Veintinueve hombres asesinados por mujeres: nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto
El Día Internacional contra la Violencia de Género se basa en una gran mentira. En creer que sólo las mujeres mueren a manos de hombres. Decenas de varones son asesinados cada año pero el Gobierno lo oculta.
Porque, efectivamente, nadie habla de ellos. Ni el Ministerio del Interior, ni la Fiscalía, ni ninguna otra instancia oficial. ¿Por qué? ¿Es que no son tan víctimas como las mujeres? ¿O es que al final, resulta que la violencia tiene género, en contra de los esloganes oficiales?
Los hechos son los hechos, pero la Ideología de Género –presente en la Administración y en la Justicia- se encarga de falsearlos.
La consigna es hacer creer que la mujer es la gran víctima y el varón el gran culpable. Y si no es así o no es del todo así, se ocultan las cifras de varones asesinados y asunto concluido.
Eso es exactamente lo que ocurre en España desde que el Ministerio de Igualdad del Gobierno Zapatero, dirigido por Bibiana Aído, sacó adelante la Ley de Violencia de Género (2004).
Desde entonces, se ocultan los datos de todas aquellas violencias cuyo maltratador no sea un hombre y su víctima una mujer. Las ocultaba el Gobierno Zapatero y las oculta el Gobierno Rajoy que, no se olvide, sigue teniendo un Ministerio de Igualdad (Sanidad y Servicios Sociales, dirigido por Alfonso Alonso).
No ofrece datos sobre varones asesinados ni ese Ministerio, ni el de Interior, ni la Fiscalía… con lo cual no queda constancia oficial para la posteridad de que existe violencia feminista, con resultado de muerte. Y la percepción social que dejan esas estadísticas falseadas es que la violencia es exclusivamente machista.
Lo veremos con un ejemplo concreto y cercano.
Año 2015. Han perdido la vida a manos de hombres 48 mujeres en lo que llevamos de año. Así consta en las estadísticas del Ministerio de Igualdad y Sanidad. Pero si buscamos la cifra de varones asesinados por mujeres en ese mismo Ministerio nos cansaremos en vano.
¿Es que no ha habido ni un sólo muerto a manos de mujeres? Si nos regimos por las cifras del Gobierno no. Tendremos que acudir a los medios de comunicación para descubrir que sí los hay.
Recopilando datos desde enero hasta el 25 noviembre, esa cifra asciende a 29, el último, un hombre de 71 años asesinado a martillazos por su mujer en Sevilla, esta misma semana.
El problema es que ninguno de esos asesinatos tienen consideración de violencia de género y por lo tanto no constan, es decir es como si no existieran.
Lo dice muy claro la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, según la cual violencia de género es sólo “aquella que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión”.
Cuando se redactó la ley, a instancias del presidente Zapatero y la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, la Real Academia de la Lengua recomendó hablar de ‘violencia de doméstica’ y no de ‘violencia de género’. La docta casa explicaba que la voz “género” no era sino una traducción del inglés “gender”, difundida por el lobby feminista tras la Conferencia de Pekín sobre la Mujer.
Gender es la palabra-mantra de la Ideología de Género. Es una construcción cultural, aquello que cada persona puede elegir independientemente de su sexo biológico. Y a través de las agendas políticas y de las legislaciones de Occidente se ha conseguido que se identifique con la mujer oprimida o agredida por el varón.
Pero no se concibe la otra violencia, la violencia de la mujer hacia el hombre, y no hablamos sólo de la psicológica, que también, sino de la física: la prueba es la casi treintena de asesinatos de 2015.
No quiere esto decir que no exista violencia machista, y que la cifra de mujeres asesinada supere a la de hombres. Eso es una triste realidad. Lo que quiere decir es que -aunque menor en número- también hay una cifra apreciable de varones asesinados, pero las autoridades están empeñadas en ocultarla.
Igual que ocultan la cifra de niños asesinados. Desde 2009 no se da la cifra de infantes muertos en el ámbito de la familia o se dan únicamente de niños muertos por asesinato múltiple, es decir sólo los casos en los que también muere la madre (otra vez el género).
Los anuarios estadísticos del Ministerio del Interior no ofrecen datos de menores muertos, solo cifras de mayores de edad.
La única forma de recabar datos sobre niños y ancianos asesinados por mujeres es recurrir a la prensa, ante el mutismo que sobre este asunto guarda el Ministerio del Interior y de la Fiscalía.
Tampoco ellos entran en la consideración de violencia de género y por lo tanto no existen como víctimas. Tampoco hablarán de ellos cuando hayan muerto. Porque según la ideología de género, imperante en la agenda política -gobierne el PP o el PSOE- la violencia sólo tiene una víctima: la mujer, y un verdugo, el varón.
Lo acaba de definir, ex catedra, la alcadesa Manuela Carmena: la violencia de género es producto de “un enfrentamiento puro entre la cultura tradicional masculina de la violencia y la femenina, que es la vida”.
‘Feminazismo’ de todos los partidos
Todos se echan encima de Ciudadanos por proponer eliminar la discriminación por sexo en el ámbito penal.
La Ley de Violencia de Género fue la gran victoria del ‘feminazismo’. No porque defendiera a las mujeres de las agresiones de sus parejas, sino porque introducía un elemento inexistente: la violencia contra la mujer por el hecho de ser mujer. Bajo este axioma, defendía la discriminación por sexo en el ámbito penal. Una aberración jurídico-constitucional además de moral. ¿Dónde queda el principio de igualdad entre hombres y mujeres?
Ciudadanos propone eliminar esta discriminación y los ‘feminazis’ de todos los partidos saltan a la yugular. “La violencia de género es violencia machista”, sentencia Alfonso Alonso. El PP, con la fe del converso.
La violencia en el hogar es una desgracia que responde al axioma (este sí, cierto) de que cuanta más cercana es la convivencia, más intensos son los conflictos. Obviamente debe de ser combatida y penada. Y sus víctimas deben de ser protegidas con todo tipo de apoyos.
Pero discriminar por sexos en el ámbito penal es afrontar el problema de manera injusta, además de irreal. El hombre no maltrata ni mata a su mujer o pareja por ser mujer. La mata porque es un asesino y la convivencia se le hace imposible. Por lo mismo, la mujer no maltrata o mata a su marido o pareja por ser un hombre. Lo hace porque es una asesina y porque la convivencia se le hace insoportable.
Cuando se produce algún episodio de muerte del hombre a manos de su pareja, escucho siempre aquello de “algo habrá hecho…” que me recuerda los peores años de plomo etarra…
Lo que no parecen querer entender nadie es que detrás de la penosa Ley de Violencia de Género de De la Vega y del ‘feministo’ Zapatero hay un intento de destruir la realidad matrimonial y familiar. La familia es un lugar de riesgo, una asociación sospechosa, porque todo hombre es un asesino en potencia.
Y así, miles de hombres han sido sacados de sus casas en calzoncillos por la policía o la Guardia Civil y han pasado la noche en un calabozo porque su pareja ha echado mano de sus prerrogativas legales en un momento de calentón de la refriega conyugal. El protocolo policial despoja al varón de la presunción de inocencia y ahora Izquierda Unida quiere elevar la herejía jurídica a rango de ley.
Estos abusos además de destruir la familia dinamitan la convivencia. Y lo peor: no solucionan los problemas. Diez años después de la herética ley -y tras muchos millones invertidos- desgraciadamente seguimos lamentando el contador de muertas (y muertos). ¿No será que las soluciones no son las adecuadas?
Eso sí, hay algunas asociaciones de ‘feminazis’ que han encontrado en el presupuesto un ‘modus vivendi’. El maltrato a la mujer se ha convertido en una ‘industria’ que genera miles de huérfanos legales. Y cuando llega alguien a tratar de solucionarlo, la inquisición ‘feminazi’ le manda a la hoguera. Avanzamos.
Ciudadanos propone eliminar esta discriminación y los ‘feminazis’ de todos los partidos saltan a la yugular. “La violencia de género es violencia machista”, sentencia Alfonso Alonso. El PP, con la fe del converso.
Pero discriminar por sexos en el ámbito penal es afrontar el problema de manera injusta, además de irreal. El hombre no maltrata ni mata a su mujer o pareja por ser mujer. La mata porque es un asesino y la convivencia se le hace imposible. Por lo mismo, la mujer no maltrata o mata a su marido o pareja por ser un hombre. Lo hace porque es una asesina y porque la convivencia se le hace insoportable.
Cuando se produce algún episodio de muerte del hombre a manos de su pareja, escucho siempre aquello de “algo habrá hecho…” que me recuerda los peores años de plomo etarra…
Lo que no parecen querer entender nadie es que detrás de la penosa Ley de Violencia de Género de De la Vega y del ‘feministo’ Zapatero hay un intento de destruir la realidad matrimonial y familiar. La familia es un lugar de riesgo, una asociación sospechosa, porque todo hombre es un asesino en potencia.
Y así, miles de hombres han sido sacados de sus casas en calzoncillos por la policía o la Guardia Civil y han pasado la noche en un calabozo porque su pareja ha echado mano de sus prerrogativas legales en un momento de calentón de la refriega conyugal. El protocolo policial despoja al varón de la presunción de inocencia y ahora Izquierda Unida quiere elevar la herejía jurídica a rango de ley.
Estos abusos además de destruir la familia dinamitan la convivencia. Y lo peor: no solucionan los problemas. Diez años después de la herética ley -y tras muchos millones invertidos- desgraciadamente seguimos lamentando el contador de muertas (y muertos). ¿No será que las soluciones no son las adecuadas?
Eso sí, hay algunas asociaciones de ‘feminazis’ que han encontrado en el presupuesto un ‘modus vivendi’. El maltrato a la mujer se ha convertido en una ‘industria’ que genera miles de huérfanos legales. Y cuando llega alguien a tratar de solucionarlo, la inquisición ‘feminazi’ le manda a la hoguera. Avanzamos.
yo no se si es verdad o no la cantidad de hombres muertos este año a manos de las mujeres por violencia de genero, pero si es cierto que en una democracia las leyes deberian ser iguales para el hombre que para la mujer aunque a la hora de la verdad sean las mujeres las que mas se acojan a esa ley. Cuando yo escuche a marta rivera el otro dia, no me parecio que hubiera dicho algo tan escandaloso como despues medios de television como la sexta lo han tratado de escandaloso y retrogrado, y empiezas a pensar que si por querer igualdad y que las leyes sean igual para todos tu eres el retrogrado y machista. La verdad es que me sento mal. Ver a Albert Rivera intentar matizar sus propias propuestas y declaraciones tampoco ayuda a hacer frente a las feminazis. Ahora solo existe el machista, el famoso calzonazos de mis años 80 y 90 a desaparecido. aquel hombre debajo del zapato de tacon de la mujer que lo controla todo y que no perdona nada, mi madre era de esas, claro, ellos no denunciaran porque no pueden denunciar que sicologicamente estan atados a su mujer, y haran y diran lo que ellas digan. Y claro esta, sin necesidad de que haya palos de por medio. Ya son mas de 10 años de la ley de la violencia de genero, que creo que tambien la cambiaron de nombre con el pp, y no parece que haya tenido mucho exito o es que cada vez hay mas hombres dispuestos a matar a una mujer. Tambien hay muchas quejas de su funcionamiento y de la falta de medios, asi que a lo mejor todo es poner un buen titulo al nombre de la ley y salir en la tele rajandose las vestiduras de cuanto nos apena la violencia contra la mujer y despues no hacer nada de nada. Muy tipico en España. Aqui es como el dia de la marmota, parece que no pasamos de dia.
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