El día en que perdimos lo que quedaba de nuestra soberanía

Hace unos años, se autorizó al servicio secreto de USA a actuar en nuestro territorio. Estamos hablando del mismo país que se metió en la guerra de Vietnam o de Irak a sabiendas de lo injustas y crueles que iban a ser, el mismo país que destruyó su Torres Gemelas con miles de sus propios ciudadanos dentro, el mismo que ahora maneja la prensa  para actuar en Libia a su antojo, incluso matando niños inocentes, el mismo que protege a Israel cuando ataca civiles en Gaza con fósforo blanco. El pensar que estos servicios secretos van a trabajar para protegernos de las maldades del terrorismo internacional es como pensar que el ratoncito Perez existe de verdad.

Los agentes USA no sólo podrán actuar fuera de las bases norteamericanas, sino investigar a personas ajenas a sus Fuerzas Armadas. La tarea de estos servicios secretos es en realidad controlar nuestra vida política, aplicar su estrategia de dividir a la opinión pública, corromper el debate con problemas falsos o artificialmente creados y en definitiva arrastrarnos al caos que nos deje en una situación de no confiar en nosotros mismos ni en nuestra estructura como sociedad. Desde hace unos años, a USA no le queda otro remedio para seguir siendo una gran potencia mundial que debilitar al resto del mundo, empezando por Europa. El dólar, y sus multinacionales se lo agradecen...

Mientras el trabajo de estos señores no lo controlemos, seguiremos vendidos. Y es una tarea prácticamente suicida. En primer lugar el CNI está absolutamente bajo control. Y en segundo lugar, el problema no serán las relaciones bilaterales, sino que al político que empiece a amenazar con temas de estos, le empezarán a surgir problemas de debajo de las piedras, con documentos falsificados incluidos. El que no lo crea, que pregunte a  Villepin.