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domingo, 15 de junio de 2014

La voluntad rusa de independencia nos ayudará a reencontrar la nuestra, que está amenazada por la penetración anglosajona

 Fuente: TribulacionesMetapoliticas

http://www.carlismo.es/?p=3958

Entrevista a Don Sixto Enrique de Borbón



¿qué os une a Rusia? ¿Por qué os interesa?
¡Miguel Strogoff! Desde que de pequeño leí Miguel Strogoff, amo a Rusia – y eso que Julio Verne nunca estuvo en Rusia. A partir de esa lectura, he intentado hacer más profunda mi  simpatía. Hoy tengo muchas razones para amar a ese gran país: por su extensión, su espacio inmenso (con Siberia, por supuesto); por la cualidad intrínseca de una población, que tras 70 años de comunismo ha vuelto a su espiritualidad de otro tiempo; por las reservas minerales, que son riquezas importantes todavía no verdaderamente utilizadas, pero que le garantizan una independencia verdadera; por sus tradiciones nacionales: la iglesia, el recuerdo de la familia imperial. En su población subsiste un instinto natural de resistencia que nosotros hemos perdido.
 
Es interesante observar cómo las reflexiones, los comentarios, los análisis de la prensa y de los medios occidentales, que eran muy amistosos con el régimen soviético, han dejado de serlo por completo, ahora que la libertad ha vuelto a Rusia; y se han vuelto, por el contrario, humorísticos, sarcásticos, calumniosos… Incluso se nos vuelve a hacer la broma de mal gusto de la supuesta guerra fría, que fue de una invención no menos artificial que la primavera árabe de hoy en día: en realidad, el capitalismo occidental se beneficiaba de la presencia del régimen soviético, que le evitaba tener que competir con una Rusia reencontrada y reconstituida.
 
Es una vieja historia que se remonta a antes de la Primera Guerra mundial: hacía 1900, Inglaterra observó que había dos países que desarrollaban una dinámica industrial muy importante: la Alemania de Guillermo II y la Rusia de Nicolás II con su notable primer ministro, Stolípin. Si dejaba que esta dinámica industrial siguiera adelante en estos países, sus nuevas industrias exportarían sus productos por todas partes del mundo, haciendo la competencia al comercio inglés, y se verían empujados a desarrollar una marina comercial competente, que también competiría con la marina comercial británica. Inglaterra no quería en modo alguno esta competencia, y por ello deseó la guerra y hasta la provocó en cierto sentido – incluso si el elemento desencadenante de este conflicto, urdido mucho antes, fue, como es sabido, el asesinato del archiduque austriaco Francisco Fernando. La estrategia inglesa consistió en crear una tensión cada vez más fuerte entre Alemania y Rusia para empujarles a la guerra. Conocida es la monstruosa matanza que resultó de ello, un genocidio dictado por intereses menos estratégicos que económicos. En Rusia, la revolución, resultado de la guerra, tomó el poder en 1917, con el apoyo de las finanzas y de los grandes bancos occidentales, y se impuso el régimen soviético que produjo los horrores de todos conocidos. Rusia también ha sido martirizada en beneficio de una estrategia internacional, financiera y totalmente  inhumana.
 
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Casi un cuarto de siglo después del fin de la unión soviética ¿qué cambios se han producido?
Yo no esperaba que el régimen soviético hiciera implosión tan pronto como lo hizo, fue una buena sorpresa. Pero después de 70 años de aplastamiento psicológico sufrido por tres generaciones, Rusia ha encontrado milagrosamente un renacimiento espiritual impresionante. En el ejército, ningún regimiento emprende la marcha hacia el Caúcaso sin que le acompañe un capellán. En todas partes las iglesias se reconstruyen y en su interior se juntan todas las generaciones sin distinción. Me gusta esa iglesia ortodoxa, magnífica, con los coros más bellos que quepa encontrar y ¡ese fervor! El país reencuentra sus virtudes iniciales y su poder internacional, no solamente político y estratégico, sino también económico y comercial.
 
Esta Rusia, que conocí en la época soviética, hoy la he vuelto a encontrar, pero liberada, y la miro con una simpatía tanto más grande cuanto su voluntad de mantener su independencia nos ayudará a nosotros mismos a reencontrar nuestra propia independencia amenazada por la penetración anglosajona. Por eso, cuando voy a Rusia intento hacer ver a los rusos que no respondemos a la idea que la estrategia de nuestros gobiernos podría dar de nosotros.
 
A Vladimir Putin se le señala hoy con el dedo como al lobo feroz de Europa. Procedente en su origen del KGB, y más tarde consejero de Boris Yeltsin, ha dirigido la Seguridad Pública antes de presidir el gobierno de Rusia y luego la Federación Rusa. Ha devuelto a su país el rango de gran potencia ¿Ha restaurado Rusia?
 
Al menos la está restaurando. En cuanto a su recorrido vital, el KGB era el equivalente de la ENA en Francia; la élite del país tenía que pasar por él. Putin pasó, pues, por el KGB, y después recibió el apoyo del alcalde de San Petersburgo, Sotchak, que lo descubrió, con mucha penetración y psicología, y le ayudó mucho en su promoción primero en San Petersburgo y después en Rusia. Es el único que, en razón de su carácter, y de la importancia de su país puede poner en jaque, gracias a la firmeza de su postura, la comunicación y la complicidad americana y europea, mezcla de liberalismo y de socialismo.
 
Mi único temor se centra en el perfil de su primer ministro, cuando veo el papel menos positivo que juega. En la época de la guerra de Libia, Medrvedev, que por entonces era presidente, se mostró abierto a las sugerencias de los diferentes grupos internacionales, como la Comisión Trilateral, Paneuropa, el Bilderberger, etc.
 
¿No se debe esto a un reparto de papeles con Putin?
Oficialmente, sí.
 
¿Qué incita a los europeos desear la picota para Putin?
La Unión Europea es un engendro completamente artificial; ha hecho creer a cada una de las naciones adheridas a ella, que, por su virtud, los europeos serían más competitivos en  comparación a los Estados Unidos. Lo que se ha producido ha sido exactamente lo contrario. Al introducir a Inglaterra hemos instalado el caballo de Troya americano en Europa. Es evidente que el mundo anglosajón, Inglaterra o Estados Unidos, no puede aceptar de ninguna manera que el mundo tal como lo concibe no obedezca a sus normas, a sus reglas. Y Rusia es el único país que actualmente puede permitirse esta excepción, esta reacción -quizá con Hungría, cuyo primer ministro me resulta muy simpático.
 
Tras la vuelta de Crimea al seno de Rusia, el discurso occidental da a entender que Vladímir Putin no va a pararse ahí. ¿Creéis que tenemos que vérnoslas con una Rusia “imperialista”?¿Qué otra política podría hacerse por relación a ese país, fuera de la que actualmente se lleva a cabo?
 
¡Simplemente, reconocer a Rusia sus fronteras históricas! Hay que redefinir geográficamente Ucrania, que carece de unidad: su parte oeste, desde el Dniéper, ha estado bajo el control austriaco durante mucho tiempo y se llamaba la Galicia. Su población era uniata, convertida al catolicismo, y siempre han existido tensiones entre los uniatas y los ortodoxos tradicionales. Por el contrario, la Ucrania oriental siempre ha sido rusa. Es incluso la matriz de Rusia: el gran príncipe Vladimir partió de Kiev para fundar Moscovia. Entre Rusia y esta Ucrania oriental hay una unión completa bajo todo punto de vista. Crimea, incorporada por Catalina II y Potemkin en el siglo XVIII, sigue siendo el principal pulmón de Rusia en el mar negro.
 
Dugin y otros eurasiatistas con la Imperka, bandera zarista
 
Cuando a Kruschtchev, que era ucraniano, se le ocurrió dar una autonomía a Ucrania, pretendía obtener dos representantes de la Unión Soviética en la ONU: Rusia y Ucrania. Era un pretexto evidentemente artificial, pero que interesaba a los soviéticos en aquella época. Ahora eso se ha vuelto contra Rusia. Las protestas de los países, que aparentan revestirse de virtud ultrajada porque Rusia recupera sus posiciones históricas y naturales, son inaceptables y en particular la de los Estados Unidos que, en otro tiempo, ¡invadieron Nuevo Méjico, Arizona y California, y atacaron a España en 1898 para hacerse con Cuba y Filipinas!
 
También se puede evocar el problema en Moldavia y Transnistria, territorio cuya población  actual está casi únicamente compuesta de rusos que fueron deportados allí por Stalin, según creo, y que quieren ser reconocidos como rusos. No hay que olvidar, en todo caso, que en la capital ucraniana de Kiev se encuentra el “Vaticano ortodoxo”: un soberbio conjunto de catedrales e iglesias donde se recoge verdaderamente toda la historia de la ortodoxia rusa.

Madonna, agente imperial

 Fuente: Elespíadigital
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Acostumbrada a berrear en los escenarios esta agente imperialista cree que puede pontificar sobre lo que no sabe. La cantante (¿?) de 55 años reaccionó esta semana a los resultados históricos del Frente Nacional (FN) francés en las europeas del pasado 25 de mayo, en las que fue el partido más votado de Francia. A través de su cuenta de Instagram ha alertado sobre la subida del “fascismo” en el país vecino, una situación que ha comparado con Ucrania, Rusia y hasta Venezuela. Esta zombie, que vive en Londres, ya había protagonizado una sonada polémica con la presidenta del FN, Marine Le Pen, hace dos años y tuvo entonces que dar marcha atrás.

Madonna publicó el lunes que tiene más de 1,6 millón de seguidores y está enlazada a su cuenta de Twitter, la impactante portada del diario Liberation del día después de las elecciones. En ella se ve una fotografía a toda página de la presidenta del FN, Marine Le Pen, sobre un fondo con una bandera europea con el titular: La Francia FN. “Ucrania, Rusia, Venezuela… ¿y ahora Francia?”, escribe la “cantante” en el pie de foto, comparando así la situación en los cuatro países, en un texto acompañado por palabras claves (hashtags) igual de explícitas: lucha contra el fascismo, lucha contra la discriminación, lucha contra la mentalidad de linchamiento, lucha contra el odio, lucha por la libertad, revolución del amor.

El  vicepresidente del FN y nuevo diputado europeo, utilizó otra red social, la de Twitter, para responderle en tono despectivo: “Madonna imita a Yannick Noah: fin de carrera complicado…”, escribió el martes en su perfil, en referencia al cantante y extenista francés que esta semana acaba de estrenar disco con una canción, Mon Combat, dedicada a la lucha contra el FN. Unas horas después, añadió en la misma cuenta: “En política también, la Abuela Gaga va rezagada”.

No es la primera vez que la reina del pop la toma con la presidenta del Frente Nacional. Algo de envidia personal debe haber. Durante su gira MDNA Tour iniciada en la primavera de 2012 en Tel Aviv (capital de Israel), mostraba durante los conciertos un vídeo en el que se veía a la líder política con una cruz gamada dibujada en la frente para acompañar el tema Nobody Knows Me. La polémica alcanzó dimensiones mayores cuando la artista emitió el vídeo en el Stade de France de París, en julio de 2012, provocando una demanda por parte del partido por “injuria pública”.

Le Pen recurrió entonces al mismo argumento esbozado hoy por el vicepresidente del partido, el de una artista en fin de carrera con necesidad de provocar polémica para promocionarse. Madonna dio marcha atrás y reemplazó la esvástica por un punto de interrogación en su siguiente concierto en Niza, en el sur de Francia.

Pero no se ha cortado la Madonna. Igualmente publicó una imagen en la que se puede ver la cara del presidente ruso Vladímir Putin, en los distintos integrantes del mítico grupo de música disco Village People, un importante ícono de la cultura gay. Y es que la reina del pop quiso llevar a las redes sociales su inconformidad contra las políticas “homofóbicas” del líder ruso.

“¡The Village People están vivos y bien en Rusia! ¡Tan emocionada de verlos actuar! artforfreedom” escribió Madonna junto a la imagen y usando la etiqueta de proyecto Art for Freedom, con el que precisamente quiere lograr un cambio de conciencia a través de “su arte”.

La agente imperialista ha sabido defender su título de icono gay, prueba de ello es que a comienzos de febrero, participó en un concierto organizado por Amnistía Internacional en Nueva York junto a dos integrantes del grupo financiado por los lobbies estadounidenses Pussy Riot para protestar contra Putin.

“Es tiempo de que el resto del mundo sea tan valiente como las Pussy Riot y enfrente gente como Putin y otros líderes y otras organizaciones que no respetan los derechos humanos y favorecen la discriminación y la injusticia”, dijo en el concierto.

Madonna califico de "fascista" a la Venezuela de Maduro

Y como la incontinencia de tan tremendo intelecto es infinita, vuelve a provocar y se animó a cuestionar el sistema que rige las vidas de los venezolanos desde hace años. La “artista” multimillonaria incluyó a Venezuela en una escueta lista de países donde asegura se viven situaciones que recuerdan a la Italia de Benito Mussolini.

viernes, 25 de abril de 2014

Hacia el fin de la propaganda estadounidense

 

La propaganda del Imperio anglosajón nos ha hecho creer que Estados Unidos es «el país de la libertad» y que sus guerras no tienen otro objetivo que la defensa de sus ideales. Pero la crisis ucraniana acaba de modificar las reglas del juego: Washington y sus aliados han perdido el monopolio de la palabra. El gobierno y los medios de prensa de otro gran Estado, Rusia, están rebatiendo abiertamente las mentiras que desde hace un siglo sirvieron de basamento al Imperio anglosajón. En estos tiempos de satélites y de internet, la propaganda anglosajona ya no funciona.  
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Barack Obama sabe hablar. La realidad es que el presidente no escribe sus discursos. Sólo lee los discursos que otros escriben para él… mientras que otros gobiernan por él.
Los gobernantes siempre tratan de convencer de que están haciendo lo correcto porque las multitudes no siguen a alguien a sabiendas de que no tiene la razón. El siglo XX se caracterizó por el surgimiento de nuevos métodos de propagación de ideas que nada tienen que ver con la verdad. Los occidentales afirman que la propaganda moderna comenzó con el ministro nazi Joseph Goebbels. Así tratan de hacer olvidar que el arte de falsear la percepción de las cosas fue desarrollado desde mucho antes por los anglosajones.
 
En 1916, el Reino Unido creó en Londres la Wellington House y más tarde la Crewe House. Simultáneamente, los estadounidenses creaban el Comittee on Public Information (CPI). Partiendo del principio que la Primera Guerra Mundial era un enfrentamiento de masas y no de ejércitos, aquellos organismos trataron de intoxicar a sus propios pueblos, al igual que a los de sus aliados y sus enemigos.

La propaganda moderna comienza con la publicación en Londres del informe Bryce sobre los crímenes de guerra de Alemania, documento que fue traducido a 30 idiomas. Según el informe Bryce, el ejército alemán había violado a miles de mujeres en Bélgica, así que los británicos estaban luchando contra la barbarie. Al terminar la Primera Guerra Mundial se descubrió que todo el informe era una mentira enteramente fabricada con testimonios falsos y con ayuda de varios periodistas.

Mientras tanto, en Estados Unidos George Creel inventó una historia que presentaba la Guerra Mundial como una cruzada de las democracias por una paz que concretaría los derechos de la humanidad.

Los historiadores han demostrado que la Primera Guerra Mundial tuvo causas tan inmediatas como profundas, siendo la más importante de ellas la rivalidad entre las grandes potencias que competían entre sí por extender sus imperios coloniales.

Los burós de propaganda de Estados Unidos y Reino Unido eran organismos secretos que trabajaban para el Estado. Se diferenciaban de la propaganda leninista, que ambicionaba «revelar la verdad» a las masas ignorantes, en que los anglosajones trataban de engañarlas y manipularlas. Y para lograrlo, los organismos estatales anglosajones tenían que actuar a escondidas y usurpando falsas identidades.

Después de la desaparición de la Unión Soviética, Estados Unidos dio menos importancia a la propaganda y optó por la Relaciones Públicas. El objetivo ya no era mentir sino llevar a los periodistas de la mano para que vieran únicamente lo que se les mostraba. Durante la guerra de Kosovo, la OTAN recurrió a Alastair Campbell, un consejero del primer ministro británico, para contarle diariamente a la prensa una historia diferente. Mientras los periodistas se entretenían en reportar las historias de Campbell, la alianza atlántica podía bombardear «en paz». El objetivo no era tanto mentir sino más bien desviar la atención.

Pero lo que se ha dado en llamar story telling [en español, “contar historias”] cobró gran fuerza con el 11 de septiembre de 2001. El objetivo era concentrar la atención del público sobre los atentados de Nueva York y Washington para que no viera el golpe de Estado militar que se produjo aquel mismo día: traspaso de los poderes ejecutivos del presidente George W. Bush a una entidad militar secreta y detención camuflada de todos los miembros del Congreso estadounidense. Aquella operación de intoxicación fue obra de Benjamin Rhodes, actual consejero del hoy presidente Barack Obama.

Durante los siguientes años la Casa Blanca creó un sistema de intoxicación con sus principales aliados (Reino Unido, Canadá, Australia y, claro está, Israel). Esos 4 gobiernos recibían diariamente instrucciones, incluso discursos completamente redactados, enviados por el Buró de Medios Globales para justificar la guerra contra Irak y calumniar a Irán [1].

Desde 1989, Washington se apoyaba en la CNN para divulgar rápidamente sus mentiras. Con el tiempo, Estados Unidos fue creando un cártel de cadenas informativas de televisión vía satélite (Al-Arabiya, Al-Jazeera, BBC, CNN, France24, Sky). En 2011, durante los bombardeos de la OTAN contra Trípoli, la OTAN logró convencer bruscamente a los libios de que habían perdido la guerra y que era inútil proseguir la resistencia.

Sin embargo, en 2012, la OTAN no logró reeditar la maniobra para convencer a los sirios de que el derrocamiento de su gobierno era inevitable. La repetición de aquella maniobra falló porque los sirios habían tenido conocimiento de lo sucedido en Libia, donde las cadenas de televisión internacionales habían manipulado la situación. Sabiendo aquello, el Estado sirio tuvo tiempo de prepararse para contrarrestar la manipulación que se había preparado [2]. Este fracaso marcó el fin de la hegemonía del cártel de «la información».

La actual crisis entre Washington y Moscú sobre la situación en Ucrania ha obligado a la administración Obama a revisar su sistema. Ya Washington no es el único que logra hacerse oír sino que tiene que tratar de rebatir los argumentos del gobierno y los medios de prensa rusos, accesibles en todas partes del mundo a través de transmisiones satelitales y de internet. El secretario de Estado John Kerry ha tenido que nombrar un nuevo secretario adjunto a cargo de la propaganda: el ex redactor jefe de Time Magazine, Richard Stengel [3]. En realidad, Stengel ya estaba en funciones antes del 15 de abril de 2014, fecha en que prestó juramento para el cargo. Pero el 15 de marzo ya había enviado a los principales medios de la prensa atlantistas una «Hoja Informativa» sobre las «10 falsedades» de Vladimir Putin sobre Ucrania [4]. Lo mismo había hecho el 13 de abril, distribuyendo un segundo documento con «otras 10 falsedades» [5].

Lo primero que salta a la vista al leer ese texto es la necedad que lo caracteriza. El texto apunta a validar la historia oficial sobre una revolución en Kiev y a desacreditar el discurso ruso sobre la presencia de nazis en el nuevo gobierno ucraniano, cuando ya se sabe que en Kiev no hubo una revolución sino un golpe de Estado fomentado por la OTAN y ejecutado por Polonia e Israel con una mezcla de recetas para «revoluciones de colores» y «primaveras árabes» [6].

Los periodistas que recibieron las «hoja informativas» del gobierno de Estados Unidos y que se hicieron eco de su contenido también conocen perfectamente el contenido de la conversación telefónica de la secretaria de Estado adjunta Victoria Nuland sobre cómo Washington iba a cambiar el régimen en Ucrania –en detrimento de la Unión Europea– y la del ministro estoniano de Relaciones Exteriores Urmas Paets sobre la verdadera identidad de los francotiradores de la plaza Maidan. Y también habían tenido conocimiento anteriormente de las revelaciones del semanario polaco Nie sobre el entrenamiento de los cabecillas nazis en la Academia de Policía de Polonia, 2 meses antes de los hechos de la plaza Maidan. En cuanto a negar la presencia de nazis en el nuevo gobierno ucraniano, es como decir que el sol sale de noche. No hace falta ir a Kiev para comprobarlo, basta con leer los escritos de los actuales ministros y escuchar sus declaraciones [7].

A fin de cuentas, si bien todos los argumentos que Washington se toma el trabajo de enviar por escrito a las redacciones permiten crear la ilusión de que existe un consenso de la gran prensa atlantista, el hecho es que no tienen la menor posibilidad de llegar a convencer a los ciudadanos mínimamente curiosos. Por el contrario, es tan fácil descubrir el engaño navegando un poco por internet que ese tipo de manipulación no logrará otra cosa que reducir aún más la credibilidad de Washington.

El 11 de septiembre de 2001, el unanimismo de la prensa atlantista permitió convencer a la opinión pública internacional. Pero el trabajo que numerosos periodistas y ciudadanos –entre los que tengo el honor de contarme– han venido realizando desde entonces ha demostrado la imposibilidad material de lo que se afirma en la versión oficial. Trece años después de los hechos, cientos de millones de personas han tomado conciencia de aquellas mentiras. Y serán cada vez más numerosas… gracias al nuevo dispositivo estadounidense de propaganda. El resultado final es que quienes se hacen eco de la propaganda de la Casa Blanca, principalmente los gobiernos y los medios de prensa de la OTAN, están destruyendo su propia credibilidad.

Barack Obama y Benjamin Rhodes, John Kerry y Richard Stengel trabajan solamente para el corto plazo. Su propaganda sólo convence a los pueblos por espacio de algunas semanas. Pero los indignan cuando descubren la manipulación. Estos personajes están socavando involuntariamente la credibilidad de las instituciones de los Estados de la OTAN que se hacen eco de su propaganda conscientemente. Han olvidado que la propaganda del siglo XX funcionaba únicamente porque el mundo estaba dividido en dos bloques que no comunicaban entre sí y que el monolitismo al que hoy aspiran es incompatible con los nuevos medios de comunicación.

Aunque no ha terminado todavía, la crisis de Ucrania ya ha cambiado profundamente el mundo. Al contradecir públicamente al presidente de Estados Unidos, Vladimir Putin ha dado un paso que en lo adelanto impide el éxito de la propaganda estadounidense.

[1] «Un réseau militaire d’intoxication», Réseau Voltaire, 8 de diciembre de 2003.
[2] «La OTAN prepara la mayor operación de intoxicación de la Historia», por Thierry Meyssan, Komsomolskaya Pravda, Red Voltaire, 12 de junio de 2012.
[3] «El redactor jefe de Time Magazine, nombrado nuevo jefe de la propaganda estadounidense», Red Voltaire, 16 de abril de 2014.
[4] «Hoja Informativa del Departamento de Estado: 10 falsedades que Rusia alega sobre Ucrania», Red Voltaire, 5 de marzo de 2014.
[5] «Hoja del Departamento de Estado sobre alegaciones de Rusia contra Ucrania», Red Voltaire, 13 de abril de 2014.
[6] «Ucrania: Polonia entrenó a los gopistas 2 meses antes de Maidan», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 18 de abril de 2014.
[7] «¿Quiénes son los nazis en el gobierno ucraniano?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 3 de marzo de 2014.

 

sábado, 19 de abril de 2014

Ucrania: Polonia entrenó a los golpistas 2 meses antes de Maidan

 

Dicen que la mentira tiene las piernas cortas. Sólo 2 meses después del cambio de régimen en Kiev, la prensa polaca publica revelaciones sobre la implicación del gobierno de Donald Tusk en la preparación del golpe de Estado. Esta nueva información contradice todo el discurso occidental y demuestra que el actual gobierno provisional de Alexander Turchinov fue impuesto por la OTAN en violación del derecho internacional.
 
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En el papel de negociador europeo, Radoslaw Sikorski firma con el presidente de Ucrania Viktor Yanukovich un acuerdo para el arreglo de la crisis en la noche del 21 de febrero de 2004. Esa misma madrugada, tomarán el poder los hombres secretamente entrenados en Polonia por el propio Sikorski.
El semanario polaco de izquierda Nie [en español «No»] acaba de publicar un testimonio impactante sobre el entrenamiento de los elementos más violentos del EuroMaidan [1].
 
Según esa publicación, en septiembre de 2013 el ministro polaco de Relaciones Exteriores, Radoslaw Sikorski, invitó 86 miembros de Pravy Sector (Sector de Derecha) a viajar a Polonia en el marco de un programa de cooperación interuniversitaria. Pero los invitados no eran estudiantes y muchos tenían más de 40 años. No fueron a la universidad técnica de Praga, como decía en el programa oficial, sino al centro de entrenamiento de la policía de Legionowo, a una hora de carretera de la capital polaca. Allí pasaron 4 semanas de entrenamiento intensivo en manejo de multitudes, reconocimiento de personas, tácticas de combate, técnicas de mando, comportamiento en situaciones de crisis, protección contra gases utilizados por las fuerzas del orden y, fundamentalmente, clases de tiro que incluyeron el uso de fusiles de francotirador.
 
Este entrenamiento se realizó en septiembre de 2013. Recordemos que las protestas de la plaza Maidan supuestamente comenzaron como reacción a un decreto que suspendía las negociaciones sobre la firma del acuerdo de asociación de Ucrania con la Unión Europea, decreto firmado por el primer ministro ucraniano Mykola Azarov el 21 de noviembre.
 
El semanario subraya la existencia de fotos que demuestran la realización de este entrenamiento. En ellas puede verse a los ucranianos con uniformes nazis junto a sus instructores polacos vestidos de paisano.
 
Estas revelaciones justifican una nueva lectura de la resolución, adoptada por la Dieta polaca a principios de diciembre de 2013, en cuyo texto el parlamento expresaba su «total solidaridad con los ciudadanos ucranianos, quienes con gran decisión están mostrando al mundo su voluntad de garantizar la plena pertenencia de su país a la Unión Europea». Por supuesto, los parlamentarios polacos ignoraban entonces que su país había entrenado a los individuos que estaban tratando de tomar el poder en Ucrania, cosa que finalmente lograron.
 
Este escándalo es ilustrativo del papel que la OTAN ha asignado a Polonia en Ucrania, que bien puede compararse con el papel de Turquía en Siria. El gobierno del liberal pro-europeo Donald Tusk ha desempeñado a fondo ese papel. El actual ministro polaco de Relaciones Exteriores, el periodista Radoslaw Sikorski, quien fue refugiado político en el Reino Unido, fue el artífice de la integración de Polonia a la OTAN. Como miembro del «Triángulo de Weimar», Sikorski fue uno de los 3 representantes de la Unión Europea que negociaron el acuerdo del 21 de febrero de 2014 entre el presidente Viktor Yanukovich y los tres principales líderes de EuroMaidan [2]. Por supuesto, el presidente ucraniano no sabía que Sikorski había entrenado a los cabecillas de la revuelta.
 
Por su parte, el ministro del Interior de Polonia y coordinador de los servicios de inteligencia, Bartlomiej Sienkiewicz (tátara nieto del autor de Quo Vadis? Henryk Sienkiewicz,), fue uno de los fundadores del actual servicio secreto polaco, conocido como Buró de Protección del Estado (Urzad Ochrony Panstwa). Este personaje fue durante mucho tiempo el director adjunto del Centro de Estudios Orientales (Osrodek Studiow Wschodnich), un centro nacional de investigaciones sobre el este de Europa y los Balcanes que se dedica particularmente al estudio de Ucrania y Turquía. A través de sus acuerdos con la Fundación Carnegie [3], este instituto polaco ejerce gran influencia sobre la percepción que se tiene en Occidente sobre los acontecimientos actuales.
 
Bajo el gobierno de Yulia Timochenko (de 2007 a 2010), el actual presidente provisional ucraniano, Alexander Turchinov, fue jefe de los servicios secretos y posteriormente vice primer ministro. Turchinov trabajaba en aquel entonces con los polacos Donald Tusk –quien ya era primer ministro–, Radoslaw Sikorski –por entonces ministro de Defensa– y Bartlomiej Sienkiewicz –quien era director de la firma privada de inteligencia ASBS OTHAGO.
 
Para derrocar el gobierno de Ucrania, Polonia se apoyó en militantes nazis, de la misma manera como Turquía se apoya en al-Qaeda en sus intentos por derrocar el gobierno sirio.
 
Nada tiene de sorprendente ver que las actuales autoridades recurren a los nietos de los nazis que la CIA integró a la red Gladio de la OTAN para luchar contra la Unión Soviética, en tiempos de la guerra fría, cuando recordamos la polémica que estalló durante la elección presidencial polaca de 2005: el periodista y diputado Jacek Kurski reveló entonces que Jozef Tusk, el abuelo de Donald Tusk, se había enrolado en la Wermacht como voluntario. Después de negar vehemente los hechos, el entonces primer ministro acabó admitiendo que su abuelo efectivamente había servido en el ejército nazi, aunque afirmó que lo habían enrolado a la fuerza después de la anexión de Dantzig. Este incidente que dice mucho sobre las preferencias de Washington a la hora de seleccionar a sus agentes en el este de Europa.
 
Resumiendo, Polonia entrenó a los cabecillas de los desórdenes que condujeron al derrocamiento del presidente democráticamente electo de Ucrania y luego fingió negociar una salida a la crisis, el 21 de febrero de 2014, mientras que los cabecillas que había entrenado estaban tomando el poder.
 
Por otro lado, no cabe duda de que el promotor del golpe de Estado fue Estados Unidos, como queda demostrado en la conversación telefónica entre la secretaria de Estado adjunta Victoria Nuland y el embajador de Estados Unidos en Ucrania Geoffrey R. Pyatt [4]. También queda claro que otros miembros de la OTAN, como Lituania (Ucrania estuvo en otros tiempos bajo el dominio del imperio lituano-polaco), e Israel en su calidad de miembro de facto del estado mayor de la alianza atlántica, también participaron en el golpe de Estado de Kiev [5]. Todo ese dispositivo hace pensar que la OTAN dispone actualmente de una nueva red Gladio en Europa oriental [6]. Además, después del golpe de Estado, mercenarios estadounidenses empleados por una filial de la firma Academi (Greystone Ltd) fueron desplegados en Ucrania en coordinación con la CIA [7].
 
Todos esos hechos modifican profundamente la percepción que se podía tener del golpe de Estado que se produjo en Kiev el 22 de febrero de 2014. Contradicen toda la argumentación que el Departamento de Estado de Estados Unidos se ha tomado el trabajo de enviar por escrito a la prensa (Ver los puntos 3 y 5 de la nota del 5 de marzo) [8] y constituyen, a la luz del derecho internacional, un acto de guerra. Y por ende anulan todo el razonamiento de los occidentales sobre todo lo que ha venido sucediendo después del golpe de Estado, incluyendo toda la retórica occidental sobre la reunificación entre Crimea y la Federación Rusa y los actuales levantamientos en el este y el sur de Ucrania.

viernes, 11 de abril de 2014

Sobre Ucrania, Rusia, EEUU, la quiebra del dólar y la guerra nuclear

 
 
"Atestiguamos un juego geopolítico enorme en el cual el objetivo es la destrucción de Rusia como opositor geopolítico de los EE.UU o de la oligarquía financiera global… La realización de este proyecto está de acuerdo con el concepto de la dominación global que está siendo realizada por los EE.UU”.
 
Vladimir Yakunin, ex-diplomático ruso
 
La «crisis ucraniana» representa un nuevo episodio de la lucha entre Occidente y el Este por el poder mundial financiero. Occidente se ha lanzado al ataque contra el consorcio energético ruso "Gazprom". El primer ataque -velado- tuvo como  víctima a Chipre, y el segundo fue dirigido contra Siria.
 
Occidente ha llevado a Ucrania a una situación sin salida. El gobierno de los EEUU sabe que no es posible permitir transformaciones en Ucrania, punto central de tránsito de las líneas energéticas en la zona comercial eurasiática que rápidamente se está desarrollando. Es necesario parar este crecimiento porque excluye en parte considerable a los Estados Unidos y la Gran Bretaña.
 
Como decimos, el primer ataque, de forma velada, fue en Chipre. Rusia usaba Chipre como centro de coordinación para la compra de reservas de oro.
 
La siguiente víctima del ataque dirigido contra "Gazprom", fue Siria. Los oleoductos iraníes debían extenderse a los puertos sirios. La guerra lo ha retrasado hasta ahora.
 
Ahora vemos el tercer ataque a "Gazprom". Los EEUU y Europa creen que si controlan las válvulas sobre los tubos de gas, pueden controlar los flujos del gas vía Ucrania, que van a Rumanía, Polonia y Hungría.
 
Las acciones de los EEUU en Ucrania son «el acta de una desesperación». Sin embargo, la administración americana no controla las variables y esto le lleva a tener una  conducta en la escena política trágicocomica.
 
En estos momentos, los Estados Unidos son los realmente amenazados de aislamiento. Cuando hace unos días hemos oído al secretario de Estado Kerry amenazar a Rusia con la expulsión del G8, lo decía como si este paso llevara al aislamiento de Rusia. Pero el G8 es un entramado que ha quedado obsoleto frente al G20, que moverá en adelante China, y no los EEUU con Gran Bretaña. En el encuentro reciente del G20 en Australia, los chinos han declarado que América vive de "la tipografía", simplemente imprimiendo dinero y sin tener en cuenta los ingresos. La economía americana es solo una falsificación. Así piensa Pekín.
 
El problema terrible para Occidente sobrevendría con el hecho de que el petróleo y el gas natural excluyesen al dólar como moneda oficiosa obligatoria en su compraventa. Es posible que muy pronto Rusia exija el pago en rublos o en oro. La exigencia de realizar estos inmensos pagos en rublos "acabaría" inmediatamente con Wall Street y Londres. Rusia, respondiendo a la presión de los EEUU, destruirá el dólar petrolero. Los sistemas bancarios comenzarán a negarse por todo el mundo a las obligaciones americanas del tesoro.
 
Los rusos y los chinos ahora tienen muchísimo oro. Y pueden permitirse tener «una divisa real». Es posible que, de hecho, convenga volver al patrón oro y echar al basurero al dólar con todos sus sucedáneos en forma de los valores. Como creen algunos especialistas, el dólar amenaza con una caída del 80 % de su valor durante los tres próximos años.
 
La élite financiera nos lleva camino de la guerra
 
Después de una inestabilidad de 13 años que ha envuelto al  Asia Central y Oriente Medio en la anarquía y la ruina, el aparato militar estadounidense ha centrado finalmente su objetivo en una pequeña península del sudeste de Ucrania que sirve de base de operaciones para la Flota del Mar Negro rusa. Crimea es la puerta a través de la cual Washington debe pasar si tiene la intención de ampliar sus bases de operaciones en todas partes de Eurasia, tener el control de pasos vitales y recursos, y establecerse como el actor más poderoso en los ámbitos militar y económico en el nuevo siglo. Lamentablemente para Washington, Moscú no tiene intención de retirarse de Crimea o abandonar el control de su puesto militar avanzado en Sebastopol.
 
Según cómo Washington se comporte en este nuevo conflicto, nos dirá si los autores de la guerra contra el Terror –broma pesada del departamento de relaciones públicas norteamericano, que ha ocultado sus verdaderos objetivos: destripar las libertades civiles y montar un gobierno mundial– iba realmente en serio acerca de su visión del Nuevo Orden Mundial –NWO, en sus siglas en ingés- o si era simplemente un juego colectivo de directores ejecutivos corporativos y aburridos banqueros con demasiado tiempo libre. En Crimea, el Imperio está frente a un verdadero adversario, no un grupo dispar de agitados yihadistas en chanclas. Enfrente está el ejército ruso; saben cómo defenderse y están preparados para hacerlo. Esto pone la pelota en el tejado de Obama. Él y su chiflado equipo de consejeros son los que tienen que decidir hasta donde quieren llevar esto. ¿Quieren intensificar la retórica y las sanciones hasta que se les responda, o recogerán sus equipajes y se alejarán antes de que las cosas se descontrolen? ¿Quieren arriesgar todo esto sobre una interpretación temeraria de los datos o tienen un Plan B? Esta es la pregunta.
 
Decidan lo que decidan los políticos estadounidenses, deben tener clara una sola cosa, Moscú no retrocederá. Su espalda está ya contra la pared. Además, saben que un lunático anda suelto con un cuchillo, y están listos para hacer lo que sea necesario para proteger a su gente. Si Washington decide cruzar esa línea y provocar una guerra, entonces deberían preocuparse. Es tan simple como esto.
 
El halcón John McCain cree que Obama debería quitarse los guantes y mostrar a Putin que es el jefe. En una entrevista con Time McCain dijo que “Esto es un partido del ajedrez nostálgico de la Guerra Fría y tenemos que actuar en consecuencia… tenemos que tomar ciertas medidas que convencerían a Putin de que hay un muy alto costo en las acciones que toma”.
 
¿“El alto costo” dice McCain, pero alto costo para quién?
 
Lo que McCain no puede ocultar es que esto no es Afganistán y Obama no está en un partido que escupe como la marioneta Karzai. Las sanciones contra Moscú tendrán consecuencias significativas, que podrían causar un verdadero daño a los intereses estadounidenses. Hagamos mención a que el “proyecto petrolero no estadounidense más grande de ExxonMobil, es una colaboración con la Rosneft rusa en el Ártico, donde tiene mil millones de dólares de inversiones en juego”. ¿Y si Putin decide que ya no entra dentro de los intereses de Moscú cumplir contratos que se hicieron con corporaciones estadounidenses? ¿Cuál creen que será la reacción de los accionistas ante esas noticias? Y esto es sólo un ejemplo. Hay muchos más.
 
Cualquier confrontación con Rusia causará ataques asimétricos contra el dólar, el mercado de bonos e interrupciones en el comercio entre naciones de la energía. Tal vez los EE.UU podrían derrotar fuerzas rusas en Crimea. Tal vez podrían hundir la flota y derrotar a las tropas, pero habría un precio muy  alto que pagar y nadie estaría contento con el resultado.
 
Sergei Glazyev, el más duro de los consejeros de Putin, dibujó la estrategia de venganza: Dejar caer el dólar, vender todos los bonos del Tesoro estadounidense, animar a las compañías rusas a no pagar sus deudas en dólares y crear un sistema monetario alternativo con el BRICS y los países productores de petróleo como Venezuela e Irán …
 
El presidente de Rosneft, Igor Sechin, sugirió que era “aconsejable crear una bolsa internacional para los países participantes, donde las transacciones se podrían registrar con el uso de divisas regionales”.
 
Mientras que los EE.UU siguen abusando de su poder, estos cambios se hacen cada vez más necesarios. Los gobiernos extranjeros deben formar nuevas alianzas a fin de abandonar el sistema presente – el “sistema del dólar” - y establecer una mayor paridad entre estados, los mismos estados nacionales que Washington destruye uno tras otro para establecer su visión morbosa de la utopía corporativa global. La única manera de hacer descarrilar ese proyecto es exponiendo la debilidad deslumbrante del propio sistema, que es el uso de un dinero internacional que se apoya en 15 billones de $ de deuda pública, 4 billones de $ en deuda del Sistema de Reserva Federal y billones más en obligaciones federales impagadas y no pagaderas. Independientemente de los pasos de Moscú para abortar el sistema actual y sustituir el dinero de reserva del mundo por el dinero que representa un valor justo,  éstas iniciativas se deberían aplaudir. El comportamiento imprudente y homicida de Washington alrededor del mundo lo hace particularmente inadecuado como administrador de facto del sistema financiero global, que permite que los EE.UU jueguen a ser el banquero del resto del mundo. El dólar es el fundamento sobre cual descansan los tres pilares de la fuerza imperial; político, económico y militar. Quitemos ese cimiento y el edificio entero caerá a tierra. EEUU ha abusado de ese poder, matando y mutilando a millones de personas a través del planeta; el mundo necesita una transición a otro mundo, que tenga en cuenta el modo más benigno de llevar adelante las transacciones comerciales, preferentemente con un dinero que no esté manchado  por la sangre y la miseria de víctimas inocentes. Paul Volcker resumió los sentimientos de muchos críticos del dólar en 2010 cuando dijo:
 
La creciente opinión de la mayor parte del mundo es que hemos perdido tanto la fuerza económica relativa como, lo que es más importante, hemos perdido un modelo de gobierno acertado y coherente para ser emulado por el resto del mundo. En cambio, somos tolerantes con mercados financieros rotos, nuestra economía va hacia el subdesarrollo y tenemos un clima político díscolo”.
 
América irreparablemente se rompe y Washington será un pantano moral. El mundo necesita un cambio de régimen; nuevos líderes, nueva dirección y un sistema diferente.
 
Por todo ello, se percibe cada vez más que Ucrania se sitúa en la batalla emergente para dominar los lugares de paso de la energía que unen las reservas de gas natural y petróleo del Caspio a los mercados europeos. El choque ha surgido ya sobre la construcción de los oleoductos. Si Ucrania proporcionará itinerarios alternativos que ayuden a diversificar el acceso a las fuentes energéticas, como Occidente preferiría, o si se encuentra obligada a desempeñar el papel de una filial rusa’, es lo que está por ver.
 
Los gigantes de petróleo occidentales han estado fastidiando la partida a Putin durante más de una década pero éste les da jaque mate a cada instante. Un astuto oficial del KGB ha resultado ser mejor hombre de negocios que cualquiera de sus competidores, esencialmente enfrentándose  en su propio terreno, usando el libre mercado para ampliar su red de conductos a través de Asia Central y Europa.
 
Por eso es evidente que el amotinamiento violento en Kiev fue provocado por la frustración ante el rechazo de Yanukovych al acuerdo con la UE, (a favor de la oferta repentina de Putin de una factura de gas 30% más barata y una dotación de ayuda de 15 mil millones de $). En otras palabras, Yanukovych rechazó la oferta que la UE y Washington ofrecían de una forma casi violenta y se fueron a un acuerdo más dulce con Rusia.
 
De este modo: ¿Es esto la primera vez que hemos oído que un analista respetado diga que el petróleo está detrás del amotinamiento, el golpe y la confrontación con Moscú?: La escasez del recurso, la lucha para dominar los pasillos de energía euroasiáticos, están detrás del militarismo ruso y la interferencia estadounidense… Ucrania se agarra desdichada en medio de esta lucha para dominar los pasillos de la energía de Eurasia.
 
El cerebro de NWO, Zbigniew Brzezinski, caracterizó el conflicto con Rusia en términos de acortamiento “del acceso occidental al Mar Caspio y Asia Central”. Por algunos motivos desconocidos, las grandes corporaciones del petróleo de América piensan que los recursos que están bajo el suelo ruso les pertenecen a ellos. La pregunta es si sus agentes empujarán a Obama a poner a tropas americanas en peligro para hacer realidad esa reclamación. Si lo hacen, iremos a la guerra. Y algunos ya sabemos cuál es nuestro bando.

jueves, 27 de marzo de 2014

Si las mujeres gobernaran el mundo...

La agenda secreta de Catherine Ashton y Victoria Nuland

Ya se ha convertido en un ritual que siempre funciona. Cada vez que Washington quiere cambiar un régimen, aparecen misteriosos francotiradores que disparan a la vez contra fuerzas gubernamentales y contra manifestantes de la oposición. Y después desaparecen sin dejar rastro. Así sucedió en Siria, en Ucrania y en Venezuela. En Siria, el resultado de los acontecimientos de Deraa fue que una parte de la población pasó un año sublevada contra el gobierno. En Venezuela, los forenses demostraron que los asesinos abatieron personas de ambos bandos y las protestas han ido extinguiéndose. En Ucrania, las conversaciones telefónicas interceptadas y las reacciones que su publicación ha suscitado ya no dejan espacio para las dudas, estima Wayne Madsen.
  
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A raíz de la revelación al gran público de las conversaciones telefónicas [sobre Ucrania] recientemente interceptadas, se ha levantado una esquina del velo sobre los designios secretos para Ucrania de dos de las figuras femeninas que hacen de mascarones de proa de la política exterior de Occidente: Victoria Nuland, secretaria de Estado estadounidense a cargo de asuntos europeos y euroasiáticos, y Catherine Ashton, representante oficial de la Unión Europea y en otros tiempos propagandista de primera línea de la campaña por el desarme nuclear impulsada por Gran Bretaña.
 
Catherine Ashton, cuya conversación telefónica con el ministro de Relaciones Exteriores de Estonia Urmas Paet fue la segunda que se divulgó desde el inicio del año, ostenta desde el 1º de diciembre de 2009 el rimbombante título de Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Ya tenía anteriormente, desde 1999, año de su ascenso a la Cámara de los Lores, el risible y muy feudal título de baronesa Ashton de Upholland.
 
Los admiradores de Lady Ashton sobredimensionan sus méritos. Un video grabado en la sede la Unión Europea en Bruselas la muestra, en el ejercicio de sus funciones de ministra de Relaciones Exteriores de la UE, completamente fuera de sí porque ni ella, ni Robert Cooper –su enviado británico en los Balcanes– tenían la menor idea de qué cara podía tener Tomislav Nikolic –el presidente de Serbia–, cuando sólo les faltaban unos pocos minutos para tener que recibirlo en la ceremonia de bienvenida organizada expresamente para él.
 
Catherine Ashton está casada con Peter Kellner, ex periodista británico miembro de la dirección del instituto de sondeos YouGov. Esta empresa vive no sólo de la realización de sondeos políticos y electorales sino que también alimenta el suspense en la prensa de la farándula con sondeos de opinión de pronósticos sobre quién será el nuevo ídolo en cada etapa de los concursos que proponen programas de televisión tan estúpidos como Pop Idol y X-Factor.
 
En su conversación del 26 de febrero con la baronea Ashton, el ministro de Relaciones Exteriores de Estonia, Urmas Paet, le comunica que, según una fuente creíble, manifestantes y policías ucranianos fueron abatidos por los mismos francotiradores [1]. Paet había estado en Kiev el 25 de febrero, durante los violentos enfrentamientos entre manifestantes y policías en la plaza Maidan. Ahora resulta evidente que francotiradores y otros provocadores, incluyendo bandas neonazis y mercenarios extranjeros a las órdenes de la oposición política ucraniana, exacerbaron los hechos de violencia.
 
En la conversación grabada, Paet revela a Ashton que una médico ucraniana, la doctora Olga Bogomolets, importante figura de la sociedad civil, le hizo saber, durante su estancia en Kiev, que las balas que abatieron manifestantes y policías provenían de las mismas armas y que la oposición estaba encubriendo a los asesinos. La Dra. Bogomolets no es miembro de la corte de Viktor Yanukovich, el presidente ahora en exilio, sino que fue médico personal de Viktor Yuchenko, el presidente instalado por la «revolución naranja»; fue subsidiada por Radio Liberty, financiada por George Soros y la CIA y llamó a sus estudiantes de medicina a participar en las manifestaciones de la plaza Maidan. Esta es la Dra. Bogomolets que le dijo a Paet que las balas que mataron indistintamente manifestantes y policías salieron de las mismas armas y que la mano de la oposición estaba detrás de los ataques. Es importante señalar también que la Dra. Bogomolets rechazó la proposición –de la oposición– de participar en el nuevo gobierno como ministra delegada a cargo de asuntos humanitarios.
 
Según lo que puede oírse en la llamada telefónica interceptada –al parecer– por agentes de los servicios de seguridad ucranianos (SB) aún fieles a Yanukovich, la señora Ashton dice haberse quedado atónita cuando Paet le anuncia que todo parece indicar que la oposición ucraniana orquestó la masacre de más de 70 de sus propios partidarios, cifra a la que habría que agregar los policías abatidos. La lluvia de balas desatada por los misteriosos francotiradores no es otra cosa que una operación false flag [bajo bandera falsa] montada por la oposición y por sus padrinos de Occidente para suscitar simpatía y respaldo de parte de la opinión pública.
 
Veamos el diálogo entre el ministro de Relaciones Exteriores de Estonia y la jefa de la diplomacia de la Unión Europea:
  • Paet: «Todas las pruebas muestran que las personas de ambos bandos abatidas por los francotiradores, los policías y la gente que estaban en la calle, eran los mismos francotiradores quienes los mataban, a los de ambos bandos… Ella [la Dra. Bogomolets] me mostró también fotos. Me dijo que, como médico, ella podía decirme que era la misma firma, el mismo tipo de balas… y es muy inquietante que ahora los de la nueva coalición no quieran investigar qué fue lo que pasó exactamente. Por lo tanto, en este momento, es cada vez más evidente para todo el mundo que no es Yanukovich quien está detrás de los francotiradores apostados en los techos. Era alguien de la nueva coalición.»
  • Ashton: «Yo pienso que tenemos, efectivamente, que investigar. Quiero decir… No me habían hablado de esta historia. Es muy interesante… ¡Vaya…!»
  • Paet: «Así que era muy preocupante ver todo eso circulando y cobrar importancia. Eso ya desacredita la nueva coalición.»
Al responder a Paet, Ashton se esfuerza seguidamente por levantar dudas sobre la información que han recogido la Dra. Bogomolets y él mismo, información que muestra que la oposición estaba detrás de los disparos contra manifestantes y policías. Ashton defiende a los diputados de la oposición implicados en las protestas, se expresa contra los médicos y declara, refiriéndose a los dirigentes de las protestas:
  • Ashton: «Ellos tienen que ocuparse de eso también. Pero su tarea es exigir la aplicación de cambios profundos y hacer funcionar el parlamento [Rada]. Si no funciona el parlamento es el caos total lo que les espera. Así que podemos pensar que un manifestante, que un médico, es alguien que cuenta, que cuenta mucho. Pero no son responsables políticos. Y, de una u otra manera, esa gente va a tener que acostumbrarse a la situación en las próximas semanas.»
Fundamentalmente, lo que Ashton le dice a Paet es que, como militante y médico, la Dra. Bogomolets no debe andar criticando las decisiones políticas maquiavélicas de la oposición parlamentaria ucraniana dirigida por el trío Klichko–Yatseniuk–Tiagnibok (o sea el boxeador, el veterano del Banco Mundial y el jefe de los neonazis del partido Svoboda).
 
En otras palabras, la señora Ashton estima que un boxeador, un tecnócrata del Banco Mundial y un matón nazi están más calificados para decidir el destino de Ucrania que una mujer científica preocupada por aclarar el papel de la oposición en la masacre perpetrada contra los manifestantes de su propio bando, utilizados como carne de cañón, y el asesinato de los policías que trataban de restablecer el orden público.
 
En cuanto se reveló esta conversación entre la señora Ashton y el señor Paet, los grandes medios de prensa que controlan la información en Occidente pusieron en duda su autencidad. Para ello recurrieron a todos sus sarcasmos y lemas anticonspiracionistas habituales.
 
Pero los servicios del ministro de Relaciones Exteriores de Estonia confirmaron la autenticidad de la grabación en una nota de prensa que indica:

«La conversación entre el ministro de Relaciones Exteriores Urmas Paet y la responsable de Relaciones Exteriores de la Unión Europea Catherine Ashton divulgada hoy en Internet es auténtica.
Se trata de un intercambio telefónico. Esas palabras fueron intercambiadas por Urmas Paet y Catherine Ashton, el 26 de febrero, después de un viaje a Ucrania del ministro estoniano de Relaciones Exteriores, inmediatamente después de la interrupción de los hechos violentos.
El ministro de Relaciones Exteriores Urmas Paet informa sobre los comentarios que emitió en las reuniones del día anterior y expresa sus preocupaciones sobre la situación en desarrollo.
El señor Paet ha señalado que le parece “totalmente deplorable que esta intercepción [de su entrevista telefónica] se haya producido”.
»
Es evidente, desde el primer momento, que los hechos registrados en Ucrania fueron planificados por provocadores, agitadores, expertos en «revoluciones de colores» sacados de las gavetas del Departamento de Estado estadounidense, de la CIA, del MI6 británico y de la Unión Europea.
 
La hoja de ruta de Catherine Ashton viene a completar la de Victoria Nuland, también inoportunamente revelada por otra intercepción telefónica en enero de 2013 [2]. El intercambio telefónico entre Victoria Nuland y el embajador de Estados Unidos en Ucrania Geoffrey Pyatt reveló que la administración Obama ya estaba decidiendo quiénes iban a recibir las carteras en el futuro gobierno ucraniano mientras que la señora Catherine Ashton y Jeffrey Feltman, su doble ideológico y subsecretario general adjunto de la ONU, todavía aparentaban interesarse por la búsqueda de una solución negociada de la crisis con Yanukovich, el presidente ucraniano electo democráticamente.
 
La señora Nuland, que en la conversación telefónica se expresaba a favor de poner a Yatseniuk a la cabeza del futuro gobierno, manifestó la importancia que para ella tiene la cooperación con sus homólogos europeos con un sonoro «¡Que le den por el culo a la Unión Europea!».
 
Antes de esa frase, Nuland acababa de decirle a Pyatt que Estados Unidos alcanzaría sus objetivos con el respaldo previamente negociado y planificado de la delegación de la ONU. Feltman [3], quien dirigía esa delegación, arrastraba en su estela al secretario general de la ONU Ban Ki-moon, a quien los periodistas de su país designan como «la inatrapable anguila», sobrenombre que se ganó en su época de ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, y al diplomático Robert Serry, enviado especial de la ONU en Ucrania.
 
Durante esa misma conversación interceptada, la señora Victoria Nuland expresaba además su gran confianza en Robert Serry, ex embajador de Dinamarca en Ucrania, nacido en Calcuta y con un nombre más bien inhabitual para un danés. Cuando actuaba como coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en el Medio Oriente, Robert Serry acostumbraba a deplorar lo que llamaba «actitudes parciales y discriminatorias» hacia Israel en el recinto de las Naciones Unidas. Por supuesto, ese lenguaje no podía dejar de atraerle los favores de Nuland y de Feltman, bien conocidos ambos por su doble adhesión a los intereses de Israel y de Estados Unidos.
 
Está claro que ni la conversación de Catherine Ashton ni la de Victoria Nuland debían haber llegado nunca a oídos de la opinión pública. Sin embargo, gracias a agentes leales y eficaces de los servicios de seguridad ucranianos, el mundo conoce ahora la perfidia de estas dos señoras que recorren alegremente un camino que puede acabar para Europa –e incluso para el mundo entero– en un espantoso incendio.
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