domingo, 7 de julio de 2013

Falsas historias del holocausto. Herman Rosenblat

 
Rosenblat es hoy un apacible contratista jubilado de 79 años que disfruta de su retiro dorado en Florida. De origen polaco, su vida quedó marcada por la invasión nazi y su paso por el campo de concentración de Buchenwald, cercano a Berlín. Tenía once años y había sufrido la muerte de su padre por tifus en el gueto judío de Piotrkow. Trabajaba en el horno crematorio alimentándolo de cadáveres. El único rayo de luz entre las tinieblas de la abyección era una niña que vivía en los alrededores. Cada día, ella le lanzaba una manzana o un trozo de pan por encima de la alambrada. Nunca se preguntaron el nombre.
 
El pequeño preso fue trasladado al campo de Theresienstadt, en la actual Chequia. El 10 de mayo de 1945, justo el día en el que estaba destinado a morir en la cámara de gas, las tropas rusas liberaron el campo.
 
Quince años después, Rosenblat prospera como electricista en Nueva York y concierta una cita a ciegas con una enfermera judía del Bronx. Pasean por Coney Island y rememoran la guerra. Ella llevaba manzanas a diario a un niño desnutrido en Buchenwald. «Era yo», descubre el estupefacto Herman, que le propone matrimonio esa misma noche. Suman medio siglo de matrimonio, dos hijos y tres nietos.
 
'Un ángel en la cerca. La verdadera historia de un amor que sobrevivió' era el título del libro que Penguin iba a lanzar el 3 de febrero. Hasta que su protagonista reveló a su agente que se había inventado buena parte de la trama. Estuvo en Buchenwald, pero el episodio de las manzanas lo ideó hace diez años cuando escribió un relato para un periódico. Su mujer jamás se había acercado a un campo de concentración. Fue tan convincente las dos ocasiones en que acudió al programa de Oprah Winfrey que su odisea provocó una cadena de correos electrónicos como homenaje a los supervivientes del nazismo. «Es la historia de amor más bonita que nunca hemos contado a la audiencia», dijo Winfrey.
 
La editorial exige ahora que Rosenblat y su agente devuelvan el dinero que les adelantó. El 'lobby' judío le acusa de dar argumentos a los negacionistas del Holocausto. «Mi motivación era hacer mejor este mundo», se disculpa el embaucador.

Nonius451: el video es gracioso, por lo tremendamente ridículo que es el entrevistado
 
 

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