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lunes, 30 de julio de 2012

Un alto representante de la ONU pide juzgar a las oligarquías financieras



“Vivimos en un orden mundial criminal y caníbal”

“Los dirigentes españoles deben hacer lo mismo que ha hecho Rafael Correa en Ecuador, es decir, negarse a pagar la deuda, porque es odiosa e ilegítima. Esto es, se ha creado, en gran parte, por la delincuencia financiera”.


¿Qué pensaría usted de alguien que pide un juicio de Nuremberg contra las oligarquías financieras que en el mundo deciden “quién va a morir de hambre y quien no”? ¿Quizás que se trata de un indignado? ¿un peligroso izquierdista? ¿un juez seguidor de Garzón? No, se trata de Jean Ziegler, vicepresidente del Consejo consultivo de Derechos Humanos de la ONU.

Profesor emérito de la universidad de Ginebra, sabe de lo que habla cuando acusa a las grandes oligarquías financieras de condenar a una quinta parte de la humanidad a la “infraalimentación”. Su pasado como exrelator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación le ha brindado suficiente bagaje para escribir varios libros con ese hilo conductor, el último presentado recientemente en España (Destrucción Masiva. Geopolítica del hambre).

Aboga por una revolución de la sociedad civil para “ocupar masivamente los bancos, nacionalizarlos y confiscar las arrogantes riquezas robadas por los especuladores financieros”, cuyos capitales han migrado a los mercados de materias primas (sobre todo la agroalimentación) y han disparado el precio de los alimentos básicos.

En esta línea propone la regeneración de la ONU, “eliminando el poder de veto de las naciones integrantes del Consejo de Seguridad, limpiándola de “golpistas” y eliminando las prebendas del FMI y el BM”.

Y su propuesta para España es sencilla: “Los dirigentes españoles deben hacer lo mismo que ha hecho Rafael Correa en Ecuador, es decir, negarse a pagar la deuda, cuya amortización ya es altísima, porque es odiosa e ilegítima. Esto es, se ha creado, en gran parte, por la delincuencia financiera y la corrupción política, sin materializarse en inversiones reales”.

Ziegler comparte grandes puntos de encuentro con el programa que UCE venimos defendiendo desde 2009: seguir la estela de los países emergentes para romper los lazos de extorsión y rapiña de EEUU y Alemania, moratoria y auditoría popular de la deuda, redistribución la riqueza hacia inversiones productivas y aumentar el poder de decisión real de la gran mayoría de la población… Ziegler demuestra, a contracorriente, que tal política tiene aliados hasta en las entrañas del imperio. Nada que ver con las encendidas soflamas anti-financieros del francés Hollande para ganar votos. Con los votos en el bolsillo estrenó el cargo de presidente pidiendo aplicar ya el dogal del rescate sobre España.

viernes, 27 de julio de 2012

de cómo la Reserva Federal de USA y los bancos manejan el mundo


Para comprender el inmenso fraude que significa la actuación del BCE, es necesario conocer cuál es el funcionamiento de la Reserva Federal estadounidense.

Para salir de la crisis será imprescindible acabar con la "independencia" del BCE respecto de los Estados, o sea respecto de los ciudadanos. Esa "independencia" es en realidad dependencia de los grandes bancos mundiales. Es decir, el BCE actúa como una Fed encubierta.



Fuente: Rebelión. Gracias Antonio por la reseña.

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Aclaremos algo desde el inicio. La Reserva Federal de USA, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y el Banco Central Europeo (de los 12 países europeos que adoptaron la moneda común europea en 1999) son instituciones con un poder enorme, mucho más allá de lo que puede imaginar la gente en algún sitio del mundo. Estos bancos centrales, los más dominantes de todos, así como la mayoría de los demás, tienen una poderosa influencia en las condiciones financieras en casi todos los países, incluyendo, desde luego, los suyos, en un mundo financiero con cada vez menos fronteras, en el que un evento económico importante en una nación puede afectar, para bien o para mal, a la mayoría.

Otro poderoso banco forma también parte del mundo financiero actual. Hay que mencionarlo por su importancia, aunque requiere un artículo separado para explicar de modo más completo cómo trabaja. En el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), hermético, inviolable y sin responsabilidad ante nadie, fundado en 1930 y basado en Basilea, Suiza. Este banco, del que la mayor parte de la gente jamás ha oído hablar, es el banco central para sus bancos centrales miembros – una especie de “mandamás de mandamases” bancario, equivalente a lo que al parecer existe en el mundo enigmático de los Dones de la Mafia. Como la mayoría de las demás bancos centrales, incluyendo a la Reserva Federal (explicado más adelante), es de propiedad privada de sus miembros.

Algunos académicos y otros que han estudiado el BIS creen que la elite dominante del capitalismo financiero estableció este banco de bancos para que esté en la cima del poder a fin de que ejerza su autoridad sobre un sistema financiero mundial poseído y controlado por ella. Se piensa que su plan era utilizar este banco para dominar el sistema político de todos los países y controlar la economía del mundo de un modo feudal. En una palabra, la idea es que esa súper-elite quiere regir el mundo controlando su dinero, y que estableció ese todopoderoso banco de bancos supranacional para que así lo hiciera.

(…)

Los bancos centrales dominantes y el BIS, junto con la mayoría de los otros, ejercen su influencia en una alianza mutua de tipo cartel para asegurar que todos se beneficien más de lo que harían si no fuera por ese confortable arreglo. Con su inmenso poder no es jugar con palabras si uno dice que esas instituciones financieras ciertamente gobiernan el mundo. Porque pueden crear dinero, financian las necesidades de sus gobiernos, sus fuerzas armadas y todas las actividades empresariales, que no podrían funcionar sin un suministro expeditivo de esa mercancía, la más necesaria de todas.

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La Fed, como lo llaman, ha existido desde que fue establecido originalmente por una ley del Congreso en 1913. Pero el Banco de Inglaterra ha existido desde que Bretaña controlaba los mares, desde 1694, cuando el Rey William III necesitó ayuda para financiar el tipo de aventura que requiere mucho dinero disponible – la guerra. En aquel entonces fue contra Francia, y el rey necesitaba un banco amigo que lo imprimiera para su uso, para ayudarle a combatir. También necesitaba ayuda financiera para facilitar el comercio y administrar la deuda del país que siempre aumenta cuando se libran guerras. El Banco de Inglaterra no fue el primer banco central, pero fue el primer banco central de propiedad privada del mundo moderno en un país poderoso. Se llamó el Banco de Inglaterra para impedir que el público supiera que, igual que nuestra Reserva Federal, era y sigue siendo de propiedad privada y no parte del gobierno. También fue el modelo utilizado en la formación de nuestro propio banco central y de la mayoría de los otros.

Los británicos podrán haber tenido una ventaja de 219 años sobre la Fed, pero los banqueros centrales sólo son tan poderosos como los países que representan y sus economías. En la actualidad los otrora dominantes británicos tienen que aceptar el papel menor de ser sólo uno de muchos socios inferiores de una hegemónica USA que emergió después de la Segunda Guerra Mundial como el poder económico dominante del mundo. Siguen siéndolo hoy en día, aunque algunos expertos fiables creen que este país puede haber llegado a la cumbre y se halla en decadencia. Algunos van más lejos y afirman que nuestra decadencia ha sido acelerada por la desastrosa política del gobierno Bush que cree irracionalmente que librar la guerra sin fin contra el mundo es la manera de gobernarlo, de impulsar un crecimiento económico y una dominación sin fin, y de preservar así la posición preeminente de la nación como el campeón económico reinante.

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Todo comenzó en 1910 en la isla Jekyll

Suena como el título de una película de horror, pero los eventos de la vida real que ocurrieron en 1910 en esta isla de propiedad privada a poca distancia de la costa de Georgia habría sido un reto hasta para la imaginación de la fábrica de pesadillas de Hollywood.

En la isla Jekyll se reunieron en secreto durante nueve días siete hombres muy acaudalados y poderosos y crearon el Sistema de la Reserva Federal que nació tres años más tarde, el 23 de diciembre de 1913 mediante una ley del Congreso. Desde entonces, la nación y el mundo nunca volvieron a ser lo mismo, sólo se beneficiaron los ricos y poderosos. De eso se trataba, y funcionó tal como lo planificaron.

La Ley de la Reserva Federal que le dio origen es seguramente una de las obras legislativas más desastrosas para el bien público que jamás haya sido producida por un organismo legislador. También puede haber sido y sigue siendo ilegal según el Artículo 1, Sección 8, de la Constitución que casualmente es la ley inviolable del país. El artículo indica que el Congreso tendrá el poder de acuñar (crear) dinero y de regular su valor. En 1935, la Corte Suprema de USA determinó que el Congreso no puede delegar constitucionalmente su poder a otro grupo u organismo. El Congreso actuó, por lo tanto, en violación de la misma Constitución que juró preservar y al hacerlo creó el Sistema de Reserva Federal que, como explicaremos más adelante, es una corporación privada con fines de beneficio que opera a costa del bien público. Mediante su acción, nuestros legisladores cometieron fraude contra el pueblo del país y hasta ahora se han salido con la suya sin que el público ni siquiera conozca el daño que se ha infligido.

El vergonzoso resultado es que lo que jamás debería haber llegado a ver la luz es ahora la institución más dominante del mundo, y todo debido a lo que comenzó en una isla de propiedad privada de nombre espeluznante. Pero, si el Congreso hubiese actuado responsablemente, la ley de creación de la Fed jamás habría sido promulgada. La legislación que la estableció fue tan dañina para el interés público, que probablemente jamás habría sido aprobada si no hubiera sido encauzada mediante una reunión del Comité Parlamentario de Conferencia organizada en plena noche entre las 1.30 y las 4.30 AM (mientras dormía la mayoría de los miembros del Congreso) el 22 de diciembre de 1913. La Ley fue votada al día siguiente y aprobada a pesar de que muchos miembros del organismo habían partido para sus vacaciones de Navidad y la mayoría de los que se quedaron no habían tenido el tiempo necesario para leerla o conocer su contenido. ¿Suena familiar? Pero la aprobaron (como un ladrón en la noche) y fue convertida en ley por un Woodrow Wilson inconsciente o cómplice, que admitió posteriormente que había cometido un terrible error, diciendo “Arruiné inconscientemente a mi país.” Pero era demasiado tarde para autopsias, y el pueblo estadounidense lo ha pagado caro desde entonces. Es hora de que el público lo comprenda y comience a exigir que se termine con más de 90 años de daño.

Eso casi ocurrió hace 43 años cuando un presidente decidió actuar a favor de la gente que lo eligió. Ese hombre fue John Kennedy, quien planificó antes de su muerte el fin del Sistema de Reserva Federal para eliminar la deuda nacional que un banco central crea al imprimir dinero y prestárselo al gobierno. Esa deuda ha aumentado ahora a más de 8.400.000.000.000 dólares que tienen que ser pagados por todos los contribuyentes, quienes lo han hecho por una suma que asciende a casi 174.000.000.000 de dólares sólo en los tres primeros meses de 2006. Este servicio de la deuda es ahora un monto anualizado que excede dos tercios de un billón de dólares. Ha enriquecido a los banqueros (de eso se trataba) y ha empobrecido al público, porque nos cobran impuestos para pagar la cuenta. No es exagerado decir que se trata del mayor fraude financiero en la historia del mundo que aumenta con cada día que pasa.

La deuda era menos onerosa hace 40 años, pero Kennedy comprendió el peligro que representaba para el país y la carga que imponía al público. Por lo tanto, el 4 de junio de 1963, dictó la orden presidencial EO 11110 dando autoridad al presidente para emitir moneda. Luego ordenó al Tesoro de USA que imprimiera 4.000 millones de dólares en “Billetes de USA” para reemplazar los de la Reserva Federal. Su intención era de reemplazarlos todos cuando hubiera suficiente cantidad de la nueva moneda en circulación para poder terminar con el Sistema de la Reserva Federal y el control que daba a los banqueros internacionales sobre el gobierno de USA y el público. Sólo meses después de la entrada en vigencia del plan Kennedy, fue asesinado en Dallas en lo que seguramente fue un golpe de estado disfrazado para que pareciera otra cosa y que puede haber sido realizado, por lo menos en parte, para salvar el Sistema de la Fed y la concentración de poder que creó, tan beneficioso para los poderosos banqueros del país. Los que se beneficiaban tenían buenos motivos para involucrarse en la conspiración para proteger el privilegio especial al que no estaban dispuestos a renunciar sin lucha. Es una explicación plausible que podría explicar quién puede haber estado tras el asesinato y por qué motivo. Sea cual sea la verdad, el cartel bancario sólo se vio afligido por poco tiempo. Una vez que Lyndon Johnson se hizo cargo, rescindió la orden presidencial de Kennedy y restauró el antiguo poder del cartel. Lo ha mantenido desde entonces y ahora, por cierto, es más poderoso que nunca. Ni siquiera los presidentes son capaces de detenerlo y los que quisieran tratar de hacerlo, tienen una lección que les da la historia para que reflexionen.

Los predecesores de los posibles conspiradores del golpe contra Kennedy fueron los hombres que se reunieron en la isla Jekyll en 1910. Representaban a algunos de los hombres más poderosos del mundo – los Morgan, Rockefeller, Rothschild de Europa (que dominaron toda la banca europea a mediados del Siglo XIX y que todavía podrían ser la familia más rica y poderosa de todas) y otros de gran influencia y poder. Estaba también un senador de USA, un alto funcionario del Tesoro, el presidente del mayor banco del país en la época, un destacado personaje de Wall Street y el hombre que más tarde llegaría a ser el primer presidente del Sistema de la Reserva Federal. Fue una colección extraordinaria y fueron para lograr una sola cosa. Querían cambiar la ideología y el curso de los negocios estadounidenses, que hasta entonces se basaban en la competencia en el mercado y reemplazarlos por el monopolio. También sabían lo que quiso decir el barón M.A. Rothschild cuando dijo: “Denme el control sobre la moneda de una nación y no me importa quién haga sus leyes.” Conocían también la sabiduría de lo que dice en Proverbios 22:7: ““El rico se enseñorea de los pobres; y el que toma prestado es siervo del que presta”.

(…)

El Sistema de Reserva Federal no es una agencia gubernamental – es un cartel de propiedad privada de poderosos bancos protegido por la ley.

Se cree común, pero erróneamente, que el Sistema de Reserva Federal es una función gubernamental y sometida a su control. Es falso. A menudo se habla de un banco central descentralizado, casi-gubernamental, pero es sólo una cobertura para disfrazar lo que es en realidad: un cartel de propiedad y operación privada que es presentado como si el gobierno estuviera a cargo.

(…)

Cómo funciona el Sistema de la Reserva Federal.

El Sistema de la Reserva Federal resulta de que el Congreso y el Presidente aceptaron privatizar el sistema monetario de la nación y renunciar al poder que debería hacer seguido siendo el derecho exclusivo del gobierno. Esa ley fue tan escandalosa que la Fed tuvo que ser estructurada deliberadamente para que pareciera una delegación del gobierno federal a fin de ocultar que en realidad es un cartel bancario todopoderoso de propiedad privada cuyos bancos miembros (incluyendo todos los nacionales) comparten los vastos beneficios obtenidos de poseer la licencia más importante que debiera ser exclusiva de los gobiernos– el derecho a imprimir dinero en cualquier cantidad, controlar su suministro y precio, y beneficiarse inmensamente de prestarlo a cambio de un beneficio, incluyendo al propio gobierno que debe pagar intereses por el dinero, lo que nunca sería necesario si simplemente lo imprimiera. Pensemos en lo que ocurriría si el gobierno legalizara el derecho a falsificar la moneda nacional para beneficio privado. No es una exageración afirmar que es la mayor estafa financiera de todos los tiempos, que causa un daño incomprensible a un público que sigue sin enterarse. Funciona como sigue:

La Fed recibió la autoridad de dirigir la política monetaria de la nación con el poder de controlar el suministro y el precio de la moneda. Tiene tres maneras de hacerlo – mediante operaciones abiertas de mercado, la tasa de referencia que cobra a los bancos miembros, y el requerimiento del porcentaje de reserva de los activos de los bancos miembros que se les exige que mantengan en su poder y no sea prestado. El Consejo de Gobernadores tiene la responsabilidad del manejo de la tasa de referencia y de los requerimientos de reserva, mientras que el Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) está a cargo de las operaciones de mercado abierto de compra o venta de obligaciones que explicamos más adelante. Mediante el uso de estos instrumentos, la Fed puede influenciar el suministro y la demanda de dinero y así controla directamente la tasa a corto plazo de los fondos federales que es siempre fija a menos que la Fed desee elevarla o bajarla. Las tasas a mayor plazo son controladas por los poderosos negociantes institucionales en el mercado de obligaciones.

El FOMC y cómo funciona

El Comité Federal de Mercados Abiertos es realmente la clave de todo el proceso de creación o contracción de dinero. Consiste de 12 miembros – siete miembros del Consejo de Gobernadores de la Fed, el presidente del New York Fed Bank (el más importante de todos) y cuatro de los restantes 11 presidentes del Banco de la Reserva que sirven por turnos períodos de un año. El FOMC realiza ocho reuniones regularmente programadas por año para evaluar las condiciones económicas y decidir lo holgada o estricta que ha de ser la política monetaria para impulsar su objetivo declarado de un crecimiento económico sostenible y de estabilidad de los precios.

Literalmente, el FOMC tiene el poder de crear dinero de la nada. Lo hace mediante un proceso de cuatro etapas:

Primera etapa: El FOMC aprueba la compra de obligaciones del gobierno de USA en el mercado abierto.

Segunda etapa: El New York Fed Bank adquiere las obligaciones a los vendedores (los mercados financieros siempre tienen un número idéntico de compradores y vendedores).

Tercera etapa: La Fed paga por sus compras con créditos electrónicos a los bancos vendedores que, por su parte, acreditan las cuentas bancarias de los vendedores. Estos créditos son literalmente creados de la nada.

Cuarta etapa: Los bancos que reciben los créditos pueden entonces utilizarlos como reservas para posibilitar que presten hasta 10 veces su suma (si su requerimiento de reserva es de un 10%) mediante la magia (que sólo poseen los bancos) de la banca de reserva fraccional y, por cierto, cobran intereses por el total. ¡Qué negocio! y todo es legal. Imaginemos cuán ricos podríamos ser todos si pudiésemos hacer lo mismo como individuos privados. Pedimos prestado un millón a la Fed, como por arte de magia lo multiplicamos por 10, y cobramos intereses sobre el total, con la excepción de un 10% que debemos mantener en reserva. Es la magia de la creación de dinero de la reserva fraccional y explica cuán poderoso es el estímulo económico cuando la Fed quiere realzar el crecimiento económico.

Cuando la Fed desea contraer la economía reduciendo el suministro de dinero, simplemente invierte el proceso mencionado. En lugar de comprar obligaciones, las vende de manera que el dinero sale de las cuentas de los bancos compradores en lugar de ingresar en ellas. Entonces, los préstamos bancarios tienen que ser reducidos 10 veces si el requerimiento de reserva es de un 10%.

Cómo la Fed daña el interés público estadounidense

El sistema de la Reserva Federal existe sólo para servir a sus propietarios y a los bancos miembros y al hacerlo es hostil al interés público. Eso, porque es un cartel bancario con el poder de restringir la competencia por mayores beneficios obtenidos a nuestra costa. Sale de nuestros bolsillos, a los de ellos, y el público pierde de cuatro maneras:

Primera: A través del impuesto invisible de la inflación que resulta de la dilución del poder adquisitivo causado por el ingreso al sistema de dinero recién creado, lo que reduce el valor de los dólares que ya están presentes. La Fed de Greenspan fue especialmente expansiva, nunca fue responsabilizada por sus excesos y pudo legar el serio problema que creó a un futuro presidente de la Fed y a la sociedad, para que lo encararan. El hombre al que ahora ensalzamos como mago monetario comenzó de modo sensato. Desde 1982, antes de que llegara en 1987, hasta 1992, el suministro de dinero aumentó en un promedio de un 8% por año. Pero de 1992 a 2002, las imprentas trabajaron horas extra en sincronización con la desregulación y el crecimiento de los mercados globales, expandiendo la moneda en más de un 12% por año. Se hizo aún más extremo después del 11-S y desde 2002 creció a una tasa de un 15%. Ahora se ha más que duplicado en menos de una década. Parece que el nuevo presidente de la Fed tomó nota y ha comenzado a reducir el ritmo de expansión monetaria ya que sigue aumentando la tasa de los fondos federales a cualquier nivel que tenga en mente.

Los operadores cambiarios también parecen haber tomado nota del ritmo de la expansión general del suministro de dinero. Con la excepción de un descanso en 2005, es bastante probable que la debilidad del dólar desde 2002 sea el resultado del exceso creado por los gastos derrochadores del gobierno de Bush para financiar sus interminables guerras y sus insensatos recortes tributarios para los ricos. El problema se complica aún más ya que desde 1964 hasta la actualidad, el servicio de la deuda ha crecido de un 9 a un 16,5% del presupuesto federal, y sigue aumentando, y el actual déficit ha pasado de un superávit de un 1% a casi un 7% de déficit; el endeudamiento federal ha crecido en un 40% sólo desde 2001 y ha sido financiado en gran parte por “la gentileza de extranjeros” que podrían estar perdiendo los nervios. Además, desde marzo de 2006, la Fed dejó de publicar la suma M-3 del monto total de dólares en circulación. Sin esa transparencia, ahora los grandes compradores de obligaciones del Tesoro de USA tienen que calcular el valor del dólar basándose en la especulación y la inseguridad en lugar de datos seguros – no es algo que inspire confianza en los mercados financieros que funcionan mejor en una atmósfera de franqueza y claridad.


Segunda: El público también pierde porque el cartel bancario puede practicar la usura – por su poder sobre una moneda flexible para aumentar o bajar artificialmente las tasas a cualquier nivel que escoja lo que muchos pequeños prestamistas no pueden hacer en un mercado verdaderamente libre y abierto. Además, la dominación sobre el mercado por el cartel fuerza a la mayoría de los prestatarios (especialmente los más pequeños que están en menos condiciones de emitir sus propios instrumentos de deuda) a pedirle préstamos que luego puede hacer utilizando lo que debería ser el dinero de la gente, puesto a su disposición al coste más bajo posible por numerosos pequeños prestamistas fuertemente regulados por el gobierno, que competirían en busca de clientes.

Tercera: Mediante los impuestos, nosotros, el público, tenemos que pagar para cubrir los intereses de la inmensa deuda nacional (actualmente de más de 8,4 billones de dólares) acumulada del dinero imprimido por la Fed y prestado al gobierno. Como dijera anteriormente, totaliza ahora un monto anualizado que excede dos tercios de un billón de dólares y aumenta a diario. Ha enriquecido a los banqueros, empobrecido a la gente de a pie, y el público todavía no se entera de que está siendo esquilmado en grande.

Cuarta: Exacerbando el abuso mencionado, el cartel puede hacer que el público saque de apuros al sistema con más dólares del contribuyente. Esto sucede cada vez que alguno de los bancos demasiado grandes para que se permita que fracasen necesita ayuda financiera para sobrevivir. Lo mismo vale para grandes corporaciones como Chrysler o Lockheed, grandes firmas inversionistas o fondos hedge como Long-Term Capital Management o incluso países como México. También vale cuando cierra un solo banco y hay que compensar a los depositantes o, de modo más serio, después de una crisis financiera sistémica como la que acabó con muchos bancos de ahorros y préstamos en los años ochenta. Sea un solo banco o muchas docenas al mismo tiempo, los dólares tributarios del público son utilizados para salvar el sistema o sólo para pagar la cuenta a fin de rembolsar a depositantes asegurados contra pérdidas por el seguro de protección gubernamental hasta un cierto monto por cuenta.

El Sistema de Reserva Federal también daña al público de otra manera:

La Fed daña el bien público de otra manera importante, y de nuevo la mayoría de la gente no tiene la menor idea. El Sistema de Reserva Federal fue supuestamente establecido para estabilizar la economía, limar asperezas de los ciclos de la coyuntura, mantener una tasa saludable de crecimiento sustentable mientras conserva la estabilidad de los precios y beneficia a todos. ¿Ha hecho bien su trabajo? Desde su creación en 1913, hemos tenido los cracks de 1921 y el más importante y recordado de 1929. Fue seguido por la Gran Depresión que duró hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la que según el destacado economista conservador Milton Friedman fue causada y exacerbada porque la Reserva Federal decidió sorprendentemente la reducción del suministro de dinero en tiempos de contracción económica, en lugar de aumentarlo. Luego tuvimos recesiones en 1953, 1957, 1969, 1975, 1981, 1990 y 2001. También tuvimos comienzos de inflación en los años sesenta. Ésta fue bastante severa durante gran parte de los años setenta y a comienzos de los ochenta. Y tuvimos una importante crisis bancaria en los años ochenta en la que quebraron más bancos y asociaciones de ahorro y préstamos que nunca antes en nuestra historia. Sucedió después de la desregulación del mercado financiero, al permitirse que los bancos persiguieran sus propios intereses sin supervisión gubernamental que controlara su inclinación a correr riesgos excesivos o que impidiera que trataran de salirse con la suya mediante fraudes deliberados.

Junto con la estabilidad económica que la Fed nunca logró, también se ha disparado la deuda de los consumidores; déficits presupuestarios y comerciales de nivel récord; una cantidad elevada de bancarrotas personales y crecientes delitos con préstamos hipotecarios; un interés sobre una creciente deuda nacional que representa un porcentaje grande y creciente del presupuesto federal; la pérdida de nuestra base manufacturera y de puestos de trabajo con salarios elevados porque son exportados a países de baja remuneración; una economía en la que los servicios acaparan ahora cerca de un 80% de todos los negocios que en su mayoría pagan mal, con trabajos menos capacitados con poca o ninguna prestación; y una brecha en el aumento de los ingresos y la riqueza que sigue dañando a las personas de bajos o medianos ingresos para beneficiar a los pocos ricos y acomodados, así como un gobierno que impulsa esta situación.

Todo se sintetiza en una conclusión: La Fed no cumplió, por sobre todo, la tarea esencial para la que fue establecida para comenzar. Pero es mucho peor todavía, si comprendemos los verdaderos motivos de un cartel. No es servir el interés público. Es abusar de él, porque así aumentan los beneficios. Puede hacerlo con la concentración de su poder, legalmente sancionado, y un gobierno amigo aliado con sus socios o facilitadores. Se sale con la suya cuando comete los más espléndidos de los robos gracias a este amaño oculto de la vista del público.

Una solución necesaria para un problema inmenso.

Se desprende de la información presentada que el Sistema de la Reserva Federal fue establecido mediante el sigilo y el engaño por un puñado de políticos corruptos al servicio de sus poderosos aliados de la banca y de Wall Street. Lo hicieron para defraudar al público y sin que éste haya tenido la menor idea de lo que sucedía, y de lo dañino que era para su bienestar e interés. Los que estaban en el Congreso y el presidente Wilson (un hombre formado en derecho, ex abogado practicante, antiguo académico apreciado y presidente de la Universidad Princeton) o sabían o deberían haber sabido que la ley que él y ellos aprobaron al establecer la Fed estaba en violación directa de la Constitución que habían jurado defender. No lo hicieron, y violaron la ley, y el público pagó caro su crimen desde entonces hasta la actualidad.

De manera que, ¿qué recurso queda, y es posible movilizar a la gente para darle seguimiento? Hay una sola solución sensata y justa para deshacer el daño que se ha hecho a tantos durante tanto tiempo: abolir el Sistema de la Reserva Federal y restaurar el poder que tiene actualmente a un Gobierno Federal que trabaje por el bien público. Recuperarlo del poderoso cartel bancario que trabaja en su contra y no volver a permitir jamás que vuelva a caer en sus manos. Es el único camino.
(...)

Stephen Lendman vive en Chicago. Para contactos: lendmanstephen@sbcglobal.net

Más sobre el tema:
http://earthblognews.wordpress.com/2010/02/25/who-owns-the-federal-reserve-and-why-dont-you-know/
 
 

martes, 17 de julio de 2012

Para eso, mejor un monti

Fuente: Blog de Jordi Sevilla

No creo compatible celebrar la “valentía” del Gobierno a la hora de tomar “medidas audaces”, con lo explicitado por Rajoy en el hemiciclo sobre que no tenemos margen para hacer otra cosa. Si los mercados financieros internacionales, a través de la Unión Europea, han eliminado nuestra “libertad de elección” como país democrático, entonces prefiero una intervención clásica, con Gobierno de tecnócratas impuesto por la troika, aunque solo sea para pedir responsabilidades a quien mueve, de verdad, los hilos de las decisiones.

Mi tesis, sin embargo, es que sí hay alternativas. Desde el “giro” de mayo de 2010 (muchos dijeron que Zapatero debió dimitir antes de aceptar esa imposición, frente a la que Rajoy se presentó entonces como “alternativa”, para acabar ahora en más de lo mismo) hasta ahora, nos hemos movido dentro del mismo enfoque equivocado de política económica: el que nos ha llevado a esta grave situación tan bien sintetizada por el Presidente: los mercados de crédito están cerrados para España. Y necesitamos crédito, mucho crédito, aunque solo sea para refinanciar el importante volumen de deuda que tenemos como país y pagar el circulante.

El Gobierno ha elegido su política económica entre las siguientes alternativas:

- Entre salvar a la economía real o salvar a la financiera, ha optado por lo segundo, mediante sucesivas rondas de restructuración y recapitalización bancarias (hasta un 20% del PIB) que no han arreglado los problemas de solvencia en el sector (el rescate y sus 32 condiciones, como evidencia) pero han secado el crédito a empresas y familias sumiéndolas en una crisis inducida.

- Entre defender a los deudores o plegarse a las exigencias de los acreedores, decide lo segundo. En el rescate griego, por ejemplo, se introdujeron quitas obligatorias para que los prestamistas asumieran, también, su parte de responsabilidad en la generación del endeudamiento.

- Entre primar la solvencia de la deuda pública (30% del total) o hacerlo con la privada (70% del total) se inclina por lo primero ya que el ahorro público se consigue, en buena medida, a costa de recortar el ahorro privado tras bajar la renta disponible, generando una transferencia de ahorro privado al público.

- Entre restructurar la deuda utilizando el dinero fresco del rescate para relanzar la actividad mejorando los ingresos (crecimiento) y organizar una quiebra más o menos ordenada del país (austeridad máxima) opta por lo segundo, aunque ello lance intensas sombras de duda a los mercados sobre el potencial remanente para generar ingresos que es, al final, lo que permitirá pagar la deuda.

- Por último, entre diseñar un Plan Estratégico de país, pactado entre los accionistas y con un reparto equitativo de sacrificios en función tanto de las posibilidades como de las responsabilidades en la generación del problema (Pactos de Estado) y la duda, la rectificación, el grito partidista, para acabar en la imposición autoritaria de lo que, a su vez, nos imponen desde fuera, es claro que ha elegido lo segundo.

En estos meses hemos acumulado algunas evidencias de entre las que quiero destacar dos: primera, el camino seguido hasta la fecha nos ha conducido a la actual intervención. Es decir, haciendo lo que se ha hecho, tal y como se ha hecho, hemos fracasado, no hemos generado confianza en los mercados internacionales (prima de riesgo en niveles históricos), ni en los nacionales (bolsa de valores al mínimo). No creo que más dosis de la misma medicina equivocada, sea la solución.

Segunda conclusión, los problemas existentes tenían una respuesta alternativa (como hemos defendido desde esta columna), que se ha menospreciado, hasta que el rescate las ha impuesto: la creación de un “banco malo” que concentre activos tóxicos inmobiliarios; rebaja de cotizaciones sociales a cambio de subidas en otros impuestos, como forma mejor de hacer la devaluación interna de costes; aplazamiento en el imposible calendario de cumplimiento de los objetivos de déficit público.

El giro de rumbo era, pues, necesario y solo las anteojeras partidistas evitaban verlo. Tengo dudas, sin embargo, de que hayamos girado en el sentido adecuado. Dicho de otra manera, no creo que las condiciones impuestas por los prestamistas “obliguen”, con este detalle, a rebajar el sueldo a funcionarios, sin diálogo, recortar el seguro de desempleo, así, eliminar la atención sanitaria a los “sin papeles” o reducir las ayudas por la dependencia, a la vez que se potencian las Diputaciones (cuando se habló de suprimirlas) o se facilita una vergonzosa amnistía fiscal a los grandes evasores. Tampoco creo que la troika impida al Gobierno hablar, dialogar, negociar e intentar pactar las medidas, como pidió el líder de la oposición. Por tanto, aunque nuestra mala gestión de las cosas hasta la fecha nos haya conducido a una situación en que se ha reducido mucho nuestro margen de maniobra sobre los objetivos, el Gobierno sigue siendo “libre” para articular un ajuste distinto en instrumentos y diferente en su forma de hacerlo.

Por último, insiste el Presidente en la retórica épica de que este es el “único camino”, aunque lleno de sacrificios inevitables, para llegar al paraíso del empleo. No lo creo, ni hay evidencias empíricas que lo avale. Seguimos, más bien, un camino que conduce a una quiebra ordenada, donde la junta de acreedores asume el control, e impone condiciones para recuperar todo lo que pueda de su deuda, aunque con ello liquide la compañía. Pero no hay, de momento, un plan de restructuración de la actividad de la empresa-país, que haga viable el proyecto a medio plazo. Sin medidas explícitas de reactivación selectiva de la economía, aprovechando el dinero nuevo del rescate, será imposible crecer en plazo y forma, como para garantizar adecuadamente que se puede hacer frente a las deudas, sin provocar el cierre del país. De todo eso estamos hablando, sin que podamos perder (o entregar) esa libertad que nos identifica como ciudadanos con derechos y no solo como los deudores a que nos quieren reducir el Gobierno. Si estábamos al borde del precipicio, ¿no habremos dado esta semana un paso al frente?


jueves, 12 de julio de 2012

¿Qué es el BCE?



El BCE es el banco central de los Estados de la Unión Europea que pertenecen a la zona euro, como es el caso de España, Portugal, Grecia, Italia, Irlanda, etc.

Y ¿de dónde vino el dinero del BCE?

El dinero del BCE, o sea el capital social, es el dinero de todos nosotros, los ciudadanos de la UE, en proporción a la riqueza de cada país. Así, a Alemania le correspondió poner un 20% del total. Los 17 países de la UE que se adhirieron al euro, entraron en conjunto con un 70% del capital social y los restantes 10 países, de los 27 Estados de la UE, contribuyeron con un 30%.

Y, ¿es mucho ese dinero?

El capital social era de 5,8 billones de euros, pero a final del año pasado, se decidió hacer un primer aumento del capital, desde que fue creado hace cerca de doce años, en tres fases: A finales del 2010, a finales del 2011 y a finales del 2012, hasta elevar el capital del banco a 10,6 billones.

Entonces, si el BCE es el banco de estos Estados, puede prestar dinero a España, Portugal, Grecia, Italia, Irlanda, etc. como cualquier banco puede prestar dinero a cualquiera de sus accionistas. ¿O no?

No, no puede.

¿Por qué?

¿Por qué? Porque… porque… bueno, son las reglas.

Entonces, ¿a quién puede prestar dinero el BCE?

A otros bancos, a bancos alemanes, franceses, españoles, portugueses, etc.

¡Ah! ya me entero… Entonces, España, Portugal, Alemania, etc. cuando precisan dinero prestado, no van al BCE, tienen que ir a otros bancos que sí acuden al BCE…

Sí.

Me pregunto que para qué complicar tanto… ¿No era mejor que España, Portugal, Grecia, etc. acudieran directamente al BCE?

Bueno sí… En cierto sentido, sí… pero de ese modo los banqueros no ganarían nada en ese negocio…

¡Ahora caigo…!

Está claro, los bancos precisan ganar alguna pequeñez… El BCE, de mayo a diciembre del 2010 prestó cerca de 72 MIL millones de euros a países del euro, a la llamada “deuda soberana”, a través de un conjunto de bancos, al 1%. Y ese conjunto de bancos prestaron a los Estados (España, Portugal, Grecia, etc.) al 6 o 7%.

Pero eso es un negocio redondo: Sólo por ir a Bruselas a buscar el dinero, fíjate lo que se llevan…

No tienen que, ni siquiera, desplazarse a Bruselas. La sede del BCE está en Alemania, en Frankfurt. Tomando a Portugal como ejemplo, en el crédito a Portugal, los bancos ganaron entre 3 y 4 MIL millones de euros…

Eso es un verdadero robo… con ese dinero que nos quitan, no tendríamos por qué congelar o rebajar las pensiones, o el subsidio de desempleo, recortar la Sanidad, la Educación, o descontar a funcionarios, o…

La gente tiene que ser consciente de que los bancos tienen que ganar mucho dinero, si no ¿cómo podrían pagar los dividendos a los accionistas, a los consejeros, a los altos directivos que son gente “tan especializada”…?

Pero, quien manda en el BCE ¿cómo puede permitir un escándalo de este tipo?

En el BCE mandan los gobiernos de los países de la zona euro; Alemania en primer lugar, que es el país más rico, pero también Francia, España, Portugal y los demás países…

Entonces, los gobiernos de nuestros países, ¿dan nuestro dinero al BCE para que ellos presten a los bancos al 1%, para que, después, ellos presten del 5 al 7% a los gobiernos de los países, que son los dueños del BCE?

Bueno, no es exactamente así. Como Alemania es rica y puede pagar bien las deudas, los bancos sólo le cobran un 3%. A Grecia, Portugal, Irlanda, etc. que están asfixiados, es a quienes les elevan los intereses al 6, 7 ó más por ciento.

Entonces, ¿somos los dueños del dinero y no podemos pedir a NUESTRO propio banco…?

¿Somos? ¿Quiénes somos? Nuestros países, España, Portugal, Italia, o Alemania no están formados por gente vulgar como nosotros. No queramos comparar un limpiabotas de nada, que gana 400 ó 600 euros al mes, o un albañil que anda desempleado, con un gran accionista que percibe 5 ó 6 millones de € de dividendos por año, o con un administrador de una gran empresa, o de un banco que ganan, con las primas a que tienen derecho, unos 50, 100, o 200 MIL euros por mes. No se puede comparar.

Y, ¿nuestros gobiernos, aceptan una cosa así?

Nuestros gobiernos… Por un lado son, en la mayor parte, amigos de los banqueros (todos los partidos políticos lo son), o están a la espera de sus favores, o de un privilegiado empleo cuando ya no consigan los votos necesarios…

Pero, entonces, ¿ellos no han sido elegidos por nosotros?

En cierto sentido sí, claro, pero después… ya sabes, quien gobierna, es quien tiene la sartén por el mango. Y es lo que se ve claramente en esta crisis mundial, la mayor desde hace un siglo. Esa cosa que llaman “sistema financiero”, transformó el mundo de las finanzas en un casino mundial, realmente como ningún casino había nunca visto, ni sospechado, y llevó a los EE.UU. y a Europa al borde la de ruina. Está claro, esas personas importantes se llevaron el dinero para su casa y dejaron a la gente como nosotros, que tenía el dinero en los bancos, o los fondos de inversión, a la luna de Valencia… Los gobiernos, en los EE.UU. y en Europa, para evitar la ruina de los bancos tuvieron que reponerles el dinero…( o sea, rescatarlos con dinero público, que es el dinero de nuestros impuestos).

Y ¿dónde fueron a buscarlo?

¡Dónde los iban a buscar…! En los impuestos, en las pensiones, en los salarios, en los funcionarios, en la enseñanza, en la sanidad, en las prestaciones sociales… ¿De dónde podía proceder el dinero del Estado?

Pero, ¿metieron a los responsables en la cárcel?

¿En la cárcel? ¡Qué disparate! Entonces, ellos que montaron la cosa, ingenierías financieras sofisticadísimas, sabrán aplicar el remedio. Sólo ellos podrán poner orden en la casa…

Está claro que a algunas personas más comprometidas, como Raymond McDaniel, que era el presidente de la Moody’s, una de esas agencias de “rating” que clasificaron la credibilidad para pagar la deuda, de Portugal, Grecia, etc. como de bono basura, y que tiraron a los países por el suelo, fueron… apartados y pasados a la reserva… Como el tal McDaniel, y otros, es una persona importante, se llevó una indemnización de 10 millones de dólares, a los “que tenía derecho”…

MORALEJA:
los ciudadanos de España, Grecia, Italia, Portugal... no dejarán de ser esclavos hasta que no controlen a sus propios bancos centrales.


El por qué de los recortes


Este artículo señala que una de las causas reales de los continuos y constantes recortes de gasto público incluyendo el gasto público social que están debilitando enormemente el Estado del Bienestar español es la exigencia de que España pague la deuda a los bancos europeos, y muy en especial, a la banca alemana.

Una de las tesis que se promueven con mayor ahínco en los círculos neoliberales del país es que España entró y permanece en crisis por su excesivo gasto público y falta de disciplina fiscal. De esta tesis se concluye que hay que reducir el gasto público y recuperar la famosa disciplina fiscal, reduciendo el déficit público para alcanzar el nivel exigido por el Pacto de Estabilidad (el 3% del PIB).

Esta tesis es fácilmente demostrable que carece de credibilidad. El Estado español era, en realidad, el modelo de rectitud ortodoxa neoliberal. Tenía un superávit en las cuentas del Estado en los años 2005, 2006 y 2007, y su deuda pública era de las más bajas de la Eurozona. Durante el periodo 2004-2007, tal deuda pública bajó del 46% al 36%. España no podía ser más modélica desde el punto de vista neoliberal. Los responsables de la política económica y fiscal del Gobierno español recibieron el aplauso de las autoridades europeas que gestionan y dirigen la Eurozona (desde el Consejo Europeo y la Comisión Europea al Banco Central Europeo) y como no, del Fondo Monetario Internacional.


 
En realidad, la sensación de euforia era tal que el Gobierno socialista español, bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, decidió bajar los impuestos, identificando tal medida con ser de izquierdas. Su slogan más conocido en aquellos años fue que “bajar los impuestos es de izquierdas”. Esta bajada de impuestos aumentó el déficit estructural del Estado, es decir, el déficit público, que determinan los ingresos y gastos estructurales y no coyunturales. Este aumento del déficit estructural permaneció ocultado o ignorado por el aumento de los ingresos al Estado, resultado de la situación coyuntural provocada por la burbuja inmobiliaria. Ahora bien, cuando esta burbuja explotó, el déficit estructural apareció con toda claridad y contundencia. Los ingresos al Estado bajaron en picado, resultado, en gran parte, de que la estructura fiscal del Estado español depende excesivamente de las rentas del trabajo y muy poco de las rentas del capital. Cuando la actividad económica se colapsó y el desempleo se disparó, los ingresos al Estado bajaron y mucho. De ahí el déficit público del Estado. No tiene nada, nada que ver con el aumento del gasto público, el cual, medido en gasto público por habitante, ha ido bajando, no subiendo. Y los datos así lo muestran. Se están recortando y recortando, y en cambio el déficit público apenas baja y el crecimiento económico está decreciendo. ¿Qué evidencia esperan los círculos neoliberales para poder ver que están profundamente equivocados?
Por otro lado, un punto clave poco estudiado y con escasa visibilidad mediática es ¿por qué la burbuja inmobiliaria explotó? La causa primordial es que la mayoría del dinero que estaba detrás de la burbuja inmobiliaria procedía de bancos alemanes, franceses, holandeses, belgas, entre otros. En realidad el enorme flujo de dinero (lo que se llama inversión financiera) a España explica que la balanza de pagos (la diferencia entre el capital que entra y el que sale del país) se disparara en aquellos años de burbuja inmobiliaria. El hecho de que la banca europea alimentara a la banca española se debía, como no podría ser de otro modo, a que eran inversiones financieras extraordinariamente beneficiosas. Su rentabilidad era enorme. Pero cuando esta banca europea contaminada por los productos tóxicos procedentes de la banca estadounidense se paralizó, el dinero dejó de venir a España y la burbuja inmobiliaria explotó, creando un agujero en el PIB español equivalente a un 10% de su tamaño. Y todo ello en cuestión de meses.

Ahora España tiene un problema enorme porque debe mucho dinero a los bancos europeos, que no puede pagar. Y los bancos europeos tienen un problema incluso mayor, porque han prestado tanto dinero a España y a los otros países intervenidos (Grecia, Portugal e Irlanda) que si éstos no lo pagan, tienen un problema gravísimo. En realidad, muchos de ellos se colapsarían. Los bancos alemanes habían prestado en 2009 la enorme cantidad de 704.000 millones de euros a los países PIGS (España, Grecia, Irlanda y Portugal), convertidos en GIPSI con la inclusión de Italia. Esta cantidad es muchas veces superior al capital en reserva de la banca alemana. Si estos países no pudieran pagar su deuda, la banca alemana colapsaría. El establishment financiero alemán y su Gobierno, presidido por la Sra. Merkel, es plenamente consciente de este hecho. Y de ahí su énfasis en que el objetivo prioritario de las políticas de austeridad que está imponiendo a aquellos países y de la supuesta “ayuda financiera”a sus bancos, sea el de que la banca alemana recupere el dinero prestado.

El objetivo de los recortes es salvar la banca alemana

Y así nacieron las políticas de recortes. Como bien escribía recientemente nada menos que el editor senior del Financial Times, el Sr. Martin Wolf (25.06.12) el objetivo de estos recortes en España tiene poco que ver con recuperar la economía española y sí con que se pague a los bancos europeos, incluyendo los alemanes, lo que se les debe. Así de claro.

Ahora bien, como las cosas no se pueden decir tan claro, el argumento que se utiliza por los economistas y políticos neoliberales, es que hay que reducir el déficit público para “inspirar confianza a los mercados financieros” de manera tal que éstos vuelvan a prestar dinero a España. Según tal argumento, la desconfianza de los mercados hacia España determina que la prima de riesgo española haya subido tanto, ignorando que el que marca los intereses de la deuda pública no son los mercados, sino el BCE, que es el lobby de la banca, y muy en especial de la banca alemana. El hecho de que el BCE no haya comprado deuda pública española durante más de tres meses es la mayor causa de que la prima de riesgo se haya disparado. Lo que le importa más a la banca alemana (y a su instrumento, el BCE) es que continúe la austeridad, que sigan y se profundicen los recortes por parte del Estado español a fin de que éste y la banca privada a la que el Estado español ha estado subvencionando y ayudando en cantidades exuberantes (más de un 10% del PIB) paguen ahora lo que deben a aquellos bancos europeos, incluyendo los bancos alemanes. Y los famosos 100.000 millones de euros que el Gobierno Rajoy ha solicitado de las autoridades que gobiernan la Eurozona irán destinados a continuar ayudando (todavía más) a los bancos, y todo ello financiado por el ciudadano normal y corriente que paga al Estado y sostiene la deuda pública. En realidad, incluso dirigentes del Gobierno alemán así lo han reconocido. Uno de los consejeros económicos del Gobierno alemán, Peter Böfinger, así lo ha dicho. “Las ayudas a la banca (de los países en dificultades) no tienen que ver con el intento de ayudar a tales países en sus problemas, sino ayudar a nuestros bancos que tienen gran cantidad de deuda de aquellos países” (Chatterjee, Pratap, Bailing Out Germany: The Story Behind The European Financial Crisis).

En realidad, si de verdad tanto el Gobierno Rajoy o el Consejo Europeo desearan ayudar a la economía española, no transferirían estos 100.000 millones a la banca (que no ha estado ofreciendo crédito ni a las familias ni a las medianas y pequeñas empresas), sino a organismos estatales como el Instituto de Crédito Oficial (ICO), con el mandato de ofrecer crédito accesible y razonable (no el que provee la banca hoy) a la ciudadanía y a medianas y pequeñas empresas españolas. Tales transferencias públicas podrían también estimular el establecimiento de bancas públicas (tanto centrales como autonómicas) o cooperativas de crédito que garantizaran la existencia de crédito, uno de los mayores problemas que existe hoy en la España endeudada.

Pero lo que las autoridades europeas desean más que nada es que la banca española y el Estado español paguen a los bancos alemanes, franceses, holandeses, belgas y otros lo que les deben, a fin de -según dicen ellos- recuperar la confianza de los mercados. Pero este argumento asume que existen mercados, lo cual es fácil de demostrar que no ocurre. En un mercado, la responsabilidad de un préstamo fallido es compartida. Es un fallo de la persona o institución que pidió el préstamo, pero lo es también de la persona o institución que ofreció el préstamo. Y esto no está ocurriendo. En esta situación se está penalizando al primero a fin de salvar los intereses del segundo. Esto es lo que está haciendo, entre otros, el Gobierno alemán, que acusa y critica al Estado español por haber permitido la formación de la burbuja inmobiliaria sin citar el papel clave que el Estado alemán y la banca alemana jugaron en el establecimiento y explosión de tal burbuja. No se puede hablar de prestatarios irresponsables sin hablar también de los prestamistas irresponsables. Y el Gobierno alemán está imponiendo las políticas de austeridad para asegurarse de que a la banca alemana irresponsable se le pague la deuda con intereses (que, por cierto, alcanzan niveles estos últimos que cubren varias veces el coste de la deuda en sí). Y así estamos.

Nota de Nonius451, excelente artículo de V. Navarro, que sin embargo se olvida de mencionar que a la situación que él describe se unen los ataques de los especuladores y hedge funds angloamericanos que se hacen ricos mientras exportan la crisis del dólar y de sus propios bancos, provocada por la desregulación y su peor consecuencia, el mercado de derivados.



 

viernes, 18 de mayo de 2012

Las elecciones de Grecia


Las elecciones legislativas del 6 de mayo han producido un resultado sensacional, abriendo un nuevo capítulo en la historia política de Grecia. Asimismo, repercutirán significativamente en la situación política europea.

El resultado muestra una clara polarización entre derecha e izquierda y una ruptura de las fuerzas políticas dominantes hasta el momento, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) y Nueva Democracia, el llamado "sistema bipartidista", que ha dominado la vida política griega desde 1974.



Los dos partidos tradicionales, los pilares de las políticas neoliberales, han perdido más de la mitad de sus votos. Juntos, solo han logrado el apoyo del 32% del electorado, frente al 77% en las elecciones de 2009. Nueva Democracia cayó del 33% en 2009 al 19%, mientras que el PASOK se ha hundido aún más espectacularmente, del 44% al 13%, perdiendo más de 2 millones de votos.

Fue el castigo por sus reaccionarias políticas de austeridad, el "Memorándum", que han aplicado en cooperación con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. El resultado de estas políticas ha sido el empobrecimiento de la inmensa mayoría de la población y el desempleo masivo, oficialmente ya en el 23%, provocando una gran cantidad de suicidios de hombres y mujeres desesperados.

El voto para la izquierda en su conjunto subió de un modesto 12% en 2009 a un impresionante 35,5% - 17% para SYRIZA (Coalición de la Izquierda Radical), 8,5% para el Partido Comunista (KKE), 1,2% para la izquierda anti-capitalista Antarsya, un 6,1% para la moderada Izquierda Democrática y un 2,9% para los Verdes. Sin embargo, la perspectiva de un gobierno de izquierda es dudosa ya que el KKE, un partido ultra-estalinista, descartó de antemano cualquier cooperación con los "oportunistas", calificativo que aplica a todos los partidos de izquierda, excepto a sí mismos. Por otra parte, la Izquierda Democrática y los Verdes son partidos moderados de centro izquierda que no se diferencian sustancialmente del PASOK. Aun así, el resultado colectivo de los tres partidos radicales de izquierda, SYRIZA, el KKE y Antarsya, fue un impresionante 26,5%.

La extrema derecha

La otra característica importante de las elecciones del 6 de mayo es el aumento brusco de la extrema derecha, saltando a un sorprendente 20,5% de los votos. Anteriormente representada por un solo partido, Laos, que obtuvo un modesto 6% hace tres años, la extrema derecha está representada esencialmente por tres partidos - los Griegos Independientes, Laos y la neo-nazi Aurora Dorada – que han ganado, respectivamente, 10,6%, 2,9% y 7% de los votos. LAOS pagó su apoyo al gobierno, situándose por debajo del 3% requerido para entrar en el parlamento.
Sin embargo, el 7% conseguido por Aurora Dorada, un partido abiertamente neo-nazi y racista anti-inmigrante, es impactante. Es la primera vez que un partido así ha entrado en el parlamento en Grecia con el apoyo popular, que fue famosa por su movimiento de resistencia contra los nazis en 1941-45.

Este resultado había sido anticipado por militantes y publicaciones de izquierda, incluyendo Pensamiento Marxista, que dedicó su último número monográficamente al problema del fascismo, el neofascismo y la nueva extrema derecha. Hubo una movilización masiva de las organizaciones de izquierda durante las últimas tres semanas de las elecciones para llamar la atención sobre el peligro de las bandas neo-nazis. Sin embargo, fue en gran medida ineficaz, ya que la extrema derecha ha ganado terreno durante los últimos años en los barrios degradados y entre los jóvenes desempleados. El KKE no sólo no está haciendo absolutamente nada para luchar contra la extrema derecha, sino que da refugio a los nacionalistas, como la famosa periodista Liana Kanelli, y ha llegado incluso a dar la bienvenida los representantes de Aurora Dorada en la huelga de Halyvourgiki que controla través de la unión de los trabajadores locales.

Es cierto que la extrema derecha ha obtenido "sólo" un 20,5%, en comparación con el 26,5% de la izquierda radical. Sin embargo, ha más que triplicado sus fuerzas, mientras que la izquierda radical "sólo" los dobla.

Extremistas

La correlación de fuerzas surgida de las elecciones ha sido interpretada por los comentaristas de los medios conservadores como una expresión ilógica de la ira, que empuja la gente a los "extremos". De acuerdo con esta lectura, la gente se ha dejado llevar por las falsas promesas de los demagogos, que son imposibles de cumplir. La vía correcta, según ellos, habría sido continuar aplicando las "reformas" reaccionarias que con el tiempo superarían la crisis relanzando el crecimiento, alentando una mayor productividad y una mejora de la democracia. Dora Bakogianni, líder de la ultra-neoliberal (y mal llamada) Alianza Democrática, que no pudo entrar en el Parlamento por un estrecho margen, ha defendido este argumento muchas veces.
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