los Maragall, los Serra, los Roca, –aquí también tenemos apellidos ligados al PSC– están arrastrando a los trabajadores en Catalunya a manifestarse en reclamación de una independencia que únicamente a ellos puede reportarles beneficios –y eso está todavía por ver– es tan patético que, en mi desánimo rayano en la desesperación, me pregunto: ¿Dónde está la izquierda en Catalunya? Sigue, cincuenta años más tarde, manifestándose el 11 de septiembre ante la estatua del boyardo Casanovas, héroe de la patria, y marcando el paso que le ordena la burguesía catalana.

Porque nadie –excepto, en estas páginas, Vincenç Navarro– ha explicado lo que supone la reclamación de la independencia para los trabajadores y las clases que no son poseedoras de los medios de producción, y por ello no voy a repetir las cifras de la explotación de los obreros y de los beneficios de los burgueses; pero sí añadiré un dato. No solamente en este momento Catalunya tiene una deuda pública de casi 50.000 millones de euros, la más alta de todas las autonomías, producto de los despilfarros, estafas, apropiaciones indebidas y necedades que han cometido todos los políticos que han gobernado el país desde hace 36 años –véase, para empezar, Banca Catalana, Casinos de Catalunya, Escuelas de Formación Profesional, Juegos Olímpicos, Fórum de las Culturas, Palau de la Música– y que han llenado los bolsillos de los implicados y nutrido al principal partido CIU, sino que en caso de independizarse debería hacerse cargo de su parte proporcional de la del Estado español, que dada la riqueza del país es del 18%. Cuestión esta que muy cuidadosamente ocultan los Mas, Pujol y compañía, y que en este momento asciende a la astronómica cifra de 150.000 millones de euros.

De tal modo, si hoy Catalunya se hiciera secesión de España, tendría sobre sí la losa de 200.000 millones de euros de deuda pública que debería devolver esquilmando los bolsillos de sus trabajadores. (No pensará nadie que el Sr. Mas, que lo primero que ha hecho ha sido eliminar el impuesto de sucesiones y que antes que subir las cargas tributarias a los ricos ha eliminado ambulatorios y escuelas, iba a pagar de su bolsillo y de los de sus socios semejante deuda)

Pero como dice tan cínica e ingeniosamente Jonathan Swift, dada la natural tendencia de los pueblos a dejarse engañar por sus gobernantes, muchos obreros, estudiantes, mujeres, jubilados, funcionarios, sin bienes y sin trabajo, están uniéndose a las proclamas populistas de los dirigentes de CiU y de ERC, que les aseguran que la independencia de Catalunya les otorgará un futuro preñado de bienestar y de riqueza. Porque ya se sabe que cuando Madrid devuelva todo lo que le roba a Catalunya –y lo tendrá que hacer con los impuestos de los murcianos, los castellanos manchegos, los andaluces, los extremeños, cuya renta per cápita no llega al 75% de la de los catalanes, porque nadie imaginará ni a Mariano Rajoy ni a Emilio Botín pagando de su bolsillo la deuda catalana– lo repartirá entre los trabajadores, que ya se sabe que ésta es la conducta histórica de los burgueses: repartir su dinero entre los pobres.

Vicenç Navarro ya nos ha ilustrado en este periódico sobre las cifras de inversión pública en Catalunya, que son más bajas que la media española, enseñándonos con ellas la mezquindad, tacañería y habitual extracción de plusvalía de las clases burguesas en esa comunidad. Es por tanto lamentable que la izquierda en Catalunya no solo no lea la información de Navarro, sino que, un poco instruida en las relaciones del capital y el trabajo que ya hace más de siglo y medio descubrió Carlos Marx, no denuncie rotundamente esta maniobra de los oligarcas, burgueses, boyardos, corruptos y aliados de los políticos españoles, que únicamente quieren seguir acumulando capital, ya sin detraer de sus beneficios ni la mísera cuota que va a parar a los campesinos manchegos y andaluces.

Resulta lamentable que la izquierda catalana –si es que existe– ignore estos datos, y aún más triste es comprobar los argumentos mezquinos con que los representantes de quienes se llamaron comunistas alientan en los trabajadores catalanes, cada día más pobres –tres millones y medio de ellos no han nacido ni ellos ni sus padres en Catalunya y no tienen el catalán como lengua materna, y para más de medio millón ni siquiera lo es el castellano– la insolidaridad y la tacañería con los trabajadores de los demás países de España, cada día más miserables. “Todo para nosotros”, gritan, “si no pagamos las cuotas que nos exige el Estado español tendremos más para quedarnos en casa nostra”. Y con qué habilidad han hecho desaparecer de la información los escandalosos beneficios y sueldos y bonos y jubilaciones de los directivos de Caixa Catalunya –dirigida muchos años por los Narcís Serra de rancia estirpe– de los de la Caixa, del Banco de Sabadell, de Autopistas, y el robo descarado del Palau de la Música, cuyo principal responsable, Lluís Millet sigue paseándose por Barcelona en compañía de Montull y de sus cómplices, que obtuvo la impunidad pagando las cuotas previstas a CiU, partido que le amparaba.

¿Y qué se hizo de la petición de responsabilidades acerca de la gravísima acusación que lanzó nada menos que Pascual Maragall, secretario general del PSC, y entonces nada menos que president de la Generalitat, a Artur Mas, jefe de la oposición, secretario general de CiU, nada menos que en sesión plenaria del Parlament de Catalunya, retransmitida en directo por la televisión y la prensa de todos los países, de que el gobierno de CiU había cobrado el 3% de comisiones de todas las obras, eventos y concesiones que permitió en Catalunya; acusación a la que Mas se limitó a replicar que a partir de aquel momento ya no era amigo de Maragall? ¿Dónde está la responsabilidad de la izquierda catalana que se ha resignado pacíficamente a dejar enterrar en el olvido la corrupción de los más destacados líderes de la derecha que están esquilmando el país, mientras todas sus reclamaciones se dirigen contra los políticos del resto de España para que éstos estrangulen un poco más a sus ciudadanos a fin de pagarle a la burguesía catalana la deuda fiscal?

Ya no se trata de luchar contra la explotación de clase, de razas y de sexo, por parte de las clases poseedoras. Obreros, emigrantes, mujeres maltratadas, madres sin pensión alimenticia, trabajadoras subempleadas, estudiantes, funcionarios sin trabajo, sin vivienda, sin opciones de futuro, mientras las cincuenta familias burguesas siguen embolsándose los beneficios de la explotación de su pueblo, están llamados a manifestar ardientemente su patriotismo, que como decía sabiamente Samuel Johnson, es el último refugio de los canallas.

En 1994 publiqué Trabajadores del mundo, ¡rendíos! (Ed. Akal, Madrid) donde premonitoriamente exponía la estrategia del capital para desunir y derrotar a la clase obrera que amenazaba su poderío. Pues bien, ya lo ha conseguido. En vez de la Federación de Trabajadores, en vez de la Unión del Movimiento Feminista, en toda la Península Ibérica, contra el capital, vamos a apoyar a los Mas y Pujol y Maragall, enarbolando la estelada. Como hicieron en 1914 los trabajadores franceses y alemanes acudiendo como zombis al llamamiento de las burguesías europeas para que se mataran entre ellos en beneficio de aquellas. Hoy no se armarán las metralletas, pero sí se están enconando los odios y las iras, las miserias y las ignorancias de los ciudadanos catalanes y del resto de España para ocultar la depredación cada vez mayor a que las oligarquías del país nos están sometiendo. Y esta repetición, siglo tras siglo, de las mismas estrategias para engañar, dominar y esclavizar a los trabajadores, es muy triste.

No olvidemos que para el Sr. Artur Mas, Catalunya puede ser un Estado con la misma monarquía borbónica que nos invadió en 1714 y que mantuvo Franco a su vera. Y desde la izquierda no se oye reclamación alguna de la República, aunque el PSC, siguiendo su ambigua y atemorizada trayectoria centenaria, al igual hoy que ICV, se pronuncia por la federación sin que nadie explique cómo se puede arbitrar una monarquía federal.

Y ni siquiera le han explicado a los millones de trabajadores que quieren engañar que si Catalunya se declara independiente por su cuenta no entraría en la Unión Europea y, en consecuencia, no solamente no obtendría beneficio alguno de la separación sino que se encontraría en más precaria situación que la actual.
La foto no aparecía junto al artículo original, es aportación de Nonius451.
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