Las Pussy Riots, tres chicas rusas que el 21 de febrero del 2012, como parte de una protesta contra la reelección de Vladimir Putin irrumpieron en la catedral de Cristo Salvador, de la Iglesia Ortodoxa Rusa y comenzaron a tocar la canción "Virgen María, echa a Putin" en el altar. Un minuto después fueron acompañadas al exterior por guardias de seguridad, pero su actuación fue grabada y subida a internet.
En la canción, piden que la Virgen María se haga feminista y eche a Putin, criticando la represión en Rusia y el apoyo de la iglesia ortodoxa a Putin mientras se mofan con vulgaridad de las creencias de los asistentes a la iglesia.
En Occidente, un acto como éste habría sido considerado como incitación al odio y alteración del orden público. Sería interesante imaginar qué habría pasado si unos skinheads hubieran irrumpido en una sinagoga en algún lugar de Occidente, mofándose de las creencias judías de los asistentes en medio de un escándalo público. Por ejemplo aquí.
La indignación de la prensa occidental (que es propiedad de las corporaciones financieras) empieza a tener sentido cuando conocemos que la líder de la campaña de apoyo a las Pussy Riots en Finlandia es Oksana Chelysheva, de la "Russian-Chechen Friendship Society" (Sociedad de Amistad Ruso Chechena, basada en Finlandia), organización financiada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, tapadera para organizar la propaganda del terrorismo checheno.
La maquinaria de la propaganda del Imperio de corporaciones financieras que nos dirige ha comenzado a trabajar, cada engranaje haciendo su papel, perfectamente sincronizado con los demás. Desde Amnistía Internacional, que organiza manifestaciones frente a la embajada de Rusia en Washington, hasta los periódicos españoles que forman el altavoz final para nuestro país, asegurando que sus lectores aborrezcan a cualquier país escogido como enemigo del Imperio, pasando por las ONGs financiadas por el Departamento de Estado de los USA. El 1984 de Orwell no puede estar más cercano.
Manifestación de Amnistía Internacional en Washington, frente a la embajada rusa.
A.I. está liderada en Estados Unidos por Suzanne Nossel, antigua colaboradora de Hillary Clinton en el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Connecting the dots... Buen trabajo, Mario.
ResponderEliminarMuy bien escrito y real porque este escándalo con esas chicas, malas como cantantes y música pésima, es solo una orquestación más contra Rusia.
ResponderEliminarOtro experimento periodístico para el lector de Nonius451:
ResponderEliminarEntra en los comentarios de ElMundo.es y prueba a dejar un mensaje que diga que las Pussy Riots son un montaje del Imperio, pagado con dinero del gobierno USA.
Verás como NO se publica.
Bienvenido a la censura de facto...
Mario
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/08/21/internacional/1345534683.html