domingo, 27 de mayo de 2012

Un sindiós, por Juan José Millás


Desde que los ministros de Rajoy, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar didácticamente los porqués de la demolición del Estado, entendemos las cosas mucho mejor. He aquí un resumen, claro como el agua, de sus argumentos: Se pone precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes laborales para salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al jubilado y al enfermo para proteger a los colectivos más vulnerables. En cuanto a la educación, ponemos las tasas universitarias por las nubes para defender la igualdad de oportunidades y estimulamos su privatización para que continúe siendo pública. No es todo, ya que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los delincuentes grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos cuatro años en la cárcel al que rompa una farola. Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, sí, pero al modo de los novelistas: para que la verdad resplandezca. Dentro de esta lógica implacable, huimos de los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de preguntas para responder a todo. Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrá en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder soberanía. A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan con más retraso para que lleguen puntuales. Convencidos de que el derecho a la información es sagrado en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al asalto para mantener la pluralidad informativa. A nadie extrañe que para garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades.




Goebbles, maestro de la mentira en Alemania, años 30

1 comentario:

  1. Se podría añadir: “Vamos a empeñar al pueblo para ayudar al sistema financiero y así crear una economía sostenible”.
    En un artículo de Roberto Centeno que viene en El Confidencial pone: “La última de Guindos ha sido de vergüenza ajena: primero dice que Bankia no necesitará ayudas públicas, sólo los 4.500 millones del FROB; dos días después, que necesita 7.000 millones más; tres días más y la cifra sube a 15.000; un día más y 19.000 millones más. Al sumar los 4.500, nos da el total de 23.500 millones. Y, al parecer, 5.000 de más para dar beneficios cuanto antes y hacer que Goiri parezca un genio, aunque los accionistas y bonistas cuya participación se ha diluido perderán casi todo. Si alguien piensa todavía que esto es un gobierno, que vaya al psiquiatra”.
    Resulta también llamativo en estos días (ya fuera de nuestras fronteras) la intervención de 23 millones de € en circulante de la IOR (Banco Vaticano). JP Morgan Chase informó al IOR que el motivo del cierre era que la filial del banco en Milán creía que no había brindado información suficiente sobre transferencias de dinero.
    Por la IOR circula mayoritariamente dinero aportado por las distintas diócesis católicas diseminadas por todo el mundo (el óvolo de S. Pedro, donaciones, donativos, etc.), dinero se cargaba en cualquier banco para su transferencia al IOR y tal como se está poniendo los controles es de dificilísimo (por no decir imposible) cumplimiento. Si tu das 1 € a una persona sin techo en la entrada del metro no pasa nada, pero si te toca una loto y en un acto de solidaridad ejemplar le das a la misma persona 200.000 € y por transferencia bancaria para que se compre una vivienda ya veríamos que rápido entra en acción la Agencia Tributaria, Ayuntamiento, etc. Esa es parte del problema. El otro problema en el caso de la IOR es el origen del dinero (los benefactores, parroquias, etc.). Lo que no se comenta nada es con respecto al movimiento del ingreso de 1.500 millones de € por parte de PJ Morgan Chase al IOR a lo largo de 18 meses y posterior retirada de dichos fondos en un plazo de 2 semanas (fue en Marzo de este año). No hace falta tener mucha imaginación, ni ser banquero, para saber el daño que se puede causar en un banco pequeño como es el IOR le retiren esta cantidad de dinero en tan breve tiempo. Es decir, acoso y derribo en toda regla contra la IOR.
    Al final son siempre los mismos: PJ Morgan, Goldman Sachs, etc.

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