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lunes, 27 de abril de 2015

La miopía de la Unión Europea ante la estrategia militar de Estados Unidos


Los responsables de la Unión Europea están totalmente equivocados en cuanto a los atentados islamistas perpetrados en Europa y las oleadas de inmigrantes que llegan a ese continente huyendo de las guerras. Thierry Meyssan muestra que esos hechos no son secuelas fortuitas de los conflictos que agitan el Medio Oriente ampliado sino un objetivo estratégico de Estados Unidos.
 
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El Consejo Europeo reunido el 23 de abril de 2015 guarda un minuto de silencio en memoria de los migrantes muertos en el Mediterráneo.
Los dirigentes de la Unión Europea están confrontando cada vez más frecuentemente situaciones inesperadas. Por un lado, atentados o intentos de atentados perpetrados o preparados por individuos que no pertenecen a grupos políticos claramente identificados. Por otro lado, una gran afluencia de migrantes a través del Mediterráneo y el hecho que miles de ellos mueren a las puertas de los países europeos.

Por falta de análisis estratégico, ambos factores están siendo considerados a priori como hechos no relacionados entre sí y se ocupan de ellos administraciones diferentes. La policía y los servicios de inteligencia se ocupan de los atentados mientras que las aduanas y órganos vinculados al sector de la defensa lidian con el problema de los migrantes. Pero la fuente de ambos problemas es la misma: la inestabilidad política en el Levante y en África.

La Unión Europea se ha privado de los medios necesarios para comprender

Si las academias militares de la Unión Europea hiciesen correctamente su trabajo, habrían estudiado durante los últimos 15 años la doctrina del «hermano mayor» estadounidense. Y tendrían que haber notado que, desde hace muchos años, el Pentágono ha publicado todo tipo de documentos sobre la «teoría del caos» del filósofo Leo Strauss. Hace sólo unos meses, Andrew Marshall, un funcionario que debería estar jubilado desde hace más de 25 años, aún disponía de un presupuesto de 10 millones de dólares al año para investigar sobre ese tema [1]. Pero ninguna academia militar de la Unión Europea ha estudiado seriamente esa doctrina ni sus consecuencias. No lo han hecho por dos razones: porque es una forma de guerra bárbara… y porque fue concebida por un gurú de las élites judías estadounidenses. Además, cualquier europeo “sabe” que «Estados-Unidos-que-nos-salvó-del-nazismo» no puede favorecer tales atrocidades [2].

Si los políticos de la Unión Europea hubiesen viajado un poco, no sólo a Irak, Libia, Siria, al Cuerno africano, a Nigeria y Mali, sino también a Ucrania, habrían visto con sus propios ojos la aplicación de esa doctrina estratégica. Pero se limitaron a ir a hablar en algún edificio de la “zona verde” de Bagdad, desde un estrado en Trípoli o en la plaza Maidan de Kiev. Ignoran lo que viven las poblaciones y, a pedido del «hermano mayor», a menudo cerraron sus embajadas, privándose así de ojos y oídos en el terreno. Peor aún, también a pedido del «hermano mayor», se unieron a la aplicación de embargos, para que los hombres de negocios tampoco puedan ir a ver lo que sucede en esos lugares.
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Hoy se desconoce la cantidad de migrantes muertos en el Mediterráneo. A veces las olas depositan cuerpos en las playas de Italia o los guardacostas abordan embarcaciones llenas de cadáveres.

El caos no es fortuito, es el objetivo

Al contrario de lo que afirma el presidente Francois Hollande, el éxodo de libios no es consecuencia de una «falta de seguimiento» de la operación «Protector Unificado» –que condujo al derrocamiento y asesinato de Kadhafi– sino el resultado que se buscaba con aquella operación, en la que Francia hizo el papel de líder. El caos no se instaló en Libia porque los «revolucionarios libios» no hayan sabido ponerse de acuerdo entre sí después de la «caída» de Muammar el-Kadhafi sino que ese era el objetivo estratégico de Estados Unidos. Y lo alcanzaron. Nunca hubo una «revolución democrática» en Libia sino un movimiento secesionista en la región de Cirenaica. Nunca hubo aplicación del mandato de la ONU para «proteger a la población» sino una masacre perpetrada por la OTAN que costó las vidas de 160 000 libios, de los cuales el 75% eran civiles, según las cifras de la Cruz Roja Internacional.

Recuerdo que, antes de integrar el gobierno de la Yamahiriya Árabe Libia, se me solicitó servir como testigo en un encuentro organizado en Trípoli entre una delegación estadounidense y varios representantes libios. Durante aquella larga conversación, el jefe de la delegación estadounidense explicó a sus interlocutores que el Pentágono estaba dispuesto a salvarlos de una muerte segura, pero exigía que le entregaran al Guía. Y agregó que cuando mataran a Kadhafi, la sociedad tribal libia no lograría validar la autoridad de un nuevo líder antes de –como mínimo– una generación, situación que sumiría Libia en un caos nunca visto anteriormente en ese país. Desde entonces, he contado repetidamente aquel encuentro y predije muchas veces lo que hoy está ocurriendo.

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Leo Strauss (1899-1973) fue un especialista de la filosofía política. Se rodeó de un pequeño grupo de alumnos que, en su mayoría, trabajaron después para el Departamento de Defensa estadounidense. De hecho, formaron una secta e inspiraron la estrategia del Pentágono.

La «teoría del caos»

Cuando la prensa estadounidense comenzó a mencionar –en 2003– la «teoría del caos», la Casa Blanca ripostó hablando de un «caos constructor», haciendo entender con ello que se procedería a la destrucción de las estructuras opresoras para que la vida pudiese brotar sin obstáculos. Pero ni Leo Strauss, ni el Pentágono habían utilizado nunca aquella expresión. Al contrario, según ellos, el caos tenía que ser de tal magnitud que nada pudiese estructurarse fuera de la voluntad del Creador del Nuevo Orden, Estados Unidos [3].

El principio de esa doctrina estratégica puede resumirse de la siguiente manera: la manera más fácil de saquear los recursos naturales de un país por largo tiempo no es ocupar ese país sino destruir el Estado. Sin Estado, no hay ejército. Sin ejército enemigo, no hay riesgo de ser derrotado. Así que el objetivo estratégico del ejército de Estados Unidos y de la alianza que dirige –la OTAN– es única y exclusivamente la destrucción de los Estados. Y lo que suceda con las poblaciones de los países que son blanco de esa estrategia… no preocupa a Washington.

Ese proyecto resulta inconcebible para los europeos que, desde los tiempos de la guerra civil inglesa, están convencidos –desde la publicación de Leviatán, el libro de Thomas Hobbes– de que es preferible renunciar a ciertas libertades, y quizás aceptar incluso un Estado tiránico, a verse sumido en el caos.

La Unión Europea niega su complicidad con los crímenes de Estados Unidos

Las guerras de Afganistán e Irak ya han costado la vida a 4 millones de personas [4]. Esas guerras fueron presentadas al Consejo de Seguridad de la ONU como necesarias respuestas «en legítima defensa». Pero hoy todo el mundo admite que en realidad habían sido planificadas desde mucho antes de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 y en un contexto mucho más amplio de «rediseño del Medio Oriente ampliado» y que las razones utilizadas para justificar dichas guerras sólo fueron inventos de la propaganda.

Usualmente se reconocen los genocidios cometidos por el colonialismo europeo, pero pocos reconocen actualmente esos 4 millones de muertos, a pesar de los estudios científicos que demuestran la realidad de ese crimen. Lo que pasa es que nuestros padres eran «malos», pero nosotros somos «buenos» y no podemos ser cómplices de esos horrores.

También es usual burlarse de aquel pobre pueblo alemán que confió hasta el último instante en sus dirigentes nazis y no tomó conciencia de los crímenes cometidos en su nombre hasta después de la derrota.
Pero los pueblos de la Unión Europea estamos actuando exactamente igual. Seguimos confiando en nuestro «hermano mayor» y nos negamos a ver los crímenes en los que está implicándonos. Es probable que nuestros hijos se burlen de nosotros…

Los errores de interpretación
de la Unión Europea

- Ningún dirigente de Europa occidental, absolutamente ninguno, se ha atrevido a mencionar públicamente que los refugiados provenientes de Irak, Libia, Siria y del Cuerno de África, Nigeria y Mali pueden no estar huyendo de las dictaduras sino del caos en el que nosotros, voluntaria pero inconscientemente, hemos sumido sus países.

- Ningún dirigente de Europa occidental, absolutamente ninguno, se ha atrevido a mencionar públicamente que los atentados «islamistas» que están teniendo lugar en Europa pueden no ser la extensión de las guerras del «Medio Oriente ampliado» sino que son obra de los mismos que ya orquestaron el caos en esa región. Como europeos preferimos seguir creyendo que los «islamistas» odian a los judíos y los cristianos, y nos negamos a ver que la inmensa mayoría de las víctimas de esos islamistas no son ni judíos ni cristianos sino… musulmanes. Y tranquilamente los acusamos de promover la «guerra de civilizaciones», cuando ese concepto fue creado en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y sigue sin tener nada que ver con la cultura de los islamistas [5].

- Ningún dirigente de Europa occidental, absolutamente ninguno, se ha atrevido a mencionar públicamente que la próxima etapa será la «islamización» de las redes de las redes de distribución de drogas –como en el caso de los Contras en Nicaragua, con la venta de droga entre la comunidad negra de California, con ayuda y bajo las órdenes de la CIA [6]. Hemos decidido ignorar que la familia Karzai retiró la distribución de cocaína de las manos de la mafia kosovar para ponerla bajo el control del Emirato Islámico [7].

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La subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, y el embajador estadounidense en Kiev, Geoffrey R. Pyatt. En conversación telefónica revelada por los partidarios de la legalidad, la señora Nuland se refirió al putsch montado en Ucrania precisando delicadamente que su objetivo era “darle por el culo a la Unión Europea” (sic).

A Estados Unidos nunca le interesó que Ucrania se integre a la Unión Europea

Si las academias militares de la Unión Europea no han estudiado la «teoría del caos» es porque les han prohibido hacerlo. Los pocos profesores y estudiosos que se arriesgaron a tratar de analizarla fueron duramente sancionados mientras que la prensa califica de «complotistas» o «conspiracionistas» a los autores civiles que se interesan en esa teoría.

Los políticos de la Unión Europea creían que los acontecimientos de la plaza Maidan eran espontáneos y que los manifestantes querían salir de la órbita autoritaria de Rusia para entrar en el paraíso de la Unión. Los invadió la estupefacción cuando se reveló el contenido de la conversación telefónica donde la subsecretaria de Estado Victoria Nuland, al mencionar el control que ejercía secretamente sobre los acontecimientos, hablaba de «darle por el culo a la Unión Europea» (sic) [8]. A partir de aquel momento ya no entendieron lo que estaba sucediendo.

Si hubiesen dejado trabajar a los investigadores, los dirigentes de los países miembros de la Unión Europea habrían comprendido que al intervenir en Ucrania y al organizar allí el «cambio de régimen», Estados Unidos estaba garantizando que la Unión Europea se mantuviera a su servicio. Lo que más angustia a Washington, desde el discurso de Vladimir Putin en la Conferencia de Seguridad de Munich de 2007 [9], es que Alemania acabe dándose cuenta de dónde se halla su propio interés… que no es del lado de Washington sino junto a Moscú.

Al destruir progresivamente el Estado ucraniano, Estados Unidos corta la principal vía de comunicación entre la Unión Europea y Rusia. Por mucho que retorzamos en todos los sentidos la sucesión de acontecimientos, es ese el único sentido de lo ocurrido en Ucrania. Washington no quiere que Ucrania se una a la Unión Europea, como lo demuestran las palabras de la señora Nuland. Su único objetivo es convertir ese territorio en un campo minado para todo el que trate de atravesarlo.
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El 8 de mayo de 2007 –aniversario de la caída del régimen nazi alemán– grupúsculos nazis e islamistas crean en Ternopol (Ucrania oriental) un supuesto Frente Antiimperialista para luchar contra Rusia. Organizaciones de Lituania, Polonia, Ucrania y también de Rusia participan en ese Frente, así como los separatistas islamistas de Crimea y los de Adigueya [también llamada Adiguesia], Daguestán, Inguchetia, Kabardia-Balkaria, Karachayevo-Cherkesia, Osetia y Chechenia. Al no poder asistir al encuentro, debido a las sanciones internacionales, el jefe terrorista Doku Umarov envía una intervención que será leída a los asistentes. El presidente de ese “Frente Antiimperialista” es Dimitro Yarosh, quien hoy ocupa un puesto de consejero en el ministerio de Defensa de Kiev.

La planificación militar de Estados Unidos

Así que estamos ante 2 problemas que se desarrollan con gran rapidez: los atentados «islamistas» sólo están comenzando. En el Mediterráneo, las corrientes migratorias se han triplicado en un solo año.

Si mi análisis es correcto, durante la próxima década veremos como a los atentados «islamistas» vinculados al Medio Oriente y África se agregan atentados «nazis» vinculados a Ucrania. Se descubrirá entonces que al-Qaeda y los nazis ucranianos tienen vínculos entre sí desde que celebraron –en 2007– su congreso común en Ternopol, Ucrania. En realidad, los abuelos de todos estos individuos se conocían desde la Segunda Guerra Mundial. En aquella época los nazis se dieron a la tarea de reclutar musulmanes soviéticos para luchar contra Moscú, en el marco del programa de Gerhard von Mende en el Ostministerium [el ministerio del Este creado por el Reich]. Al finalizar la guerra, tanto los nazis como sus reclutas musulmanes acabaron bajo la protección de la CIA, conforme al programa de Frank Wisner con AmComLib, para realizar operaciones de sabotaje en los territorios de la URSS.

Las oleadas de migrantes que tratan de atravesar el Mediterráneo, que hasta ahora sólo constituyen un problema humanitario (200 000 personas en 2014), seguirán creciendo hasta convertirse en un grave problema económico. La reciente decisión de la Unión Europea de ir a hundir los barcos de los traficantes de personas en Libia no lograrán detener la oleada de migrantes y sólo servirán para justificar nuevas operaciones militares para mantener el caos en Libia, pero sin resolverlo.
Todo ello provocará importantes desórdenes en la Unión Europea, que hoy da la impresión de ser un pacífico refugio. Washington no intenciones de destruir ese mercado, que sigue siendo indispensable para Estados Unidos, sino de limitar su desarrollo y garantizar que nunca logre convertirse en un competidor.
En 1991, el presidente Bush padre encargó a un discípulo de Leo Strauss, Paul Wolfowitz –en aquel entonces un desconocido para el gran público–, la elaboración de una estrategia para la era postsoviética. La «Doctrina Wolfowitz» explicaba que la supremacía de Estados Unidos exige imponer riendas a la Unión Europea [10]. En 2008, durante la crisis financiera en Estados Unidos, la historiadora Christina Rohmer, presidenta del Consejo Económico de la Casa Blanca, explicó que la única manera de sacar a flote los bancos estadounidenses era cerrar los paraísos fiscales en los demás países y provocar después desórdenes en Europa para que los capitales fluyesen hacia Estados Unidos. Actualmente lo que Washington pretende hacer es fusionar el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte, también conocido como NAFTA, por sus siglas en inglés) con la Unión Europea y el dólar con el euro, lo cual pondría a los miembros de la Unión Europea en una situación similar a la de México [11].
Por desgracia para ellos, ni los pueblos de la Unión Europea ni sus dirigentes tienen conciencia de lo que el presidente Barack Obama está preparando para ellos.

domingo, 24 de agosto de 2014

Los éxitos de la OTAN en Libia: Islamistas realizan una ejecución pública en un campo de fútbol

Fuente: Elespíadigital


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Islamistas en Libia han intensificado su campaña de intimidación. El llamado 'Consejo de la Shura de la Juventud Islámica' subió a Internet un chocante video de una ejecución pública en un campo de fútbol en la ciudad portuaria oriental de Derna.


"Fue un acto ilegal de una venganza brutal, no justicia (…). Este homicidio expone los mayores temores de los libios que en algunas partes del país se encuentran atrapados entre grupos armados despiadados y un estado fallido", declaró el vicedirector de Amnistía Internacional para Oriente Medio y África del Norte, Hassiba Hadj Sahraoui, comentando lo sucedido. Destacó que en Derna, los residentes no tienen posibilidad alguna de buscar justicia o protección eficaz por los abusos. 

 

La ejecución tuvo lugar el pasado 19 de agosto. La víctima fue un egipcio, Mohamed Ahmed Mohamed. Según el video que la Juventud Islámica, aparentemente procedente de un grupo radical mayor —Ansar al Sharia que en 2012 había protagonizado el ataque sobre la Embajada de EE.UU. en Bengasi— subió a YouTube, Mohamed fue traído al estadio con los ojos vendados y en una camioneta. Una vez fuera, un hombre armado le hace arrodillar y le leen 'la sentencia'. Entregan luego un arma de fuego a otro hombre y este le dispara por la espalda.

El vídeo estaba aquí hasta que YOUTUBE lo ha censurado, como tantos y tantos videos que dejan en evidencia las intervenciones de la OTAN y EEUU


https://www.youtube.com/watch?v=fpMGnX-AVz8





  Desde que la operación militar de la OTAN liderada por EE.UU. acabó con el gobierno de Muammar Gaddafi, el territorio libio quedó dividido entre diferentes grupos rebeldes con quienes el Gobierno central libra una guerra permanente. Los arsenales del país cayeron en manos de los yihadistas y se desperdigaron por todo el norte del continente y Oriente Medio, y con esas armas se han perpetrado numerosos atentados y secuestros masivos en la región. En cuanto a la población local, no deja de sufrir persecuciones por parte de los extremistas, quienes buscan establecer la estricta ley sharia.

viernes, 25 de abril de 2014

Hacia el fin de la propaganda estadounidense

 

La propaganda del Imperio anglosajón nos ha hecho creer que Estados Unidos es «el país de la libertad» y que sus guerras no tienen otro objetivo que la defensa de sus ideales. Pero la crisis ucraniana acaba de modificar las reglas del juego: Washington y sus aliados han perdido el monopolio de la palabra. El gobierno y los medios de prensa de otro gran Estado, Rusia, están rebatiendo abiertamente las mentiras que desde hace un siglo sirvieron de basamento al Imperio anglosajón. En estos tiempos de satélites y de internet, la propaganda anglosajona ya no funciona.  
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Barack Obama sabe hablar. La realidad es que el presidente no escribe sus discursos. Sólo lee los discursos que otros escriben para él… mientras que otros gobiernan por él.
Los gobernantes siempre tratan de convencer de que están haciendo lo correcto porque las multitudes no siguen a alguien a sabiendas de que no tiene la razón. El siglo XX se caracterizó por el surgimiento de nuevos métodos de propagación de ideas que nada tienen que ver con la verdad. Los occidentales afirman que la propaganda moderna comenzó con el ministro nazi Joseph Goebbels. Así tratan de hacer olvidar que el arte de falsear la percepción de las cosas fue desarrollado desde mucho antes por los anglosajones.
 
En 1916, el Reino Unido creó en Londres la Wellington House y más tarde la Crewe House. Simultáneamente, los estadounidenses creaban el Comittee on Public Information (CPI). Partiendo del principio que la Primera Guerra Mundial era un enfrentamiento de masas y no de ejércitos, aquellos organismos trataron de intoxicar a sus propios pueblos, al igual que a los de sus aliados y sus enemigos.

La propaganda moderna comienza con la publicación en Londres del informe Bryce sobre los crímenes de guerra de Alemania, documento que fue traducido a 30 idiomas. Según el informe Bryce, el ejército alemán había violado a miles de mujeres en Bélgica, así que los británicos estaban luchando contra la barbarie. Al terminar la Primera Guerra Mundial se descubrió que todo el informe era una mentira enteramente fabricada con testimonios falsos y con ayuda de varios periodistas.

Mientras tanto, en Estados Unidos George Creel inventó una historia que presentaba la Guerra Mundial como una cruzada de las democracias por una paz que concretaría los derechos de la humanidad.

Los historiadores han demostrado que la Primera Guerra Mundial tuvo causas tan inmediatas como profundas, siendo la más importante de ellas la rivalidad entre las grandes potencias que competían entre sí por extender sus imperios coloniales.

Los burós de propaganda de Estados Unidos y Reino Unido eran organismos secretos que trabajaban para el Estado. Se diferenciaban de la propaganda leninista, que ambicionaba «revelar la verdad» a las masas ignorantes, en que los anglosajones trataban de engañarlas y manipularlas. Y para lograrlo, los organismos estatales anglosajones tenían que actuar a escondidas y usurpando falsas identidades.

Después de la desaparición de la Unión Soviética, Estados Unidos dio menos importancia a la propaganda y optó por la Relaciones Públicas. El objetivo ya no era mentir sino llevar a los periodistas de la mano para que vieran únicamente lo que se les mostraba. Durante la guerra de Kosovo, la OTAN recurrió a Alastair Campbell, un consejero del primer ministro británico, para contarle diariamente a la prensa una historia diferente. Mientras los periodistas se entretenían en reportar las historias de Campbell, la alianza atlántica podía bombardear «en paz». El objetivo no era tanto mentir sino más bien desviar la atención.

Pero lo que se ha dado en llamar story telling [en español, “contar historias”] cobró gran fuerza con el 11 de septiembre de 2001. El objetivo era concentrar la atención del público sobre los atentados de Nueva York y Washington para que no viera el golpe de Estado militar que se produjo aquel mismo día: traspaso de los poderes ejecutivos del presidente George W. Bush a una entidad militar secreta y detención camuflada de todos los miembros del Congreso estadounidense. Aquella operación de intoxicación fue obra de Benjamin Rhodes, actual consejero del hoy presidente Barack Obama.

Durante los siguientes años la Casa Blanca creó un sistema de intoxicación con sus principales aliados (Reino Unido, Canadá, Australia y, claro está, Israel). Esos 4 gobiernos recibían diariamente instrucciones, incluso discursos completamente redactados, enviados por el Buró de Medios Globales para justificar la guerra contra Irak y calumniar a Irán [1].

Desde 1989, Washington se apoyaba en la CNN para divulgar rápidamente sus mentiras. Con el tiempo, Estados Unidos fue creando un cártel de cadenas informativas de televisión vía satélite (Al-Arabiya, Al-Jazeera, BBC, CNN, France24, Sky). En 2011, durante los bombardeos de la OTAN contra Trípoli, la OTAN logró convencer bruscamente a los libios de que habían perdido la guerra y que era inútil proseguir la resistencia.

Sin embargo, en 2012, la OTAN no logró reeditar la maniobra para convencer a los sirios de que el derrocamiento de su gobierno era inevitable. La repetición de aquella maniobra falló porque los sirios habían tenido conocimiento de lo sucedido en Libia, donde las cadenas de televisión internacionales habían manipulado la situación. Sabiendo aquello, el Estado sirio tuvo tiempo de prepararse para contrarrestar la manipulación que se había preparado [2]. Este fracaso marcó el fin de la hegemonía del cártel de «la información».

La actual crisis entre Washington y Moscú sobre la situación en Ucrania ha obligado a la administración Obama a revisar su sistema. Ya Washington no es el único que logra hacerse oír sino que tiene que tratar de rebatir los argumentos del gobierno y los medios de prensa rusos, accesibles en todas partes del mundo a través de transmisiones satelitales y de internet. El secretario de Estado John Kerry ha tenido que nombrar un nuevo secretario adjunto a cargo de la propaganda: el ex redactor jefe de Time Magazine, Richard Stengel [3]. En realidad, Stengel ya estaba en funciones antes del 15 de abril de 2014, fecha en que prestó juramento para el cargo. Pero el 15 de marzo ya había enviado a los principales medios de la prensa atlantistas una «Hoja Informativa» sobre las «10 falsedades» de Vladimir Putin sobre Ucrania [4]. Lo mismo había hecho el 13 de abril, distribuyendo un segundo documento con «otras 10 falsedades» [5].

Lo primero que salta a la vista al leer ese texto es la necedad que lo caracteriza. El texto apunta a validar la historia oficial sobre una revolución en Kiev y a desacreditar el discurso ruso sobre la presencia de nazis en el nuevo gobierno ucraniano, cuando ya se sabe que en Kiev no hubo una revolución sino un golpe de Estado fomentado por la OTAN y ejecutado por Polonia e Israel con una mezcla de recetas para «revoluciones de colores» y «primaveras árabes» [6].

Los periodistas que recibieron las «hoja informativas» del gobierno de Estados Unidos y que se hicieron eco de su contenido también conocen perfectamente el contenido de la conversación telefónica de la secretaria de Estado adjunta Victoria Nuland sobre cómo Washington iba a cambiar el régimen en Ucrania –en detrimento de la Unión Europea– y la del ministro estoniano de Relaciones Exteriores Urmas Paets sobre la verdadera identidad de los francotiradores de la plaza Maidan. Y también habían tenido conocimiento anteriormente de las revelaciones del semanario polaco Nie sobre el entrenamiento de los cabecillas nazis en la Academia de Policía de Polonia, 2 meses antes de los hechos de la plaza Maidan. En cuanto a negar la presencia de nazis en el nuevo gobierno ucraniano, es como decir que el sol sale de noche. No hace falta ir a Kiev para comprobarlo, basta con leer los escritos de los actuales ministros y escuchar sus declaraciones [7].

A fin de cuentas, si bien todos los argumentos que Washington se toma el trabajo de enviar por escrito a las redacciones permiten crear la ilusión de que existe un consenso de la gran prensa atlantista, el hecho es que no tienen la menor posibilidad de llegar a convencer a los ciudadanos mínimamente curiosos. Por el contrario, es tan fácil descubrir el engaño navegando un poco por internet que ese tipo de manipulación no logrará otra cosa que reducir aún más la credibilidad de Washington.

El 11 de septiembre de 2001, el unanimismo de la prensa atlantista permitió convencer a la opinión pública internacional. Pero el trabajo que numerosos periodistas y ciudadanos –entre los que tengo el honor de contarme– han venido realizando desde entonces ha demostrado la imposibilidad material de lo que se afirma en la versión oficial. Trece años después de los hechos, cientos de millones de personas han tomado conciencia de aquellas mentiras. Y serán cada vez más numerosas… gracias al nuevo dispositivo estadounidense de propaganda. El resultado final es que quienes se hacen eco de la propaganda de la Casa Blanca, principalmente los gobiernos y los medios de prensa de la OTAN, están destruyendo su propia credibilidad.

Barack Obama y Benjamin Rhodes, John Kerry y Richard Stengel trabajan solamente para el corto plazo. Su propaganda sólo convence a los pueblos por espacio de algunas semanas. Pero los indignan cuando descubren la manipulación. Estos personajes están socavando involuntariamente la credibilidad de las instituciones de los Estados de la OTAN que se hacen eco de su propaganda conscientemente. Han olvidado que la propaganda del siglo XX funcionaba únicamente porque el mundo estaba dividido en dos bloques que no comunicaban entre sí y que el monolitismo al que hoy aspiran es incompatible con los nuevos medios de comunicación.

Aunque no ha terminado todavía, la crisis de Ucrania ya ha cambiado profundamente el mundo. Al contradecir públicamente al presidente de Estados Unidos, Vladimir Putin ha dado un paso que en lo adelanto impide el éxito de la propaganda estadounidense.

[1] «Un réseau militaire d’intoxication», Réseau Voltaire, 8 de diciembre de 2003.
[2] «La OTAN prepara la mayor operación de intoxicación de la Historia», por Thierry Meyssan, Komsomolskaya Pravda, Red Voltaire, 12 de junio de 2012.
[3] «El redactor jefe de Time Magazine, nombrado nuevo jefe de la propaganda estadounidense», Red Voltaire, 16 de abril de 2014.
[4] «Hoja Informativa del Departamento de Estado: 10 falsedades que Rusia alega sobre Ucrania», Red Voltaire, 5 de marzo de 2014.
[5] «Hoja del Departamento de Estado sobre alegaciones de Rusia contra Ucrania», Red Voltaire, 13 de abril de 2014.
[6] «Ucrania: Polonia entrenó a los gopistas 2 meses antes de Maidan», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 18 de abril de 2014.
[7] «¿Quiénes son los nazis en el gobierno ucraniano?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 3 de marzo de 2014.

 

viernes, 1 de noviembre de 2013

Siria, atacada por la chusma

Me deja estupefacto que esto se publique en el ABC. No tiene desperdicio.
 
Fuente: ABC
 
JUAN MANUEL DE PRADA
La intervención en Siria es un subterfugio para desestabilizar aún más la zona y justificar una ofensiva contra Irán
 
EMPECEMOS por aclarar que en Siria no hay ninguna guerra civil. Los llamados «rebeldes sirios» no reclaman reformas ni acaudillan ninguna «revolución popular». Los llamados «rebeldes sirios» no son sino mercenarios y terroristas reclutados en los parajes más variopintos del atlas, financiados desde Qatar o Arabia Saudita y con frecuencia adiestrados por los propios Estados Unidos, que les llevan prestando apoyo logístico –al igual que Israel– desde que comenzara el conflicto. Enfrente de ellos se halla un régimen de corte dictatorial que, al igual que ocurría con Sadam Husein en Irak o con Gadafi en Libia, se distingue por ejercer la tolerancia con las comunidades cristianas y por defender los barrios en los que se asientan de los sanguinarios ataques de los «rebeldes», que no pierden ocasión de cometer las atrocidades más espeluznantes contra los cristianos. Si esta chusma no hubiese recibido incesantes refuerzos, financiación y suministros de armas desde el exterior, la guerra en Siria habría sido atajada hace tiempo.
 
Como los Estados Unidos no pueden proclamar sin ambages que apoyan el terrorismo en Siria justifican ahora su ataque alegando que el régimen de Assad ha utilizado armas químicas. ¿Quién puede tragarse semejante superchería? El ataque con armas químicas ocurrió en Guta, el suburbio oriental de Damasco, donde Assad mantiene reñida disputa contra los terroristas financiados desde el exterior. Resulta muy difícilmente concebible que se empleen armas químicas allá donde se mantienen concentradas tropas; y resulta directamente rocambolesco que, además, se empleen mientras los inspectores de armas de la ONU se hallan en el país. Las armas químicas, evidentemente, han sido empleadas por la chusma a la que apoya Estados Unidos. Y el intento de justificar tan burdamente la intervención se incorpora así al repertorio de engañifas fabricadas por los Estados Unidos en su afán imperialista, iniciado con la voladura del Maine.
 
La intervención en Siria fue diseñada hace mucho tiempo, a modo de prólogo al ataque a Irán, que es la pieza que en última instancia se pretende abatir. Las razones que se alegaban para justificarla eran, sin embargo, tan inconsistentes y la calaña de la chusma que combate a Assad tan repugnante que tal intervención se había tenido que aplazar. Pero el peligro de colapso inminente del dólar ha exigido urdir ahora esta engañifa tan burda. Por aceptar euros a cambio de petróleo fue derrocado Sadam Husein; por pretender crear una divisa africana fundada en el patrón oro –el dinar– fue liquidado Gadafi; por pretender desligar las ventas de su petróleo del dólar, Irán se ha convertido en la bicha de los americanos. El problema de fondo es que el dólar, la moneda de reserva mundial desde Bretton-Woods, está cada vez más desprestigiada; con una deuda pública mayor que todos los países de la Unión Europea juntos, cada dólar que imprime Estados Unidos es, a estas alturas, papel mojado. El colapso del dólar sólo se podrá dilatar mientras se mantenga como divisa de las transacciones internacionales de petróleo; en cuanto un grupo de países empezase a comerciar en otra divisa, Estados Unidos iría a la bancarrota. La intervención en Siria es tan sólo un subterfugio para desestabilizar aún más la zona y justificar una ofensiva contra Irán.
 
«Otra vez millares de víctimas serán sacrificadas sobre el altar de una imaginaria democracia», acaba de denunciar paladinamente el Patriarcado de Moscú. Estamos en manos de una chusma dispuesta a todo con tal de mantener su supremacía.
 
 

viernes, 11 de octubre de 2013

Secuestro del primer ministro libio Ali Zeidan

 
Fuente: Voltairenet
Un grupo armado secuestró al primer ministro libio, Ali Zeidan [a la izquierda en la foto], en Trípoli el 10 de octubre de 2013, en el hotel Corinthia, donde reside desde que regresó a Libia.
 
El ex diplomático libio Ali Zeidan había desertado en los años 1980. El 7 de octubre de 1981 fundó en Khartum el Frente Nacional de Salvación de Libia, junto al actual jefe de Estado Mohamed Magariaf. Esa formación, que es sólo una fachada de la Hermandad Musulmana, organizó varios intentos de golpes de Estado –como el del 8 de mayo de 1984– financiados por Arabia Saudita y Estados Unidos. Con sus sucesivas intentonas golpistas el Frente Nacional de Salvación de Libia mató en realidad muchos más libios que el régimen de Muammar el-Kadhafi en su 41 años de gobierno.
 
Refugiado en Suiza, Ali Zeidan estuvo además entre los fundadores de la Liga Libia de Derechos Humanos. En 2011, esa estructura presentó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra, un informe falso donde acusaba a Muammar el-Kadhafi de haber asesinado a más de 6 000 opositores. Fue en base a ese falso informe que el Consejo de Derechos Humanos puso «el caso de Libia» en manos del Consejo de Seguridad de la ONU, que a su vez dio a la OTAN la misión de imponer una zona de exclusión aérea sobre el territorio libio para proteger a la población de la represión [1]. Y lo que hizo la OTAN fue derrocar el régimen. Mohamed Magariaf se convirtió entonces en presidente y Ali Zeidan en primer ministro.
 
Durante la guerra contra Libia, Ali Zeidan fue uno de los miembros más influyentes del Consejo Nacional de Transición (CNT), reconocido como único representante del pueblo libio por los mismos países que desataron la guerra contra Libia. Sin embargo, según un documento presentado por Estados Unidos al Comité de Sanciones de la ONU y revelado por la Red Voltaire, el CNT era financiado en secreto por el Libyan Information Exchange Mechanism (LIEM), un órgano informal creado en Nápoles únicamente por Estados Unidos [2].
 
En resumen, el señor Zeidan es un miembro de la Hermandad Musulmana y fue pagado por Estados Unidos para engañar a la comunidad internacional y ayudar a la OTAN a derrocar el régimen de Muammar el-Kadhafi.
 
El secuestro de Aliz Zeidan parece ser una respuesta de al-Qaeda al reciente secuestro –también en Trípoli– de Abu Anas al-Libi por un comando estadounidense [3].
[1] Entrevistado en Ginebra por la Red Voltaire, el secretario general de la Liga Libia de Derechos Humanos, Silman Buchuiguir, reconoció ante una cámara la manipulación de aquel informe. Esa entrevista, realizada por Julien Teil, aparece en su film La Guerre humanitaire en Libye.
[2] «Washington trató de robarse 1 500 millones de dólares para pagar a sus asalariados del CNT», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de octubre de 2013.
[3] «Estados Unidos secuestra uno de sus ex agentes en Libia», Red Voltaire, 8 de octubre de 2013.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Estados Unidos secuestra uno de sus ex agentes en Libia

Fuente: Voltairenet 
 
El presidente Barack Obama ordenó el secuestro de Nazih Abd al-Hamid al Ruqhay, más conocido como Abu Anas al-Libi. Un comando Delta Force logró secuestrarlo, sin dejar víctimas, el 6 de octubre de 2013 en Trípoli, la capital libia, en lo que constituye una violación flagrante del derecho internacional y de la soberanía de Libia.
 
Después de unirse a Osama ben Laden en Sudán, el yihadista Abu Anas al-Libi participó en 1995 en un intento abortado de asesinato contra el presidente egipcio Hosni Mubarak. Posteriormente se refugió en Doha, la capital de Qatar.
 
En 1996, los servicios secretos británicos –tanto el MI5 como el MI6– financian un grupo de al-Qaeda para que asesinara al líder libio Muammar el-Kadhafi. Anas al-Libi hace de intermediario en la transacción obteniendo así asilo político en el Reino Unido y se instala en Manchester hasta el año 2000, cuando es condenado en ausencia por un tribunal estadounidense.
 
En 2000, Anas al-Libi fue acusado ante un tribunal del distrito sur de Nueva York de haber realizado en 1993 las fotos que sirvieron para planificae los atentados cometidos 5 años después contra las embajadas de Estados Unidos en Dar es-Salam y Nairobi (7 de agosto de 1998, 214 muertos entre los que se encontraban 12 estadounidenses y más de 5 000 heridos no estadounidenses). En octubre de 2001, al-Libi es incorporado a la lista de sospechosos más buscados del FBI con una recompensa de 5 millones de dólares por su captura.
 
Diversas fuentes aseguran que al-Libi estuvo detenido en Irán de 2003 a 2010, año de su regreso a Libia. Pero el 6 de junio de 2007 Amnesty International denuncia que al-Libi está en realidad detenido en una cárcel secreta de la CIA [1].
 
En diciembre de 2010, el representante de Libia ante la ONU indica que al-Libi y su familia están de regreso en su país como resultado de una paz negociada por Saif al-Islam Kadhafi bajo control de Estados Unidos. Sin embargo, junto a otros miembros de al-Qaeda y bajo el mando de Abdelhakim Belhaj [2], al-Libi participa –a partir de febrero de 2011, o sea sólo 3 meses después– en las operaciones de la OTAN contra Libia que conducen al derrocamiento de la Yamahiria y al linchamiento de Muammar el-Kadhafi. En represalia, los nacionalistas asesinan a uno de los hijos de al-Libi en octubre de 2011.
 
Después de ser secuestrado en Trípoli por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, el 6 de octubre de 2013, Abu Anas al-Libi fue trasladado al navío estadounidense USS San Antonio, actualmente en el Mediterráneo, y supuestamente será entregado a la justicia de Estados Unidos.
 
El USS San Antonio es un navío de desembarco, transformado por la US Navy en cárcel secreta de la CIA, donde los detenidos son torturados conforme a un programa basado en las técnicas del Dr. Martin Seligman [3] cuyo objetivo no es la obtención de información sino el acondicionamiento de las víctimas.
 
Oficialmente, el presidente Barack Obama había ordenado el cierre de las cárceles secretas de la CIA y había prohibido además el uso de la tortura.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Preparativos de guerra regional

 
Si bien bombardear Siria no corresponde con ningún objetivo estratégico estatal de Estados Unidos ni de Francia, ambos países se preparan para hacerlo. Rusia y el Eje de la Resistencia preparan por lo tanto la respuesta. La principal dificultad consiste en transformar la agresión en una guerra regional sin que esta última llegue a convertirse en la Tercera (¿y última?) Guerra Mundial. En todo caso, los occidentales –si entran en guerra– tendrán que asumir un conflicto de amplio alcance y de larga duración, algo que no han visto desde los tiempos de la guerra de Vietnam.
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Si Estados Unidos llegara a atacar Siria, no sería para «castigar al régimen» por un crimen que este no ha cometido sino para derrocarlo, como se hizo en Libia. Esa guerra sólo tendría sentido si llegara hasta sus últimas consecuencias ya que su único objetivo sería mantener a Estados Unidos en su posición de hiperpotencia y demostrar que ese país puede darse el lujo de destruir a quien le parece sin importarle la Carta de las Naciones Unidas.
 
El objetivo, con esa perspectiva, sería reeditar la operación ya realizada contra Libia: navíos y aviones de guerra bombardearían de conjunto todo el dispositivo político y militar sirio hasta acabar con él. Y después una columna de cientos de blindados sauditas conducidos por «opositores sirios» recientemente reclutados en los campamentos de refugiados ocuparía la capital. El bombardeo desde los destructores posicionados en el Mediterráneo puede resultar imposible debido a la presencia de la flota rusa a lo largo del litoral. Los misiles Tomahawks tendrían que pasar por encima de los navíos de la flota rusa sin que esta sintiese en peligro y esta tendría además que dejarlos pasar. El Pentágono podría decidir por lo tanto disparar desde la agrupación naval encabezada por el portaaviones USS Nimitz, agrupación que se halla en el Mar Rojo y cuyos misiles tendrían que sobrevolar los territorios de Arabia Saudita y Jordania. De hecho, se trataría entonces de un acto de guerra de parte de Arabia Saudita y de Jordania, lo cual les valdría ser blanco de la ulterior respuesta del Eje de la Resistencia. Y esa respuesta llegaría de inmediato en forma de levantamientos populares. Estados Unidos pudiera recurrir también a su aviación, bajo las mismas condiciones que para el disparo de misiles desde el Mar Rojo. Pero correría entonces el riesgo de perder hombres y aviones ante la defensa antiaérea siria.
 
Después de la destrucción de Siria, cientos de blindados sauditas, actualmente estacionados en Jordania, correrían a «liberar» las ruinas de la capital. Es para eso que el ministro de Defensa adjunto de Arabia Saudita ha venido reclutando sirios en los campamentos de refugiados, con la intención de que algunos de sus tanques sean piloteados por «revolucionarios sirios».
 
Estados Unidos pediría a sus aliados que participaran en el bombardeo aéreo. Es para eso que Francia ya posicionó varios aviones y envió a Jordania varias unidades de la Legión Extranjera.
 
Este plan parte de dos premisas: No habrá intervención directa de Rusia y la respuesta del Eje de la Resistencia tardará tanto que no influirá en el curso de los acontecimientos. Pero de no cumplirse esas dos premisas, la guerra se extendería de inmediato por toda la región y podría incluso convertirse en Tercera Guerra Mundial.
 
En el otro bando, Rusia e Irán quieren evitar la confrontación con Estados Unidos, pero se mantienen listos a enfrentarlo. El plan ruso consiste en respaldar al Eje de la Resistencia para que sus componentes no estatales y la propia Siria logren infligir importantes pérdidas a los agresores. Para lograrlo, el Estado Mayor ruso ha creado un grupo de enlace con Siria, Irán, el Hezbollah y otros «puestos avanzados» iraníes. Irán trataría de no entrar en guerra desde el comienzo y para ello recurriría primero a sus «puestos avanzados».
 
Rusia parece contraria a una respuesta contra Israel, donde hay un millón de ex soviéticos. En cambio no tendría problemas en apoyar una revolución en Arabia Saudita y en Jordania. Pero no sería esa la parte fundamental de la respuesta sino la realización de ataques de los grupos no estatales contra los intereses de Estados Unidos en toda la región, incluyendo las bases militares estadounidenses. Y no se excluye la posibilidad de atacar también intereses de Estados Unidos y Francia en territorio de ambos países.
 
Con esa perspectiva, Irán ha prohibido por el momento toda provocación. Fue anulada, por ejemplo, la cumbre de intelectuales antiimperialistas del mundo entero que debía celebrarse en Teherán. Pero, al mismo tiempo, sus fuerzas armadas se preparan para un choque regional. Los Guardianes de la Revolución han enviado instructores a todos sus «puestos avanzados». En Líbano, ya es evidente que el Hezbollah ha movilizado a sus combatientes. Las localidades del sur de ese país se han vaciado de jóvenes en edad de participar en los combates, los mismos que ahora se mantienen dispuestos a entrar en acción.

domingo, 1 de septiembre de 2013

La incitación a la violencia de los medios de comunicación: de Yugoslavia a Siria.

Fuente: ¿Es posible la paz?

"Golpearle duro", dice The Economist. (1)
Pongan a George Bush, a Blair, a Cameron o a Obama en esa portada con sus muertos reales y digan lo mismo. ¿Se aceptaría?
La diferencia está en que contra Bashar al Assad no hay ninguna evidencia de crímenes que se le puedan imputar, incluidas las armas químicas, donde todas las evidencias indican un claro montaje para acusar de los crímenes propios de los terroristas al gobierno sirio: La matanza en Siria y la irresponsabilidad en los medios de comunicación


Quizás deberíamos recordar que es un crimen pedir la agresión. Defendiendo un ataque militar basado en la especulación no es defenderse de un ataque armado, y sin la autorización del Consejo de Seguridad, el uso de la fuerza debería ser ilegal. 
Si el sistema judicial internacional fuese justo e imparcial entonces los editores de The Economist posiblemente serían sometidos a juicio. (1)

No solo los de The Economist, sino la práctica totalidad de los medios corporativos.
En el mundo "libre" en que vivimos en occidente ya no vemos como una anormalidad que desde un periódico, una televisión o una radio se incite a la violencia, a la agresión directa contra incluso todo un país. Esto nos demuestra que nuestros medios de comunicación y nuestro mundo "libre", nuestras "democracias", hacen aguas por todos lados. Los primeros por amorales y también por complicidad criminal, el segundo y segunda, nuestro "mundo libre" o nuestra "democracia", por no actuar en consecuencia y perseguir y castigar estos delitos.




Los fanáticos extremistas islámicos a sueldo de los gobiernos y corporaciones occidentales, que han actuado tanto en Yugoslavia (en Bosnia), como en Irak, Libia o Siria, son calificados por los medios de comunicación como "luchadores por la libertad". Aunque en realidad sean simple y llanamente terroristas, y lo que hacen los medios es apología de ese terrorismo.
 
 

Yugoslavia:
En el caso del ataque occidental a Yugoslavia, y en su asalto final sobre Serbia, los medios de comunicación mostraron otra vez su siniestro rostro, falsificando los hechos e induciendo y llamando a la agresión militar:

Los medios de comunicación querían dar otra versión para alentar el ataque de la OTAN, que se produciría a finales de marzo de 1999. Por ejemplo, un editorial de The Guardian del 26 de marzo de 1999 hablaba de la guerra como "un reto para nuestra generación";. El Mirror lo expresaba así: "Ecos del holocausto"; yThe Sun pedía "pulverizarlos (a los serbios) con un bombardeo masivo", la BBC, incluso en el año 2002, mostraba en enero un programa,  Descubierto, en el que celebraba la jornada de Conmemoración del Holocausto, haciendo referencia a un supuesto holocausto imaginario provocado por los serbios. En el New York Times Tomas Friedman, el 23 de abril de 1999, en un artículo titulado sin ambigüedades como: "déjense de milongas", hablaba de "limpieza étnica"; causada por los serbios a los que había que castigar, pidiendo  que "todas las centrales eléctricas, las conducciones de agua, los puentes, las carreteras"; deberían convertirse en objetivo de la OTAN.(6) Y eso es lo que hizo la OTAN a partir del 24 de marzo de 1999, bombardear sistemáticamente un país como Serbia durante setenta y ocho días, matando al menos durante esos días a dos mil civiles, las secuelas, por el propio cáncer producido con el uranino lanzado,  originarían bastantes más muertes; y destruyendo sus infraestructuras, industria, escuelas, hospitales, instalaciones agrícolas, etc., además de contaminar el suelo, agua y cultivos con uranio y otros productos tóxicos lanzados. Toda esta barbarie fue posible una vez más gracias a la campaña de odio y mentiras sembradas por los medios corporativos. 

Los efectos del bombardeo fueron también obviados por las televisiones y la prensa, de hecho los utilizaron como argumento a favor de los ataques de la OTAN, al haber gran número de refugiados albanokosovares que huían.



Irak:
En Irak el desprecio por las matanzas y por la destrucción del país debida a los bombardeos externos fue absoluto.

Los periódicos, tanto los considerados de izquierda como los de derecha, ensalzaban a un nuevo héroe de guerra. Muere el general Schwarzkopf, el héroe de la Primera Guerra del Golfo, rezaba el titular del diario madrileño ABC.(2) El País, ese mismo día, el 28 de diciembre de 2012, (3) lo mostraba como el artífice de una de las mayores victorias de la historia militar norteamericana. También comentaba que: 
La primera Guerra del Golfo la decidieron una serie de operaciones aéreas que debilitaron notablemente al enemigo iraquí, con un número muy reducido de bajas entre las filas aliadas. Sólo murieron en operaciones directas de combate 147 soldados. 
Ni una sola mención a los miles y miles de iraquíes que fueron muertos, asesinados, en aquella guerra, ninguna mención a la destrucción prácticamente completa de las infraestructuras del país: red eléctrica, agua, agricultura, comunicaciones, industria... Ninguna mención que aquello, junto a las sanciones que vinieron después, provocaron hasta más de un millón de muertos de acuerdo a las investigaciones de Lancet, en su mayorías niños, los más  débiles, los que no preocupan a la prensa, a la prensa que dirige el poder económico.De Los héroes de la guerra

Libia:
En Libia repetirían un guion similar a los que hicieron en Yugoslavia y, como allí, indignaban y calentaban los ánimos de la gente con grandes falsedades para justificar la "necesidad" de una "intervención" (bombardeo indiscriminado) contra todo un país y su población.

El País el 21 de febrero decía: “Varios testigos han relatado la participación en los ataques de la aviación, que ha abierto fuego real contra la multitud”143, pero pese a que el mismo diario dice que no puede confirmar de forma independiente las afirmaciones pone el titular: “Gadafi saca los bombarderos para reprimir la revuelta”, y añade:

"Lo que estamos presenciando hoy es inimaginable. Aviones y helicópteros militares están bombardeando un barrio tras otro", ha asegurado Adel Mohamed Saleh, un hombre que se declara activista anti-Gadafi. Según Saleh, contactado telefónicamente por Reuters, los bombardeos se suceden "cada 20 minutos" y están produciendo "muchísimos muertos" (al menos han fallecido ya 250 personas, según la cadena catarí Al Yazira).143

Y cita a organizaciones de derechos humanos como fuentes de la veracidad de la supuesta matanza contra los civiles:
Las organizaciones de derechos humanos Human Rights Watch y Amnistía Internacional están actuando de portavoz de lo que ocurre en el país, bajo un régimen dictatorial desde hace 42 años. HRW maneja la única cifra con cierta vitola de oficialidad: 233 muertos y un millar de heridos. Pero la cifra podría ser más alta. Fuentes de un hospital de Bengasi han asegurado a Reuters que, sólo en ese centro sanitario, son más de 300 los fallecidos y la FIDH ha dicho que la cifra de muertos se sitúa entre los 300 y los 400.


Cómo no, las organizaciones "humanitarias" colaborando en esta barbarie se ha convertido en práctica habitual. Ver este enlace: Amnistía Internacional, su actuación en la guerra de agresión sobre Libia.
Libia la convirtieron en un lugar donde el poder fue entregado a la misma Al Qaeda, que permite el robo y pillaje del país y lo somete mediante la violencia y el terror. Ver: Libia, cuando empezaron sus problemas y Al Qaeda se hizo con el poder gracias a la ayuda occidental.

Siria:
Y, ¿en Siria? Lo mismo de lo mismo.
Tenemos a medios como El País apoyando a los escuadrones de la muerte de extremistas islámicos que asolan Siria y pidiendo la "intervención exterior".
...vean la falsificación y el apoyo a estos extremistas islámicos y a la agresión militar externa que hacía el periódico corporativo El País en su editorial del 3 de agosto de 2012: La batalla por Alepo.
Las dimensiones de la guerra civil siria y su insoportable asimetría hacen inaplazable una intervención exterior que vaya más allá del envío de armas a los rebeldes por Turquía y Catar o de la ayuda menor de la CIA autorizada por un ambiguo Obama. Como toda fuerza de origen popular, los insurgentes sirios, pese a su arrojo, carecen del armamento y la disciplina necesarios para derrotar a un Ejército pertrechado y con licencia para aniquilar a sus compatriotas. La parálisis occidental, alimentada por los riesgos a corto plazo, ha acentuado las dimensiones del horror. Estados Unidos en particular, tras casi un año de estériles iniciativas diplomáticas, certificadas ayer con la renuncia de Kofi Annan, debe ponerse al frente de ese esfuerzo y establecer una cooperación formal con el Ejército Libre de Siria.De Las revueltas en Siria no son ni fueron una rebelión popular ni pacífica

Y, qué decir de estos medios de comunicación ante su indiferencia hacia el sufrimiento de las víctimas por atentados terroristas, además de la justificación encubierta y no tan encubierta de tales atentados, junto a apodar como rebeldes a verdaderos asesinos despiadados a sueldo.

Las imágenes del atentado terrorista el 21 de febrero de 2013 en Damasco son claras, sin engaños, expresan la muerte de seguramente más de sesenta personas y múltiples heridos en otro atentado terrorista de los extremistas islámicos financiados y armados desde el exterior, por las potencias occidentales y las dictaduras del golfo: Catar y Arabia Saudí. (1), (4)
Sin embargo, los medios de comunicación corporativos no hablan de un brutal atentado terrorista, del horror desatado, de los fanáticos que lo hicieron. ¿Se imaginan si esto lo hubiese cometido una organización palestina en Israel o una organización vasca en  España? No ha sido así y por eso el discurso "periodístico" es muy diferente. Esto dice ABC:

"También resultó herido, pero de carácter leve, el secretario general del Frente Democrático para la Liberación de Palestina, Nayef Hawatmeh, que respalda al régimen sirio, según fuentes de este movimiento.

El estallido del coche bomba produjo, además, grandes daños materiales y decenas de vehículos aparcados en las proximidades quedaron calcinados. La agencia oficial de noticias Sana atribuyó la acción a grupos «terroristas», expresión con la que las autoridades sirias denominan a los rebeldes que combaten contra el régimen que preside Bachar al Asad." (2)
Nada de una condena clara ni de llamar por su nombre al terrorismo, ni de quién está detrás de todo esto. Además se habla de personas que han sido heridas que respaldaban al "régimen",  esto parece un justificativo, ¿no? Y vean lo que dicen sobre los terroristas islámicos: 
"expresión con la que las autoridades sirias denominan a los rebeldes que combaten contra el régimen que preside Bachar al Asad."
Piensen esto en un atentado como los que he comentado y que se dijese que había heridos que estaban vinculados al  régimen israelí o al régimen español, además de no considerarlos terroristas sino rebeldes. El medio de comunicación que haría esto sería perseguido judicialmente y políticamente.
Esto hacía ABC, pero El País seguía una línea paralela, vean lo que decía de  estos terroristas realmente desalmados, porque solo buscan la mayor destrucción posible e instaurar un régimen islámico de intolerancia y terror:
"Aunque los rebeldes, levantados en armas desde 2011, han efectuado numerosas incursiones en Damasco en los pasados meses, en pocas ocasiones le han asestado un golpe tan duro al corazón del régimen, en el centro mismo del bastión en el que resisten El Asad y su Gobierno".(3) 




Notas:
(1) Michael M´Gehee. The Economist on Syria´s Assad: "Hit him hard". Truth Addict, 29.8.13.
Tweets por @Nonius451